Granja orgánica en el pueblo de Swierze Panki, a unos 100 kilómetros al este de Varsovia. Crédito: Claudia Ciobanu/IPS.
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VARSOVIA, ago (IPS) – Agricultores europeos que sienten el peso del aumento de los costos de los insumos, desde fertilizantes hasta combustibles, creen que les resultaría beneficioso adoptar métodos de cultivo más tradicionales y sostenibles.
Pero los críticos del paquete de reformas de la Política Agrícola Común (PAC), con más de 60 años de vida, que impulsa la Comisión Europea consideran que podría ahogar la productividad.
La iniciativa del órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) propone que, a partir de 2014, 30 por ciento de los subsidios para los agricultores sean condicionados a la adopción de estándares ambientales.
En tiempos de crisis, asegurar el suministro alimentario es una tarea más difícil que nunca. Pero los defensores de la reforma sostienen que la respuesta no está en la producción industrial de alimentos.
«Ya producimos mucho en Europa», dijo a IPS la encargada de estudiar las políticas agrícolas de la UE para la organización BirdLife BirdLife, Trees Robijns.
«Pero tenemos que preguntarnos a qué costo y por cuánto tiempo podemos seguir así. Si no establecemos una agricultura sobre una sólida base agro-ambiental, a la larga perderemos. Destruimos nuestra agua, nuestros suelos, nuestra biodiversidad y eso hará que disminuya la productividad», indicó Robijns, cuya organización promueve una reforma a escala local en el marco de la UE.
Varios estudios han demostrado que la agricultura sostenible a pequeña escala tiene una mayor capacidad productiva que la industrial.
El último estudio de la Evaluación Internacional de Conocimientos, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (IAASTD, por sus siglas en inglés) muestra que la agricultura familiar sostenible es la mejor forma de atender las dificultades alimentarias y ambientales.
La Vía Campesina, red mundial que reúne a unos 20 millones de trabajadores rurales, también publicó un informe que concluye que los cultivadores de pequeña escala pueden alimentar al mundo.
Según La Red Europea de Desarrollo Rural, que trabaja en el marco de la Comisión Europea, las actuales políticas de la UE podrían tener consecuencias perjudiciales sobre la agricultura de subsistencia al considerar a los pequeños agricultores como «un elemento no deseable que obstaculiza la competitividad de la agricultura de una nación».
En los países de Europa oriental, como Rumania, hasta dos tercios de la agricultura del país pueden ser considerados de subsistencia o de semi-subsistencia. Y desaparece con lentitud.
«La mayoría de la gente dejó la agricultura en nuestro pueblo, se van a trabajar a la ciudad y con sus salarios compran comida en el supermercado», dijo a IPS el rumano Marcel Has, quien labora un terreno de dos hectáreas en Firiteaz, en el oeste del país.
«También estuve a punto de abandonar hace dos años, pero luego leí en una revista sobre la posibilidad de vincularse directamente con consumidores interesados en alimentos limpios y de producción local que ofrezco», relató.
«Ahora mantengo a mi familia y arreglo mi casa. Creo que la agricultura ecológica tiene futuro, la comida en los supermercados es de mala calidad y la gente quiere comer mejor», añadió.
Defensores de la reforma de la PAC señalan que es un paso en la dirección correcta para fortalecer a la pequeña producción reconociendo su papel en la protección del ambiente y la biodiversidad, y compensarla por ello.
La Comisión Europea también apunta a una agricultura más orgánica, que ahora representa alrededor de cinco por ciento de la que se practica en el bloque, y a impulsar a jóvenes a quedarse en el campo.
Es cierto que el problema de la seguridad alimentaria es más problemático fuera de Europa. Pero en esos casos también es cuestionable si la agricultura industrial al estilo europeo es la solución.
Los subsidios a la producción agrícola de la UE inundaron los mercados de granos, azúcar y productos animales a precios tan bajos que grandes cantidades de pequeños agricultores quedaron fuera de competencia en los países en desarrollo.
Numerosos estudios documentan las consecuencias negativas de la actual política de UE en los países del Sur, entre ellos un análisis sobre los efectos de las exportaciones de leche en agricultores jamaiquinos y una evaluación sobre el impacto del azúcar europea en Kenia, Tanzania y Uganda.
En respuesta a las fuertes críticas internacionales, la UE ha estudiado el tema.
«Los tiempos en que se necesitaba reembolsar las exportaciones para evitar excedentes ya pasaron. En 2011, los reembolsos representaron solo 0,5 por ciento del gasto de la PAC, comparado con 11 por ciento en 1999», dijo la Comisión Europea en un mensaje enviado a IPS.
«De hecho, los reembolsos a las exportaciones se usan rara vez, en tiempos de crisis, cuando los precios internacionales ya están muy bajos, por lo que su impacto es limitado», añade.
Pero La Vía Campesina tiene otra opinión para esa situación: la UE y Estados Unidos, así como otros países ricos, dejan fuera de la reducción de subsidios que se negocia en la Organización Mundial del Comercio (OMC)a varios sectores agropecuarios, como aviar y porcino en el caso de la UE.
Además reclama que entre 1992 y 2008, la UE incluyó cada vez más subsidios en la llamada categoría de «caja verde» de ayuda económica permitida para sus agricultores.
La UE es el mayor exportador de productos agrícolas del mundo, con 100.000 millones de euros (unos 125.000 millones de dólares) en 2011.
Europa también es el principal importador de productos agrícolas, la mayoría de origen animal, cuya producción implica un costo ambiental y social muy alto en los países exportadores, según el Transnational Institute.
Gerard Choplin, de coordinación europea de La Vía Campesina, dijo a IPS que la forma de garantizar la seguridad alimentaria es la reubicación de la agricultura y el fortalecimiento de los cultivadores locales en todas partes.
Según él, para eso habría que prohibir las exportaciones a precios inferiores al costo de producción, permitir aranceles sobre importaciones a costos inferiores a los de la producción en el país comprador y evitar excedentes estructurales, pues la sobreabundancia que genera la competencia desleal ya ha perjudicado a la PAC.
En lo que respecta a la PAC, habría que otorgar ayuda por persona para compensar a la pequeña producción ecológica y sustentable, añadió.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=101465