Es importante eso que dice Juan Trigo: tu niño “necesitó” crear una careta – utiliza el necesitar por que eso es lo que es: una necesidad biológica y eso conecta con todo lo que vamos estudiando con Corbera, con Hammer, con las antiguas tradiciones de sanación: todo lo que nos sucede responde a una necesidad biológica del ser para adaptarse a las normas, a las reglas, a los bueno y malo de cada familia, de cada clan… para no morirse, para no enfermar tanto como lo haría de no crear esa careta o tal o cual síntoma.

Y ahora que puedo estar con los sobrinos un ratito más veo algunas miradas, algunos gestos que ya me están indicando algunas características de esa careta que ya va fraguándose y que cuando se den cuenta – si lo hacen – les costará un esfuerzo quitársela y por fin permitir que tu ser respire con toda la superficie de la piel.

Hay algo más que me encanta de esta entrada de Plano Creativo y es que nos alerta de dos cosillas y es de agradecer porque a veces uno en su prisa o en su ombliguismo solo quiere quitarse las cosas de encima, mejor antes que después y en esa rapidez se nos olvida lo más importante: Agradecer a ese ser interno que supo crear la forma de que no nos afectara tanto el entorno, a que la contradición no se notara tanto… Así que: Gracias de palabra y sobre todo de corazón: entenderlo, sentir gratitud por esa sabiduría y después… taconazo:  ¡fuera máscara! ¡Qué mi ser se exprese a su manera, a su paso!

Y la alerta culminante y para mí la que más me ha “resonado”: una vez que te quitas la máscara – recordemos que personalidad en griego significa máscara asi que el trabajito no es poco si indagamos bien en esa personalidad – ¡no hace falta decírselo a todo el mundo! ¡mejor calladitos! vale, se comparte con quien en tu camino va si pregunta por el cambio y ¡prau! ya está. A seguir y a disfrutar de la nueva vida y el nuevo rostro – para uno mismo también desconocido – y a compartir los resultados, a compartir mi yo nuevo.

Gracias Juan Trigo.