El régimen democrático que vivimos en Europa, denunciado una y mil veces, pero justificado bajo el sofisma “es un mal sistema, pero es mejor que la dictadura”, deja en la cuneta la única gran verdad que encierra el término: para denominar democracia a un sistema, el poder lo debe ejercer el ciudadano, que ha de ser consultado en todas aquellas medidas que afecten a su trabajo, a la economía, la salud, la educación y todas las relacionadas, en fin, con el desarrollo de una sociedad solidaria, participativa, culta y responsable.

En 34 años de esperpento “democrático” la ciudadanía española no ha sido consultada ni una sola vez sobre ninguna cuestión, exceptuando el amañado referéndum de la OTAN, en el que ocultaba que cualquiera que fuere la respuesta ciudadana, ésta no era vinculante para el gobierno.

GEORGES LABICA, UNA DE LAS MENTES MÁS CLARAS DE FRANCIA

El extraordinario pensador francés y militante comunista Georges Labica (Francia, 1930-2009) afirmaba: “La Revolución Francesa dicen que se inspiró en Aristóteles, pero en la Grecia del filósofo solamente tenía acceso a las asambleas populares un escaso sector de la sociedad”.

Y como señalaba el escritor portugués Miguel Urbano: “La Revolución Americana, que se convirtió en referente para la burguesía europea del siglo XIX, produjo una Constitución que apenas concedía el voto a una minoría de ciudadanos“.

Pero,  ítem más, con el paso de los años se ha pervertido hasta el extremo de considerarse “normal” que únicamente personas muy acaudaladas, millonarios en su mayor parte, puedan aspirar a una carrera política, aunque el derecho al voto se conceda a una mayoría de los ciudadanos de EE.UU., pero nunca a todos.

PUEDE QUE ARISTÓTELES CAMBIARA DE OPINIÓN SI VIVIERA HOY EN SU GRECIA NATAL

Resulta comprensible que un personaje como George W. Bush fuera proclamado presidente, en unos comicios en los que participó la mitad del electorado.

La Comunidad Europea es hoy el teatro donde se celebra diariamente la consagración de un régimen dictatorial, militarista y represivo, imponiendo recortes brutales a los derechos elementales del ciudadano, en nombre del empresariado y la banca internacionales.

Esa pantomima se denomina democracia en todos los medios de comunicación privados y públicos, excepto en aquellas escasas naciones que se han dotado de un sistema verdaderamente participativo.

De las  que integran esa Unión, a las que se se sumarán otras de la Europa del Este – algunas con gobiernos de corte fascista – ninguna osará poner en tela de juicio las órdenes y estrategias provenientes desde la Casa Blanca.

Democracia no es solo disponer de una constitución que consagre el supuesto poder de la sociedad mediante el sufragio universal, si esa ciudadanía ignora absolutamente todo acerca de la estructura del estado, la composición de los partidos, la financiación de los mismos, la ley electoral e incluso el mero significado de los artículos que la integran.

AL MENOS, LAS FUERZAS ARMADAS DE LAS NACIONES DEL ALBA ESTÁN RESPETANDO A SUS GOBIERNOS

Democracia no es leer en esa Carta Magna que tenemos derechos inalienables, si en la práctica ninguno de ellos obliga al estado y sus representantes a cumplir tales normas. La Carta Magna es una mera declaración de intenciones. Por tanto, papel mojado.

No existe democracia mientras el ciudadano sea considerado un esclavo al que se le permite depositar una papeleta cada cuatro años. Y con ella, un supuesto “todo vale en mi nombre”.

Democracia es participación consciente en una comunidad responsable, porque ese término implica una transformación radical de la sociedad actual, siguiendo la afirmación de Labica acerca de la destrucción de las estructuras de dominación e hipnosis colectiva creadas por la burguesía.

Hoy resulta meridiano, claro y rigurosamente cierto, que muchas de las democracias burguesas latinoamericanas, tras el paso de dictaduras criminales protegidas desde Washington, han reaccionado de forma inesperada para el Gran Hermano, encaminándose hacia un escenario en el que el amo del norte ya no es quien decide la suerte de las sociedades de la región.

CUANDO LOS LÍDERES SON COMO ESTOS, EL PAÍS ESTÁ ABOCADO A LA RUINA

Y lo han logrado no solo por la valentía de sus líderes populares, sino porque las fuerzas armadas de esos estados (algunas de ellas a trancas y barrancas) están comprobando que patriotismo no es arrodillarse ante el presidente de Estados Unidos, sino ser tratados de igual a igual por el mandatario del país más poderoso del globo terráqueo.

Algo imposible de conseguir en Europa, donde los ejércitos llevan cientos de años formados por castas y linajes en los que el capitalismo es bandera, enseña y reglamento. De ahí que la democracia sea mil veces más esperanzadora en Venezuela o Nicaragua que en Francia o Italia, en Ecuador o Cuba que en el Reino Unido o Alemania. Las jóvenes democracias latinoamericanas son aún manifiestamente mejorables, pero las europeas no tienen remedio.

Que nadie hable de Revolución o Re-Evolución posibles en esta vieja y puta Europa,  porque nada de ello resulta imaginable con unas fuerzas armadas ancladas en el imperialismo más repulsivo. O, como en España, en el neofranquismo.

Fuente: tenacarlos.wordpress.com

http://sociologosplebeyos.wordpress.com/2012/08/20/la-joven-democracia-latinoamericana-y-la-dictadura-europea/