El pueblo español es «muy solidario» y sigue siéndolo en estos tiempos de crisis, ya que en los dos últimos años se han incrementado las entregas que ciudadanos e industria hacen a los bancos de alimentos para su reparto entre los más desfavorecidos de la sociedad.
En palabras del presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), José Antonio Busto, entre 2009 y 2011 ha aumentado la oferta de alimentos a un ritmo anual del 20 por ciento, por lo que sólo cabe interpretar que «la sociedad y la industria española están siendo tremendamente solidarios».
Busto ha comparecido ante los medios de comunicación en Oviedo, dondeeste viernes, 26 de octubre, recogerá de manos de don Felipe de Borbón el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2012 con el que ha sido galardonada esta organización.
Fesbal integra a 54 bancos de alimentos que el pasado año distribuyeron alimentos a 1,3 millones de personas. Estos alimentos los reciben de la industria, la distribución y administración, así como los que pueden adquirir con las donaciones.
Una maquinaria de 2.000 voluntarios se encarga de recoger los alimentos de las empresas donantes y prepararlos para distribuirlos entre las 7.000 organizaciones sociales a las que ayudan.
Tiramos la comida a la basura
Pese a que aumenta el apoyo a esta organización, Busto ha recordado hoy que no es suficiente para atender toda la demanda que hay y que no para de crecer en toda la Unión Europea «donde se tiran al año 89 millones de toneladas de alimentos, la mitad de las que produce«.
El 42% se tira desde los hogares, el 39% en el proceso de producción por limitaciones que impone la legislación, el 14% en la restauración y el 5% en la cadena de distribución.
«Es una cifra descomunal», ha señalado Busto antes de recordar que en España hay casi 10 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza y que hay entre 1,7 y dos millones de españoles que precisan de ayuda alimentaria.
En su opinión, España y Europa tienen «un problema serio» porque al desperdicio que supone tirar comida mientras hay gente que la necesita hay que sumar el coste energético y ambiental que supone.
En este sentido, ha precisado que por cada kilo de alimento que se produce se calcula que se producen entre dos y cuatro kilos de CO2. Por eso Busto ha dado la bienvenida a la iniciativa comunitaria que entre 2013 y 2025 pretende reducir a la mitad el despilfarro de alimentos y ha precisado que debe cambiarse la mentalidad de los ciudadanos mediante acciones educativas que permitan cambiar costumbres y hábitos de compra.
En ese proceso también ayudará que la industria tenga en cuenta que la sociedad ha cambiado, que hay más gente que vive sola y no precisa de envases con muchos alimentos o que se empiece a distinguir claramente entre fecha de caducidad y de consumo preferente.
La ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, Ana Mato, según ha señalado hoy el presidente de Fesbal, coincide en ese planteamiento que permitirá reducir el número de alimentos que se retiran del mercado pese a que pueden ser perfectamente consumidos.
«Hemos puesto tantas barreras como garantía que nos estamos excediendo en los límites», ha precisado. Sobre el premio que le entregará el Príncipe este viernes, ha reconocido que es importante para los voluntarios que trabajan en la organización porque supone un espaldarazo desde el punto de vista profesional y para aumentar la recogida de alimentos.
Aunque es pronto para hablar de cifras, sí que han notado que hay más voluntarios que quieren colaborar con los bancos de alimentos y más empresas dispuestas a atender sus demandas.
Ha reconocido también que algunas de las grandes superficies comerciales que más les han ayudan han sido objeto de asaltos para llevarse comida, pero que esas acciones no las comparte ni comprende desde un punto de vista práctico o de ayudar a la gente.
El presidente de Fesbal también ha asegurado que es preciso aumentar los recursos que desde la Unión Europea se distribuyen para la compra de alimentos ya que serían necesarios unos 650 millones de euros anuales para hacer frente a las necesidades alimentarias de los más desfavorecidos, unos 150 millones de euros más de los que se disponen para este año.
Al menos hemos sacado algo positivo de esta horrible situación, esta sociedad tan egoista está aprendiendo ha compartir, muchas veces pienso q esta crisis a la q hemos llegado es más una crisis de valores q una crisis puramente económica, bueno es si al menos nos sirve para reflexionar.
Y eso siempre me hace pensar, que de verdad necesitamos una fuerte catastrofe mundial, para que la gente abra los ojos, deje el egoismo y seamos uno todos! En mi país se ha visto tragedias naturales y militares y siempre toda la gente esta dispuesta a ayudar, y eso es agradable. Esperemos que la gente siga recapacitando, y no esperar a una gran tragedia para recien recapacitar.