El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es más tratable de lo que previamente se pensaba. Este nuevo método ha demostrado ser muy eficaz. Se llama Terapia de Narración Expositiva (NET), y es una intervención dirigida a reducir los síntomas de estrés postraumático.
En un estudio en curso en Noruega, la terapia expositiva se ha utilizado con los solicitantes de asilo y refugiados que han sobrevivido a alguna terrible experiencia de la tortura.
«Según estudios previos, estos pacientes no se benefician de la terapia psicológica tradicional. En nuestro estudio, sin embargo, el 60 por ciento muestran una marcada mejora, y aproximadamente el 20 por ciento dejan de mostrar síntomas del trastorno por estrés postraumático después del tratamiento,» señalaba Håkon Stenmark, un doctorando de la Universidad noruega de Ciencia y Tecnología, en el Departamento de Neurociencias, y ha llevado a cabo un estudio en colaboración con su colega y compañero doctorando, Joar Øverås Halvorsen.
Descripción de los eventos traumáticos
«Narrativa» significa simplemente contar una historia. En la terapia expositiva el paciente construye la narración de su vida, mientras se centra en un informe detallado de las experiencias traumáticas. En una típica sesión de terapia, el paciente recibe una cuerda que simboliza su vida, desde la primera infancia hasta el presente.
El paciente va describiendo los acontecimientos de su vida, buenas y malas, en orden cronológico. Por cada buen recuerdo, el paciente coloca una flor en la cuerda, y por cada malo, una piedra.
«Yo estaba con los ojos vendados y sentado en la sala de interrogatorios de la prisión. Recibía múltiples golpes por todo mi cuerpo, y no había manera de anticipar dónde sería golpeado de nuevo, recordaba el paciente con gran dificultad.»
El terapeuta se sienta en el extremo opuesto de la mesa, escuchando con atención. Todo está escrito, ya que puede ser útil más adelante. El relato escrito puede ser utilizado para una solicitud de asilo, o incluso como documentación por Amnistía Internacional.
«Me sujetaron unos electrodos en los pies, y me dijeron que iban a aplicar descargas eléctricas. La siguiente cosa que vi fue un hombre flaco con un cigarrillo en su boca. El dolor era insoportable y todo mi cuerpo se puso tenso.»
«Y este es sólo un ejemplo. Aunque los pacientes son de diferentes nacionalidades, al haber sido sometidos a diferentes tipos de tortura, comparten historias similares», dice Stenmark.
Escenas retrospectivas y problemas de aprendizaje
La tortura puede dar lugar a una serie de síntomas, dependiendo del método de tortura, así como la duración de la prueba. Sin embargo, los síntomas generalmente se dividen en tres categorías principales: «Revivir» el evento, evasión y excitación. «Los pacientes que están reviviendo la tortura puede tener escenas retrospectivas del evento, o episodios de reiteradas pesadillas. Reacciones de evitación, normalmente se muestran como un miedo extremo a la policía o a cualquier persona que pueda parecerse al abusador. Las personas con estos síntomas procuran aislarse y evitar a la gente en general. Los síntomas de la excitación puede dar lugar a dificultades de concentración, irritabilidad o dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido», explica Stenmark.
El síntoma clásico del trastorno por estrés postraumático es la incapacidad para concentrarse. Como consecuencia, los pacientes a menudo tienen dificultades de aprendizaje y terminan perdiendo sus puestos de trabajo.
El «sistema de alarma» del cerebro
Los ensayos existentes muestran resultados prometedores en cuanto a la terapia expositiva. Pero, en principio, el por qué funciona este método y los mecanismos exactos que esconde, aún no se han verificado.
La teoría más importante es que la terapia de exposición cambia la forma de miedo ‘por cable’ en la memoria. En pocas palabras, hay una parte del cerebro conocida como «sistema de alarma» el del cerebro, lo cual nos permite responder a los estímulos peligrosos.
«Durante la terapia, el paciente describe el acontecimiento traumático en un sitio seguro, en tanto que vuelve a experimentar sus emociones. En el proceso, el paciente va aprendiendo que los recuerdos no son peligrosos en sí mismos. El suceso fue una amenaza cuando le ocurrió, pero la memoria del paciente debe aprender que hoy día ya no lo es», explica Stenmark.
El objetivo de la terapia expositiva es el de reducir los síntomas generales de trastorno or estrés postraumático aumentando los niveles de funcionamiento. Subraya Stenmark que esto es especialmente importante para los solicitantes de asilo y los refugiados, ya que a menudo se enfrentan a retos adicionales en la sociedad noruega.
La Terapia de Narración Expositiva de la exposición fue desarrollada por especialistas en traumas, que han trabajado en los campos de refugiados en África y Asia. Hasta la fecha, esta terapia no es muy utilizada en otras partes del mundo, lo que hace del estudio de Øverås Halvorsen y Stenmark el más grande de su tipo en el mundo occidental.
Fuente: The Norwegian University of Science and Technology (NTNU).
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