Las autoridades francesas han pedido a los responsables de una de las grandes multinacionales galas, Areva, que ponga en práctica un protocolo de actuación en su fábrica de La Hague, en La Mancha. La fábrica, que emplea a cerca de 3.000 personas, y uno de los centros con mayor concentración de material nuclear de Europa, triplica la media local de suicidios. Y es, la de La Mancha, una cifra ya de por sí elevada una cifra ya de por sí elevada con respecto al resto del país: 29,1 suicidios por cada 100.000 habitantes, frente a 16,3 en el conjunto de Francia.
La alerta de las autoridades francesas proviene también de los riesgos que conlleva la frágil salud mental de algunos operarios en un centro que precisa mucha seguridad debido precisamente, a la naturaleza del material nuclear.
Ya en 2011, los sindicatos habían alertado sobre el incremento de los suicidios, al tiempo que lo relacionaban con un incremento de la carga de horas extra.
No es la primera vez que una oleada de suicidios en una empresa francesa golpea a la opinión pública. El ejemplo más sonado ha sido el de France Télécom , cuyos exdirectivos fueron investigados y juzgados por la muerte de más de 30 empleados