MÉXICO Comunidades ricas con capital social empobrecido Por Emilio Godoy

MÉXICO, sep (IPS) – La comunidad La Ventanilla, en el sureño estado mexicano de Oaxaca, no se rinde frente a los huracanes y se levanta para proteger manglares y especies animales, como la tortuga golfina, y árboles, como el mangle rojo.

«Tenemos suficientes recursos naturales, pero los huracanes lo destrozan todo», se lamenta Atanasio Martínez, miembro de la cooperativa Sociedad de Servicios Ecoturísticos La Ventanilla.

«Buscamos la conservación de las especies, el desarrollo del ecoturismo, apoyo a la investigación y el aprovechamiento de variedades animales», dice Martínez a IPS.

Esta cooperativa de La Ventanilla, con un centenar de habitantes que sobreviven con cultivos de maíz, ajonjolí y calabaza, surgió en 1997, luego de que los huracanes Paulina y Rick hicieran de las suyas ese año. La zona volvió a ser castigada en junio pasado por el Carlotta.

Cara y cruz de la moneda de la riqueza biológica, La Ventanilla es una muestra de la fragilidad de los medios de vida de las comunidades rurales mexicanas, lo cual obstaculiza su sostenibilidad, según investigaciones en marcha.

Los medios de vida se refieren a los capitales social, humano, natural, físico y financiero.

«El sector rural es precario y con poco acceso a distintas formas de capital», explica a IPS la académica Sophie Ávila, del Instituto de Investigaciones Económicas de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México.

Ávila lleva a cabo una investigación sobre los medios de vida en el municipio de San Pedro Pochutla, también en Oaxaca, y que abarca otros 18 municipios de ese estado, totalizando 199.251 habitantes, según el censo nacional de 2010.

«El capital natural se limita a los insumos agrícolas, el físico se basa en la infraestructura y las herramientas, el financiero en ingresos y créditos, el social en redes locales y el humano en la educación formal», explicó Ávila sobre sus primeros hallazgos.

Los estudios sobre los medios de vida son incipientes en México, con 112 millones de habitantes distribuidos en 19 millones de hogares, 39 por ciento de ellos ubicados en zonas rurales.

Oaxaca, uno de los estados más empobrecido del país, con 570 municipios y 3,8 millones de habitantes, se ha convertido en escenario de esas indagaciones por su riqueza natural y la pujanza de sus organizaciones sociales.

Del otro lado del territorio mexicano, en la costa caribeña, la situación no es muy diferente. Denise Soares, investigadora del Instituto Mexicano del Agua (IMTA), lo ha corroborado en el sudoriental estado de Yucatán.

«No se brinda capacitación sobre cómo protegerse de huracanes e inundaciones. No hay redes de apoyo, la economía es frágil, pues está centrada en la pesca y las hortalizas, las cuales son muy vulnerables ante los huracanes», señaló a IPS la especialista.

Soares inició su estudio el año pasado en las localidades de San Felipe, Celestún, Ixil y Sisal, en la costa yucateca y cuya población suma 14.090 habitantes. De estas localidades, la más avanzada en la gestión de los recursos naturales y prevención de desastres es San Felipe, que maneja alertas tempranas frente a los meteoros y recicla los desechos.

Mediante la investigación participativa, la experta realizó 400 encuestas entre los habitantes y 33 entrevistas a actores clave, como autoridades municipales.

Entre sus resultados preliminares constató la deforestación del mangle, de por sí amenazado en la costa atlántica mexicana, el creciente uso de la tierra para pastar ganado y el desarrollo de la explotación de sal.

«Hay algún grado de decaimiento en los medios de vida, por el incremento de los desastres y la violencia. No veo una política apropiada hacia esos recursos», indicó a IPS la experta inglesa Hilary Warburton, consultora de PracticalAction, con sede central en Gran Bretaña y con oficinas en Perú, Bolivia, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka, Kenia, Sudán y Zimbabue.

Esa institución no gubernamental se enfoca en la reducción de la vulnerabilidad, acceso a mercados e infraestructura y nuevas tecnologías.

En La Ventanilla, los cooperativistas se esfuerzan por reconstruir los daños ocasionados por Carlotta, con poco apoyo financiero gubernamental.

«Hay falta de recursos económicos para el mantenimiento de los animales que las autoridades decomisan y nos entregan. El turismo se presenta sólo en temporada alta, entre marzo y agosto», indica Martínez.

La cooperativa ha criado 1.383 cocodrilos en la laguna de la comunidad y ha liberado anualmente entre 18.000 y 25.000 tortugas golfitas ((Lepidochelys olivacea). Además, domestica venado cola blanca, otra especie amenazada, en su territorio.

En Pochutla, los factores de influencia más citados «son la tierra, la contaminación, los recursos forestales no maderables y el agua», en palabras de Ávila.

Es necesario apostar «al fortalecimiento del capital social mediante redes, mejorar los productos, trabajar a nivel local para conocer las carencias y cambiar el enfoque municipal de atención a desastres de reactivo a preventivo», planteó Soares.

La investigadora divulgará este año la información recabada y en 2013 trabajará con las comunidades en el diseño de acciones, basadas en los datos disponibles.

«Las comunidades locales pueden hacer una diferencia. Por eso, se necesita una política que se aleje de pensar sólo en el crecimiento y ver más por el empleo», sugirió Warburton

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=101591

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