Einstein dijo que no podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos. Sabias palabras, salvo que pocas personas le hacen caso en cuanto se trata de soluciones sostenibles para nuestro enfermo planeta. A pesar de décadas de investigación científica, desde la contaminación del aire a la extinción de las especies, los individuos son lentos en actuar debido a que no sienten una pasión que los arranque.
Para Paul Shrivastava, el Director del Centro David O’Brien para una Empresa Sostenible, en la Escuela de negocios John Molson, de la Universidad de Concordia (JMSB), combinar la ciencia con las artes nos traerá una implementación apasionada del desarrollo sostenible. «Ningún esfuerzo humano ha logrado ser significativo sin pasión. La ciencia y la tecnología por sí mismos no son suficientes. Tenemos que recurrir a las artes a fin de infundir esa pasión en la búsqueda de la sostenibilidad y obtener unos resultados reales que curen este planeta.»
En el siguiente artículo en la revista International Journal of Technology Management, co-escrito por colegas de la Universidad de Lorena y el ICN Business School en Nancy, en Francia, Shrivastava argumenta que el arte es un instinto de supervivencia. «Las narraciones, los historias, la música e imágenes les sirvió a nuestros primeros ancestros para advertirles de los depredadores y los desastres naturales. El arte ha ayudado a desarrollar mecanismos de defensa. Mis colegas y yo, pensamos que el arte debiera utilizarse para hacer frente a las amenazas modernas de supervivencia, como son el cambio climático y la crisis del medio ambiente.»
Esta idea pretende que el mundo empresarial debería ser prudente y tomarla en cuenta. Las organizaciones sostenibles necesitan del arte para mejorar la creatividad y la innovación de los empleados, atraer a trabajadores creativos, optimizar la satisfacción de los trabajadores, así como diseñar productos ecológicos e innovadores productos y servicios. En efecto, las artes influyen en la sostenibilidad de las empresas a través de la arquitectura, la estética de los espacios de trabajo, el diseño de productos y servicios, el arte gráfico de la publicidad y en los métodos de entrenamiento basados en las artes.
Aquí, en Montreal, esa actitud se está convirtiendo en una realidad. El exitoso autor, Richard Florida, escribió en 2008 que Montreal está muy bien posicionada no sólo para capear el temporal económico, sino también para prosperar a largo plazo, debido a una clase creativa generalizada. «Casi una quinta parte de la fuerza laboral en la región de Montreal son super-creativos», escribe Florida. Esto significa que Montreal tiene «capacidades económicas y sociales subyacentes que, bien aprovechadas, la posicionan como modelo a seguir para otras regiones de Canadá.»
Shrivastava espera que este modelo se propague rápidamente. «Hemos pasado décadas confiando en la ciencia y la tecnología y el planeta todavía está hecho un desastre. El arte permite nuevas perspectivas y nuevas formas de interpretar el mundo. En Montreal y cualquier otro sitio, el arte es ese algo que nos hará renunciar a nuestros viejos hábitos a favor de un cambio de comportamiento hacia el planeta.»
– Fuente: Concordia University, via EurekAlert! .
– Journal Reference: Paul Shrivastava, Vera Ivanaj, Silvester Ivanaj. Sustainable development and the arts. International Journal of Technology Management, 2012; 60 (1/2): 23 DOI: 10.1504/IJTM.2012.049104
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Que interesante idea, de todas formas me quedo con el arte.
Nuestra ciencia nos ha vuelto cínicos.