El experimento realizado por un polémico empresario EE.UU. supone la fertilización de hierro de la costa oeste de Canadá y contraviene las dos convenciones de la ONU. 

Los colores amarillo y marrón muestran las concentraciones relativamente altas de clorofila en agosto de 2012, después de sulfato de hierro se vierte en el Océano Pacífico como parte de un esquema de geoingeniería controversial. Fotografía: Giovanni / Goddard Earth Sciences Data Center y Servicios de Información / NASA

Un polémico hombre de negocios americano pretende tirar al mar alrededor de 100 toneladas de sulfato de hierro en el Océano Pacífico como parte de un experimento de geoingeniería con un esquema que afectaría a la costa oeste de Canadá, reveló en Julio una investigación de The Guardian.Los abogados, ambientalistas y grupos de la sociedad civil han llamado a esto una violación flagrante de dos moratoria internacionales y la noticia es probable que provoque indignación ante la cumbre de las Naciones Unidas para el medio ambiente que tiene lugar en la India esta semana.

Las imágenes de satélite parecen confirmar la afirmación realizada por el californiano Russ George, de que el hierro vertido en el mar ha dado lugar a una floración de plancton artificial del tamaño de 10.000 kilómetros cuadrados. La intención es que el plancton pueda absorber dióxido de carbono y luego se hunda hasta el fondo del océano, una técnica de geoingeniería llamada fertilización oceánica que espera créditos netos de carbono muy lucrativos.

George es el ex director ejecutivo de Planktos Inc., cuyo anteriores esfuerzos fallidos para llevar a cabo grandes vertederos comerciales cerca de las Islas Galápagos y las Islas Canarias condujeron la prohibición de navegar a sus buques y a atracar en los puertos de los gobiernos español y ecuatoriano.

La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. le advirtió que aunque navegue con bandera de los EE.UU. para su proyecto de Galápagos violaría las leyes de Estados Unidos, y sus actividades entran dentro de una aprobación de una moratoria internacional de las Naciones Unidas que limita los experimentos de fertilización oceánica.

Los científicos debaten si la fertilización con hierro puede bloquear carbono en las profundidades del océano a largo plazo, y han expresado su preocupación de que pueden dañar irreparablemente los ecosistemas oceánicos, produzcan mareas tóxicas y aguas sin vida, y empeoraren la acidificación de los océanos y el calentamiento global.

«Es difícil, si no imposible, detectar y describir los efectos importantes que sabemos que pueden ocurrir meses o años después», dijo John Cullen , un oceanógrafo de la Universidad de Dalhousie. «Algunos de los efectos posibles, tales como el agotamiento del oxígeno en aguas profundas y la alteración de las cadenas alimentarias distantes, asi que hay que descartar la manipulación océano. La Historia está llena de ejemplos de manipulación ecológicos que salieron por la culata».

George dice que su equipo de científicos no identificados ha monitoreado el seguimiento de los resultados del experimento de geoingeniería más grande nunca con equipo prestado de las agencias estadounidenses como la NASA y la National Ocean and Atmospheric Administration. En declaraciones a The Guardian, dijo que es el «proyecto océano restauración más importante de la historia» y ha recogido una «mayor densidad y profundidad de los datos científicos que nunca antes se habia realizado».

«Hemos reunido datos dirigidps a todos los posibles temores que se han planteado sobre la fertilización oceánica», dijo George. «Y las noticias son buenas noticias, por todas partes, para el planeta.»

El vertido se llevó a cabo desde un barco de pesca en un remolino de 200 millas náuticas al oeste de las islas de Haida Gwaii, uno de los más famosos lugares del mundo debido a sus diversos ecosistemas. George convenció al ayuntamiento de un pueblo indígena para establecer la Haida Salmon Corporación de Restauración y para canalizar más de 1 millón de dólares de sus propios fondos al proyecto.

El presidente de la Nación Haida, Guujaaw, dijo que el volcado al medio ambiente beneficiaría el océano, y que sería crucial para su subsistencia y la cultura.»La gente del pueblo votó para apoyar lo que ellos dijeron que era un «proyecto de mejora de salmón» y no habrían estado de acuerdo si se les hubiese informado sobre los posibles efectos negativos en el medio ambiente y de que se trataba de una violación de una convención internacional», dijo Guujaaw.

Expertos internacionales legales dicen que el proyecto George ha contravenido la convención de la ONU sobre Diversidad Biológica (CDB) y la Convención de Londres sobre el vertimiento de desechos en el mar, que prohiben fines de lucro y actividades de fertilización del océano.»Parece que es una violación flagrante de dos resoluciones internacionales», dijo Kristina M Gjerde, asesor en alta mar por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. 

«Incluso la colocación de partículas de hierro en el océano, ya sea para el secuestro de carbono o la reposición de pescado, no debe llevarse a cabo, a menos que se evalúe y se encuente que es una investigación científica legítima sin motivación comercial. Esto no parece aún haber tenido la apariencia de una investigación científica legítima «.

Russ George dijo a The Guardian que las dos moratorias son una «mitología» y no se aplican a su proyecto.Las Partes en el CDB de las Naciones Unidas están reunidas en Hyderabad, India, donde los gobiernos de Bolivia, Filipinas y los países africanos, así como a las organizaciones de los pueblos indígenas están pidiendo la moratoria actual y una prohibición completa de los ensayos de geoingeniería que incluya el cumplimiento mecanismos de protección del medio ambiente marino.

«Si un pícaro en geoingeniería como es Russ George realmente ha engañado a esta comunidad indígena, y ha arrojado hierro en sus aguas, esperamos ver una rápida respuesta legal a su comportamiento y que se adopten medidas enérgicas proveniente de las altas esferas de los gobiernos de Canadá y Estados Unidos», dijo Silvia Ribeiro, del internacional de tecnología de vigilancia ETC Group, que descubrió por primera vez la existencia del régimen. 

«Ahora es más urgente que nunca que los gobiernos inequívocamente prohiban los experimentos de geoingeniería. Son una distracción peligrosa que proporciona a los gobiernos y a la industria una excusa para evitar la reducción de las emisiones de combustibles fósiles.»

Fuente: http://www.guardian.co.uk/environment/2012/oct/15/pacific-iron-fertilisation-geoengineering

Traducción y corrección de la traducción: Skiper