Registros fósiles de 500 millones de años de antigüedad demuestran que la Tierra es sacudida por una catástrofe colosal cada 27 millones de años que extinguen la vida en nuestro planeta.
Adrian L. Melott del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Kansas y Richard K. Bambach del departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Historia Smithsoniano descartaron la teoría de la Némesis hasta ahora considerada como la más acertada sobre los cataclismos que extinguieron la vida de algunas especies, como los dinosaurios.
En 1984, físicos de las universidades de Berkeley y Princeton publicaron en Nature un estudio que sugería que nuestro Sol podía formar parte de un sistema binario. Su acompañante sería Némesis, una estrella apagada o una enana marrón aún no descubierta (llamada así por la diosa griega de la venganza) que cada 26 a 34 millones de años atravesaría la nube de Oort.
Al hacerlo, provocaría una terrible tormenta de grandes cometas que explicaría las grandes catástrofes planetarias y las extinciones asociadas, publica en su portal el diario ABC.
Para Melott y Bambuch, la precisión y regularidad de las extinciones masivas demuestra precisamente que Némesis no existe. Según ellos, la órbita de Némesis debería haberse visto infuenciada por los numerosos encuentros que el Sol ha tenido con otras estrellas en los últimos 500 millones de años.
Daniel P. Whitmire y John J. Matese, de la University of Southern Louisiana, desarrollaron una teoría que decía, que esto era causado por una estrella compañera del Sol, de poca masa, la cual denominaron Némesis (Como el Dios griego de la venganza). De acuerdo a esta teoría, Némesis, siguiendo una órbita elíptica cruza a través de un cinturón de miles de millones de cometas, denominado Nube de Oort cada 26 – 34 millones de años, enviando ‘enjambres’ de ellos en dirección al Sol. Algunos golpearían a la Tierra, causando las extinciones.
Cuando examinamos el registro geológico de la Tierra, parece que en el ciclo mencionado, sucede una extinción masiva de la vida terrestre. La más conocida, es la de los dinosaurios, hace 65 millones de años. De acuerdo a estas hipótesis, estaríamos cerca de la siguiente extinción.
No sería extraño que nuestro Sol fuese parte de un sistema binario, muchas estrellas lo son. Sin embargo, la existencia de esta estrella no sería tan obvia para nosotros dado que su luz, podría atenuarse debido al tipo de estrella (ya sea una enana roja o café). De acuerdo a esta teoría, podría estar a una gran distancia, quizás a 3 años-luz. Claro que un hecho incómodo en la hipótesis de Némesis, es que no hay ninguna evidencia de que el Sol tenga una compañera. Cierto es que no necesitaría ser muy brillante o masiva, podría ser más pequeña, aún más, podría ser una enana café o negra (un cuerpo celeste similar a un planeta, con la masa insuficiente para iniciar el proceso de ignición de hidrógeno, como lo hacen las demás estrellas). Existe la posibilidad de que esta estrella exista en uno de los catálogos de estrellas tenues sin que alguien haya notado algo peculiar, como el enorme movimiento aparente de esta estrella comparado con el “tapiz” formado por las estrellas más distantes (p.e. Su Paralaje). Si acaso fuese encontrada, pocos podríamos seguir dudando de que esta sea la causa primaria de las extinciones masivas en nuestro planeta.
Pero es también una noción de poder mítico. Si un antropólogo de una generación previa, hubiese escuchado una historia similar, acerca de sus informantes, el resultado académico (sin duda), hubiera sido detallado de la siguiente manera (en términos primitivos o pre-científicos), consideren esta historia:
“Hay otro Sol en el cielo, un Sol Demonio que no podemos ver. Hace mucho tiempo, antes de nuestros grandiosos antepasados, el Sol Demonio atacó a nuestro Sol. Cayeron cometas y un terrible invierno cubrió la Tierra. Casi todo vestigio de vida fue eliminado. El Sol Demonio ya había atacado muchas veces antes… y lo hará otra vez”.
