El lema de la manifestación de Barcelona es «Cataluña, nuevo Estado de Europa».
Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana cifran en un millón y medio los asistentes.
Miles de catalanes participan en el centro de Barcelona en una manifestación independentista bajo el eslogan «Cataluña, nuevo Estado de Europa», alentada desde el gobierno de la Generalitat y en la quetambién se reclama al Gobierno un pacto fiscal para mejorar la financiación catalana.
La manifestación, está encabezada por la plataforma organizadora, la Asamblea Nacional Cataluña (ANC) y detrás, a bastante distancia, participa una nutrida representación de consellers del Ejecutivo catalán.
De igual manera están presentes partidos como ERC e ICV, aunque no ha acudido a la manifestación el presidente de la Generalitat, Artur Mas, gran promotor de la convocatoria.
Un millón y medio de personas
La convocatoria ha colapsado el centro de Barcelona, así como las calles adyacentes en dirección a Pau Claris y Via Laietana. Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han cifrado en un millón y medio los asistentes a la manifestación independentista que, con motivo de la Diada de Cataluña, se celebra esta tarde en el centro de Barcelona.
En la manifestación se escuchan consignas de «independencia», «Mas lidera o dimite», «Español el que no bote» entre un gran número de ‘esteladas’ (bandera independentista) y, en menor medida, de ‘senyeres‘, la bandera catalana.
También se pueden apreciar pancartas con lemas como Freedom for Catalonia (Libertad para Cataluña) y grandes banderas catalanas portadas por numerosos ciudadanos.
«La vía de Cataluña hacia la libertad estará abierta» si la región no logra del Estado español la revisión de un sistema fiscal que considera injusto, advirtió el martes su presidente, el nacionalista Artur Mas, mientras Barcelona se preparaba para una marcha independentista.
«Catalonia, new independent state in Europe» lanzaba en inglés una enorme pancarta en una fachada del centro de la ciudad a la espera del inicio de una manifestación convocada por los separatistas, que acusan al Estado español de arrastrar a la región en la espiral de la crisis.
Coincidiendo con la Diada, la fiesta nacional catalana, la marcha de este año se ve impulsada por una situación económica que obligó a esta región del noreste de España a pedir un rescate de 5.023 millones de euros al gobierno central, por cuyo sistema fiscal se siente perjudicada.
«Habrá un antes y un después de esta Diada», asegura Eulàlia Gili, miembro de la plataforma independentista Asamblea Nacional Catalana (ANC) -organizadora de la manifestación- que circula sobre una bicicleta decorada con la bandera separatista, que cuelga en infinidad de viviendas y comercios.
Según Cataluña, el Estado español, que recauda los impuestos, no devuelve lo suficiente a esta región, que con cerca de 200.000 millones de euros representa una quinta parte del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
En este contexto, Mas, de la coalición nacionalista conservadora CiU, quiere negociar un cambio de sistema con el gobierno central de Mariano Rajoy, con quien tiene prevista una reunión el 20 de septiembre en Madrid.
«Mi objetivo es intentar alcanzar un acuerdo con el gobierno central en el terreno económico» y «dar a Cataluña las herramientas para construir nuestro futuro nacional», afirmó Mas en inglés en un encuentro con la prensa internacional.
Pero «si no hay un acuerdo en el terreno económico, ustedes ya saben que la vía de Cataluña hacia la libertad estará abierta», agregó.
«La crisis da más argumentos para la independencia», afirma Mar Tarres, una abogada de 24 años que se cubre los hombros con la bandera independentista mientras espera el inicio de la marcha, que debía partir a las 18H00 (16H00 GMT) del centro de Barcelona para llegar hasta la sede del Parlamento catalán.
«Hay un sentimiento de que hay más recortes aquí porque pagamos para los otros», agrega.
«El sistema de solidaridad entre autonomías es injusto», dice por su parte Oriol Trullas, asesor financiero de 24 años.
Numerosas personalidades de la vida política, cultural y deportiva catalana debían participar en la manifestación, como el presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, «a título personal».
El lunes, el diario deportivo Sport reveló que en la temporada 2013-14 el Barça lucirá los colores de la bandera catalana en la segunda camiseta del primer equipo.
Hecho excepcional desde la marcha histórica de 1977 a favor de la autonomía de la región, la ANC logró reunir pese a las disensiones a casi todas las otras organizaciones soberanistas y aunque Mas anunció que no participaría por su papel como «presidente de todos los catalanes», CiU llamó a salir a las calles.
«No hay batalla más urgente ni reto más importante que la soberanía fiscal de nuestro país. Y más en estos momentos», había afirmado Mas el lunes.
La crisis que sacude a España impulsa este argumento entre los catalanes, sometidos, al igual que el resto del país, a drásticos recortes en servicios como la educación y la salud.
Según un estudio realizado en julio y publicado en el diario catalán La Vanguardia, el 51,1% de encuestados votarían «sí» a la independencia en caso de un referéndum, contra el 36% en marzo de 2001.
Para Rajoy, el pacto fiscal no resolverá nada y la única vía a seguir es la de la austeridad para reducir el déficit presupuestario del Estado y de las Comunidades Autónomas a las que Madrid impuso un límite de déficit del 1,5% del PIB para este año.
«Si en algún momento de la historia reciente de España es importante que trabajemos juntos con un objetivo que es mejorar la prosperidad y el bienestar de los ciudadanos, crear empleo, afrontar esta crisis y darle solución me parece que ese momento es de ahora», afirmó Rajoy el martes en Madrid.
«Me gustaría que todo el mundo lo tuviera claro y que nos concentráramos en lo que es realmente importante», agregó.
Cataluña tuvo un déficit público de 3,9% en 2011, contribuyendo al 8,9% total del país contra el 6% prometido.
Rica región del noreste de España, Cataluña es ahora la más endeudada del país con 42.000 millones de euros de deuda pública, es decir el 21% de su PIB.