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Hubo informes de brotes de canibalismo a finales de 1990 después de una desastrosa hambruna que mató a unos 2 millones.

Algunos de los 230 desertores de Corea del Norte entrevistados por el Instituto Coreano para la Unificación Nacional, hablaron de las ejecuciones de personas que habían comido y vendido carne humana.

Hubo informes de brotes de canibalismo a finales de 1990 después de una desastrosa hambruna que mató a unos 2 millones de personas, pero de acuerdo a los documentos esto es más reciente.

El caso documentado más próximo ocurrió en 2011 en la ciudad de Musan, un desertor de dicho país dijo que un padre y su hijo fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento en la ciudad de Doksong después de haber sido encontrados culpables de consumir carne humana.

En otro caso, un hombre fue ejecutado en Hyesan en diciembre de 2009 por matar a un niño y comerlo. El hombre alegó que supuestamente recurrieron al canibalismo después de que los suministros a la ciudad disminuyeron tras los esfuerzos desastrosos del gobierno de Pyongyang para reformar la moneda que desató una inflación galopante y se agravó la escasez de alimentos.

El estudio se publicó en Corea del Sur esta semana, y los documentos parecen ser corroborados por la policía de Corea del Norte y que fueron sacadas de contrabando del país por la Misión Caleb, un grupo misionero en el cual se detallan varios casos de canibalismo.

En un caso, un hombre hambriento utilizó un hacha para matar a un compañero de trabajo, comió un poco de carne y el resto se vendió a un mercado local como un cordero.

Pyongyang ha sido acusado de usar los suministros de alimentos como un arma para intimidar a su propio pueblo y hacer la vista gorda a los mercados ilegales cuando la comida escasea, pero tomando medidas enérgicas contra las ventas privadas de nuevos suministros y limitadolas cuando los alimentos son más abundantes.

También se le acusa a Pyongyang de no entregar los recursos alimentarios provenientes de la ayuda internacional a los necesitados.