Simpatizantes de izquierda han reeditado este sábado en las calles del centro de Madrid el grito de «No a la guerra» –tan extendido durante la guerra de Irak– para exigir a Rodríguez Zapatero que se desmarque de la intervención militar en Libia, «una agresión de cuyas futuras consecuencias será responsable directo», según el manifiesto leído durante la manifestación.
Convocados bajo lemas como Solidaridad con los pueblos árabes y Ni dictaduras ni imperialismo, unos 2.500 manifestantes, según agentes de Policía, y más de 10.000, de acuerdo con los organizadores, recorrieron el trayecto de la Plaza de Cibeles a la Puerta del Sol unidos por el rechazo a una intervención internacional que creen motivada por el objetivo real de controlar el petróleo libio.
Tras la marcha, el actor Juan Diego Botto y una joven marroquí, portavoz de la Plataforma de Solidaridad con los Pueblos del Mundo Arabe -una de los convocantes-, se alternaron en la lectura de un manifiesto, en el que quisieron recordar la actual situación de Irak, Yemen o Jordania, que condenaba por igual la «masacre» perpetrada contra la población civil libia por «el régimen autocrático de Gadafi» y la «agresión» de las «fuerzas imperialistas» agrupadas en la coalición internacional, que realizan operaciones aéreas y marítimas desde que hace una semana el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobara una resolución que instaba a tomar «las medidas necesarias» para proteger a la población civil.
La intervención militar obedece a intereses económicos y geopolíticos y «amenaza las luchas emancipatorias de los pueblos árabes», a juicio de los convocantes de la protesta, que contaron con la presencia del poeta Marcos Ana en el escenario de la Puerta del Sol y recibieron un mensaje de apoyo de la exdirectora de la Biblioteca Nacional Rosa Regàs. Desde Barcelona, donde participaba en una concentración de apoyo al juez Baltasar Garzón, Regàs, que formará parte de la lista electoral barcelonesa del PSC, quería dejar claro que no acepta los argumentos que el Gobierno ha dado «para justificar la guerra».
En la cabecera de la manifestación, el diputado de IU, Gaspar Llamazares, subrayaba las «similitudes» con la guerra de Irak, pese a la «diferencia formal» que en el caso de Libia introduce la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, e insistía en que la actual intervención militar «no es legítima, porque va «mucho más allá» del texto acordado en las Naciones Unidas. Si se sigue el camino prendido, «vamos a terminar con un nuevo protectorado en el norte de África», advertía Llamazares, a quien no desanimaba que la manifestación fuese mucho menos numerosa que las conocidas movilizaciones contra la guerra de Irak, porque, cuando empezó aquella protesta, «tampoco era gran cosa», dijo.
De hecho, cree que la implicación de la población en este conflicto va a cambiar. «A medida que se vea que las víctimas son también civiles y que se quiere acentuar la guerra para controlar el norte de África y su futuro energético y político, esto irá a más», argumentaba el excoordinador general de IU, antes de añadir: «Estamos solamente en el principio: de la guerra y de la movilización».
Además del apoyo de IU, el acto fue respaldado por organizaciones ecologistas, pacifistas, antimilitaristas, asociaciones de refugiados e inmigrantes árabes en España (la Asociación Hispano-Palestina Jerusalén, la Asociación Marroquí de DDHH o la Vía Democrática de Marruecos, entre otras) y ONG.
Cerca de Llamazares, el actor Willy Toledo -muy comprometido en otras causas como la liberación del Sáhara Occidental- se esforzaba en convencer a todos de que no hay «ni una sola prueba de que el Gobierno libio esté masacrando a su pueblo», en contradicción con el manifiesto de la protesta y con una de las proclamas más coreadas: «Gadafi mata, la OTAN remata». Otro actor, Alberto San Juan, manifestaba que «una intervención militar nunca es una solución para defender los derechos humanos» y que «antes se deben agotar todas las vías diplomáticas».
«ZP, quién te ha visto y quién te ve», «No más sangre por petróleo» y hasta el histórico «OTAN no, bases fuera» compartieron también protagonismo durante la manifestación, sembrada de banderas republicanas y en la que pancartas y carteles repartían sus lemas entre el rechazo de la intervención en Libia y el apoyo a las revoluciones populares en países como Marruecos, Siria e Irán.
http://zarramonza.wordpress.com/2011/03/21/el-orgullo-de-una-guerra/
Muy interesante tu blog, ¡enhorabuena!