La hipnosis funciona “mejor o igual” que los fármacos en el tratamiento de enfermedades como la ansiedad o la depresión, según ha explicado a Europa Press el responsable del Centro de Hipnosis Profesional de Valencia, Ángel Mateo, con motivo de la presentación en el Palacio de Congresos de Madrid de su libro ‘¿Y por qué no con la hipnosis? Vivencias de un hipnólogo profesional’.
En su opinión, esta forma de terapia ha evolucionado de manera “brutal” en los últimos cinco años, ya que “ahora se diseña en función de los neurotransmisores que hay que tocar para que el organismo regule”. En este sentido, expresa que éstos “se manejan ahora simplemente hablando”, cosa que antes “era impensable”.
Todo ello se debe a los “importantes avances” que se están consiguiendo en la aplicación práctica de la hipnosis gracias a las investigaciones que se están realizando en especialidades como “la neurología, la neuropsicobiología o la psicobiología”, explica Mateo.
En concreto, la hipnosis es una técnica basada en conocimiento científico y “absolutamente demostrada y comprobada por la ciencia”, indica. Ésta se desarrolla a través de una serie de ejercicios que “tratan de desconectar la parte consciente del cerebro para meter sugestiones en la inconsciente y que se produzcan cambios cognitivos y conductuales”, señala. Así, Mateo subraya que el objetivo es “alcanzar los cortes cerebrales más profundos, que es donde está la memoria a largo plazo”. Para ello, se vale de la electrónica y de un oxipulsímetro, con los que se observa, mientras se habla con el paciente y se atiende al número de pulsaciones y de saturación de oxigeno, “las cosas que no tiene resueltas y las que están superadas”, manifiesta.
No deben combinarse ambas terapias
El experto, que señala que con anterioridad este proceso se hacía únicamente estudiando la gestualidad del paciente, afirma que no hay que hacer preguntas al paciente, sino hablar con él para “identificar la causa y el efecto” de su problema. Además, informa de que también es necesario realizar un test de proyección de personalidad al paciente “para comprobar si lo que cuenta se ajusta a su proyección mental”.
Por otra parte, señala que la terapia no debe ser combinada con medicamentos, ya que “no hay ningún fármaco para modificar una emoción”. Por ello, siempre pide al paciente “que le diga a su médico que le vaya eliminando el tratamiento suavemente”.
En cuanto a las enfermedades de los pacientes, diferencia entre dos situaciones habituales como la fobia y la obsesión asegurando que la primera “es estática y se activa sólo en presencia del objeto fóbico”. Por contra, expone que la obsesión se da cuando tan sólo al imaginar este objeto, “el paciente ya se pone malo”.
No obstante, la enfermedad que la mayoría de los pacientes de Mateo padecen es la ansiedad, ya que “entre cinco y seis de cada diez” la presentan. Tras ésta, destaca a otras como “la depresión, la neurosis, las obsesiones compulsivas, los problemas sexuales y las adicciones a drogas duras o al tabaco”.
Respecto a esta última, indica que “se hace en una sóla sesión”, algo que no pasa con las demás. Por ejemplo, la ansiedad necesita “entre cuatro y seis sesiones a lo largo de dos o tres meses” pero, con ello, “el 90 por ciento de los pacientes resuelven este problema de una vez por todas”, explica.
Todo el mundo puede ser hipnotizado
Además, subraya que “no hay nadie que no pueda ser hipnotizado, aunque puede costar más trabajo o menos”. Sin embargo, no existen muchos profesionales que puedan realizar la hipnosis, ya que Mateo cifra en 30 los expertos en la misma en España.
Precisamente para “acercar al público esta eficaz terapia”, el especialista ha publicado esta obra realizada conjuntamente con la escritora Lupe Bohorques. Según su criterio, era necesaria, ya que “se ha usado mucho en ‘shows’ sin explicar cómo se llega hasta ahí”.
En este sentido, Mateo pone como ejemplo el truco de chasquear los dedos y hacer que la persona duerma. “Lo primero es que nadie se duerme porque tienen la mente despierta, además de que lleva un proceso de instalar esa orden en el paciente”. Así, considera que “parece que se tengan poderes mágicos, pero no es nada de eso”.
Por último, y a pesar de reconocer que existen psicólogos y psiquiatras que han aprendido hipnosis en escuelas privadas, subraya que éstos “son los mayores detractores de esta terapia”. Además, sostiene que los que sí la han estudiado “son bastante flojos” en su práctica.
Fuente: europapress.es
La hipnosis funciona «mejor o igual» que los fármacos para tratar la ansiedad