Referencia: news.Science.org .
¡No al ruido! Muchas criaturas, como los bebés humanos, los de chimpancés y los polluelos, reaccionan negativamente a las disonancias, a los sonidos fuertes, variables y chirriantes. Desde la época de los antiguos griegos, los científicos se han preguntado por qué el oído prefiere la armonía. Ahora, los científicos sugieren que la razón puede ser más profunda que la simple aversión a la forma en que chocan las notas erosionando los nervios auditivos, más bien puede estar en la misma estructura del oído y el cerebro, que parecen estar diseñados para responder a una elegante estructura espacial de armonioso sonido.
«Durante el siglo pasado, los investigadores trataron de relacionar la percepción de la disonancia en la acústica subyacente de las señales», dice la psicoacústica Marion Cousineau, de la Universidad de Montreal en Canadá. En un acorde musical, por ejemplo, varias notas se combinan para producir una onda de sonido que contiene todas las frecuencias individuales que componen cada tono. Concretamente, la onda contiene la base, o frecuencia «fundamental» de cada nota más otras frecuencias que se conocen como armónicos. Al llegar al oído, estas frecuencias son transportadas por el nervio auditivo al cerebro. Si el acorde es armónico, o «consonante», las notas están espaciadas nítidamente lo suficiente para que las fibras individuales del nervio auditivo lleven las frecuencias específicas al cerebro. Al percibir tanto las partes como el todo en armonía, el cerebro responde a lo que los científicos llaman armonicidad.
En un acorde disonante, algunas de las notas y sus armónicos están tan próximos entre sí que dos notas estimularán el mismo conjunto de fibras nerviosas auditivas. Este choque le da al sonido una calidad áspera conocido como batimiento, en las que las frecuencias casi iguales interfieren para crear un sonido de gorjeo. La mayoría de los investigadores pensaban que dicho fenómeno representaba el disgusto por una disonancia.
Pero Cousineau y sus colegas, sospechaban que el batimiento no podía ser toda la historia. En un artículo anterior, el neurocientífico cognitivo, Josh McDermott, de la Universidad de Nueva York, aisló los factores acústicos de armonicidad y el batimiento, y los pusieron a prueba con las preferencias de unos sujetos. Encontró que estas personas se sintieron atraídas por la armonicidad, por los sonidos consonantes más que por el desagradable batimiento.
Para someter la hipótesis del batimiento a una prueba aún más rigurosa, Cousineau y McDermott, se unieron para estudiar a un grupo de pacientes con una enfermedad llamada amusia, una incapacidad hereditaria que impide a quien lo padece distinguir el tono, reconocer la melodía o cantar en sintonía, tampoco puede distinguir la consonancia de la disonancia. Los investigadores razonaron que si el abatimiento explica realmente por qué a la gente no le gusta la disonancia, y si los amusíacos no se conmueven por la disonancia, entonces, probablemente tampoco responderían a los batimientos.
En el nuevo estudio, publicado en línea en Proceedings of the National Academy of Sciences,, los participantes, con y sin amusia, escucharon a través de los auriculares una amplia gama de sonidos, tanto cantados como generados electrónicamente. Los estímulos incluían sonidos armónicos e inarmónicos (producidos al cambiar algunas frecuencias del sonido armónico), y sonidos con y sin batimientos. (En el artículo original en inglés vienen unas muestras para escuchar, haga clic en los clips de audio anteriores, que deben ser escuchados con auriculares). Como era de esperar, los sujetos amusíacos no podían distinguir la consonancia de la disonancia; pero, sorprendentemente, tampoco les gustaba el sonido con batimiento, tan poco como a los sujetos de control sin amusia.
«El batimiento es la explicación de libro de por qué a la gente no le gusta la disonancia, por lo que nuestro estudio es la primera evidencia real que enfrenta la antigua hipótesis», señala Cousineau. «Esto sugiere que la consonancia descansa en la percepción de armonicidad, y que, al cuestionar la naturaleza innata de estas preferencias, se debe estudiar la armonicidad y no el batimiento».