Esta es la razón por la que muchos pensamos que esta Némesis es una broma la primera vez que escuchamos de ello. Una estrella invisible atacando a nuestro planeta con cometas suena a ilusión o mito. Esto merece una porción extra de escepticismo por esta razón: Siempre estamos en peligro de engañarnos nosotros mismos. Pero aún si la teoría es especulativa, es seria y respetable, por la idea principal es fácil de evaluar: encuentra la estrella y examina sus propiedades. Sin embargo, desde el reconocimiento estelar en el espectro infrarrojo realizado por el IRAS, sin hallazgo de alguna estrella con estas características, la existencia de Némesis es altamente improbable.Otra posibilidad sugerida por Whitmire es que Némesis podría no ser una estrella después de todo, sino un planeta (otro Planeta X, para no variar). Si este fuera el caso, debería de tener un tamaño de dos a cinco masas solares y su órbita alrededor del Sol sería de tres veces la de Plutón. En esta versión, el planeta en cuestión pasaría a través del Cinturón de Kuiper cada 26 – 34 millones de años, enviando ‘proyectiles’ a la Tierra.
La teoría más reciente sobre esta catástrofe cíclica, ha sido expuesta por Adrian L. Melott del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Kansas y Richard K. Bambach del departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Historia Smithsoniano. En esta publicación, descartan la existencia de Némesis, pues argumentan que, la precisión y regularidad de las extinciones masivas demuestra precisamente que Némesis no existe. Según ellos, la órbita de Némesis debería haberse visto influenciada por los numerosos encuentros que el Sol ha tenido con otras estrellas en los últimos 500 millones de años. De acuerdo con su investigación publicada en la revista
arXiv (Edición de la Universidad de Cornell) el objeto que se acerca a la Tierra y provoca una lluvia de meteoritos mortales debe estar más cerca de lo pensado, pero descartan la existencia de la Némesis.
Mientras algunos astrónomos continúan en la búsqueda de Némesis o de un nuevo Planeta X, la mayoría son escépticos respecto a su existencia, apuntando que el supuesto ciclo de extinción de 26 – 34 millones de años no es tan regular como se cree (y más si consideramos que dependiendo el autor, el ciclo varía 8 millones de años).
Hablan los de NASA ahora sobre Nemesis:
Cito desde:
http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/news/2889372/Earth-under-attack-from-Death-Star.html
Traduccion Libre:
» Una estrella invisible puedria circular el Sol y haber sido la causante de bombardeos mortales de cometas hacia la Tierra, dijeron ayer científicos .
La enana marrón – hasta cinco veces el tamaño de Júpiter – podría ser la culpable de las extinciones en masa que se producen aquí cada 26 millones de años.
La estrella – apodado Némesis por científicos de la NASA – sería invisible, ya que sólo emite luz infrarroja y es increíblemente lejana.
Némesis se cree que la órbita de nuestro sistema solar en 25.000 veces la distancia de la Tierra al sol.
Al girar a través de la galaxia, su fuerza gravitatoria arrastra los cuerpos de hielo de la nube de Oort – una vasta esfera de roca y polvo dos veces tan lejos como Némesis.
Estas “bolas de nieve”, se lanzan hacia la Tierra como los cometas, causando una devastación similar a la del asteroide que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años.
Varios investigadores de la NASA creen ahora que podrán encontrar Némesis con un nuevo calor de búsqueda de telescopio, que comenzó explorando el cielo en enero.
The Wide-Field Infrared Explorer encuesta – que se espera encontrar miles de enanas marrones dentro de 25 años luz del Sol – ya ha enviado una foto de un cometa, posiblemente, desplazado de la Nube de Oort.
La primera pista de los científicos de la existencia de Némesis fue la extraña órbita de un planeta enano llamado Sedna.
Varios investigadores creen que su inusual, 12.000 años de órbita oval de tiempo podría ser explicado por un cuerpo celeste masivo.
Mike Brown, quien descubrió a Sedna en 2003, dijo: “Sedna es un objeto muy extraño – no debería estar allí.
“La única manera de conseguir en una órbita excéntrica es tener un cuerpo de gigante de una patada – Entonces, ¿qué es lo que hay ahí?”
El profesor John Matese, de la Universidad de Luisiana en Lafayette, dijo que la mayoría de los cometas proceden de la misma parte de la Nube de Oort.»
http://veritas-boss.blogspot.com.es/2012/08/nemesisel-destructor.html
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