La violencia en la minería deSudáfrica se ha extendido a Johannesburgo, con la policía y los guardias de seguridad disparando balas de goma y gases lacrimógenos contra los minerosde oro despedidos que han estado bloqueando a compañeros de trabajo, funcionarios y a la policía.
La policía ha dicho que cuatro personas resultaron heridas el lunes en la mina que solía ser propiedad en parte del sobrino del presidente Jacob Zuma.
Los enfrentamientos en el este de los campos de minas de oro de Johannesburgo, según informaron la policía y Neal Froneman, el director de Gold One International, que opera la mina, fueron el último episodio de violencia que ha golpeado a las minas de Sudáfrica en meses de disturbios.
El 16 de agosto, la policía abrió fuego contra los trabajadores en huelga en la mina de platino Lonmin en Marikana matando a 34 mineros. Días antes, 10 personas, entre ellas dos policías, murieron en actos de violencia en la mina ubicada en la provincia del Noroeste.
Sven Lunsche, el portavoz de la compañía, dijo que unos 12.000 trabajadores de Gold Fields «seguían participando en una huelga ilegal y sin protección», que comenzó el miércoles.
Dijo que se trataba de una disputa interna entre los dirigentes sindicales locales y miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, el sindicato más grande del país.
Después de que terminó el apartheid en 1994, Sudáfrica ha presionado para compartir la vasta riqueza mineral del país con su mayoría negra empobrecida. Pero el resultado esperado no se ha producido.
Una pequeña élite negra se ha enriquecido mientras que la mayoría de sudafricanos siguen luchando contra el aumento del desempleo, la pobreza extrema y una creciente brecha entre ricos y pobres.
La mina donde la violencia tuvo lugar el lunes tiene vínculos comerciales anteriores con familiares de Nelson Mandela y Zuma – y fue el lugar donde el agitador político Julius Malema, un enemigo declarado de Zuma, prometió la semana pasada que las minas de la nación serían ingobernables.
Malema, un anterior aliado de Zuma, fue expulsado del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) de este año por hacer caer al partido en el descrédito, haciendo comentarios incendiarios y pidiendo la nacionalización de las minas.
La violencia en la mina Lonmin dejó 112 trabajadores heridos por disparos de la policía, la peor represión post-apartheid por parte de organismos de seguridad. La policía dijo que abrieron fuego en defensa propia.
La indignación por los asesinatos de la policía del 16 de agosto se vio agravada por los fiscales, que la semana pasada acusaron a unos 270 mineros arrestados en el escenario de los asesinatos por intento de asesinato de sus compañeros de trabajo – personas que fueron asesinadas por la policía.
La Autoridad Nacional de Fiscalía se vio obligada a retractarse el domingo, retirando los cargos formulados en virtud de una ley de la era del apartheid.
El lunes, 91 mineros detenidos fueron puestos en libertad, para gran alegría de sus alegres familiares y partidarios.
Pero había lágrimas por los muchos más que se quedaron en custodia.
El gobierno ha pedido perdón por la violencia que los analistas dicen que podría perjudicar a las posibilidades de Zuma de reelección el año próximo.