En cuanto a disgusto por la disonancia, «los resultados descartan la idea que asunto del batimiento», confirma Laurent Demany, psicofísico en la Universidad de Burdeos en Francia, que dice que el estudio de sujetos amusíacos ha sido una idea espectacular. «La sensibilidad a la armonicidad es muy importante en la vida cotidiana, no sólo en la música», señala. Por ejemplo, la capacidad de detectar los componentes armónicos del sonido permite a las personas identificar diferentes sonidos vocálicos, y concentrarse en una conversación entre una multitud ruidosa. Dado que amusíacos no tienen problemas con estas tareas, a pesar de no distinguir la consonancia, una mayor investigación de los sujetos con dicha condición, podría proporcionar información valiosa sobre el papel de armonicidad en la comunicación y la percepción, señala Demany.
– Imagen: Sonido off. Un intervalo consonante (izquierda) envía una onda de sonido normal al cerebro. A la derecha, la consecuencia de la disonancia en un espectro inarmónico y la produción del «batimiento». Crédito: M. Cousineau et al., PNAS Early Edition (2012)
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Totalmente de acuerdo con este interesante artículo… Las personas que se vuelven locas estan viviendo en las grandes ciudades saturadas de ruidos desordenados… La armonía esta en el equilibrio, si todos los músicos ejecutan sus instrumentos desordenadamente, es un caos total. En una familia que no tiene armonía entre sus componentes hay caos, uno de ellos buscará la calle para sosegarse y regresar de nuevo con la mente limpia… En un rebaño llega el descontrol, cuando avistan un depredador y entonces se acaba la armonía y a correr se ha dicho… Chao!
Una mujer enojada es como una guitarra desafinada. Lo único que va a producir al ser tocada serán disonancias estridentes y ruidos sin ton ni son. Pero si la dama se afina, puede con ella el hombre entonces ser participante de los conciertos más hermosos de la vida a través de las secuencias del corazón.
Yo soy maestro de guitarra y lo primero que le enseño a mis estudiantes es a afinarla, para que después no anden yendo con sus parientes o con el vecino a que les afine.
Igualmente un hombre antes de casarse —o arrejuntarse, como se usa ahora— le vendría bien aprender antes a afinar a su futura compañera, para que no ande después pidiendo ayuda “sicológica” a propios y extraños para ella y para él: —Hey, amigo, ¿me puede afinar a mi mujer por favor?
Hola Remigio:
Ya se que la guitarra tiene las formas de una mujer,pero bajo mi humilde opinión ,esta vez no has estado muy acertado en tu opinión.
Se que no ha sido tu intención, poner a la mujer, como hoja de perejil, simplemente has expresado tu sentimiento hacia lo que supone para tí la música a través de la guitarra.
Esa emoción que emana de ti, esa unión que hay entre tus dedos y las cuerdas que te hace vibrar, porque cada nota es como una gota de sangre que recorre tus venas, te ha llevado a comparar a lo que sientes con la mujer, cuando está enojada.
Permiteme decirte, que debido a mi cargo que en su día tuve, en mis turnos rotaron más de 400 mujeres a lo largo de más de 30 años, siendo ellas de diversas edades, he podido comprobar que no todas eran personas, que fueran de carácter disonantes, sin ton ni son.
Desgraciadamente, he visto y he sentido,la tristeza la impotencia de la situación que vivían, porque su » armonía de hogar no exístia » y tuvieron que cargar con él, porque tenían hijos y no había forma de largarse, porque no había leyes que le ampararan a ella y a sus hijos,
Yo no diría que a esas mujeres, por su enojo ante circunstancias que tenían que soportar, tuvieran que afinarlas…, simplemente eran el reflejo de lo que vivian, que la mayoría su caracter cambio, cuando su salario,podía alimentar a sus hijos y mantener su independencia.
A partir de su liberación. fueron personas que al estar a su lado era como la melodía de una guitarra cuando se toca con sentimiento.
