¿Por qué los peces tienen orificios nasales si no se puede oler en el agua?

La vida cotidiana está repleta de preguntas científicas. Esta sección recoge cada semana las más curiosas de la mano de Métode, la revista de divulgación de la Universidad de Valencia
MÈTODE

Aunque nos pueda resultar extraño, los peces sí que pueden oler y de hecho tienen muy buen olfato. Mucha gente piensa que el sentido del olfato solo detecta moléculas volátiles y que, por tanto, no es posible oler dentro del agua. Pero el olfato tiene más que ver con el sistema sensorial implicado (en este caso el sistema olfativo con el epitelio olfativo y sus conexiones cerebrales) que con las propiedades del estímulo.
Los animales terrestres detectan las sustancias químicas volátiles con el sistema olfativo (o vomerolfativo, pero esta es otra historia) y las disueltas mediante el sentido del gusto. Pero los peces detectan sustancias disueltas tanto con el olfato como con el gusto. Eso hizo que históricamente se dudara de que los peces fueran capaces de oler. Hasta que en el año 1924, Fritz Strieck demostró experimentalmente las capacidades del piscardo. Desde entonces se han hecho muchos estudios que demuestran la extraordinaria sensibilidad olfativa de los peces.
Los peces tienen una o dos parejas de «narinas» (es el nombre que reciben sus orificios nasales) por los que el agua entra en la cavidad nasal. Dentro de la cavidad nasal se encuentra el epitelio olfativo con las células sensoriales que detectan moléculas disueltas en el agua. La mayoría de las especies de peces tienen receptores olfativos muy sensibles, capaces de detectar la presencia de moléculas en concentraciones muy bajas.
¿Para qué utilizan el olfato los peces? Depende mucho de cada especie, pero se ha demostrado que lo utilizan para encontrar comida(hecho del que se aprovechan los pescadores), para encontrar pareja, para reconocer otros peces de su especie, para detectar depredadores o para orientarse (parece que los salmones reconocen el río de nacimiento por su olor). Recientemente se ha comprobado que los alevines de muchas especies de los arrecifes de coral, si son llevados lejos por la corriente, son capaces de encontrar el camino al arrecife de nacimiento utilizando el olfato.
Las carpas, como la de la foto, tienen muy buena vista, pero también muy buen olfato. Puedes probar a esconder la comida dentro de una bolsa de tela opaca y comprobarás qué rápido la encuentran… Utilizando fundamentalmente el olfato.
Por Ester Desfilis. Departamento de Psicobiología. Universidad Complutense de Madrid.

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Mètode es una revista dedicada a la divulgación de la ciencia y a su estudio. Editada por la Universidad de Valencia, su objetivo es hacer llegar la ciencia a la sociedad, fomentando el debate y la reflexión crítica sobre cuestiones de actualidad científica. Puedes consultar la edición online aquí.
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