También he tenido hombres a mi cargo, y ellos también han venido enojados, pero eran personas que en su vida, no había armonía
Quiero decir , que el enojo, tanto en mujeres como en hombres, es una respuesta a lo que estan viviendo, no es cuestión de afinar a los que estan enojados, porque la causa de su enojo es el o la que está produciendole ese estado, ya sea, mujer u hombre, al que tendrían que afinar, es al autor o autora de quién » toca las cuerdas de la guitarra «, porque no tiene la sensibilidad de crear una melodía adecuada que suene bién y halla belleza en sus acordes
Por consiguiente, queda claro, que no hay que afinar a la mujer o el hombre enojado, busquemos la causa y hallaremos al autor de su desdicha y viciversa
Saludos de una jubilada
Hablamos del enojo D:M en temas de la «ira»y la causa siempre es el miedo a ser y a mostrarnos tal vez como somos, esa es la causa.
Temor a perdidas que pueden ser muchas, produce ansiedad.
A medida que las personas son más honestas y muestran sus sentimientos es que pueden resolver todo si lo desean.
Enojo no resuelto sigue su curso y el afectado siempre es quien lo siente.
Sea hombre o sea mujer.
Abrazos!
Buenas tardes, D.M. ¿Cómo ha estado?
Me da mucho gusto saludarla y agradecerle que se tome el tiempo de leer y analizar mi comentario.
Perdone que hasta ahora le conteste; es que he andado “algo” ocupado.
Le doy la razón en la esencia de su apreciación y le pido una disculpa si expresé de mala forma lo que quería decir.
La analogia de la guitarra es por lo que Usted menciona de la similaridad del instrumento con el cuerpo femenino. Porque una analogía apropiada para el hombre sería la de un tololoche.
Estos son los sinónimos que yo entiendo por enojado: airado – áspero – cabreado – carilargo – colérico – enfadado – irritado -molesto – picado.
Me parece que los problemas emocionales a los que Usted se refiere son de una naturaleza más profunda, pero bien podría estar yo equivocado.
De cualquier forma, creo que estamos de acuerdo en que cuando le damos la mano a alguien para ayudarlo a salir de un problema lo estamos afinando con los elementos que lo podrían beneficiar.
Bueno, D.M., me despido de Usted dándole una vez más las gracias y haciéndole una invitación especial a esta boda que va a ser muy sonada:
Hoy se casan violín y mandolina
Y la guitarra va a ser la madrina
El padrino va a ser el tololoche
Y el bandoleón es el chofer del coche
Son los pajes pandero y castañuelas
Y las damas de honor siete vihuelas
Chambelanes también tenemos siete
Seis trombones y un viejo clarinete
El guitarrón que trabaje de mesero
Y en la panza que le echen el dinero
Remigio Sol
Me llama la atención el uso del número siete, que es para mí un número mágico… Me encantó el poema pues no lo había leído. Saludos por siete veces tu amable aparición en estos links o block o como quiera llamárseles.
Buenas tardes, para mí los sonidos más hermosos son la risa de los niños, el viento, que mueve las hojas, el canto de los pájaros, la noche con el canto de los grillos, el agua que corre,el recuerdo de mi madre cantando a la mañana, la música que me gusta, las campanas….
El hombre de la guitarra esta todabía en la edad de piedra… Quiere decir que el único que siente y piensa es él… ¿Cómo le parece? Cómo hará cuando se desafine por el tiempo y el uso del afinador?
Hola Remigio Sol:
En primer lugar, no hay nada que perdonar, porque tanto su opinión como la mía o la de cualquiera, es lo que cada uno siente, según lo que entiende sea erroneo o no, es lo que apreciamos de un escrito, por consiguiente, todos, incluso yo, porque nadie es perfecto,sin pretenderlo, no » estamos finos a la hora de unir palabras para dar sentido a una idea » y el resultado no es siempre lo que habiamos pretendido que se nos entendiera.
Por consiguiente, una vez aclarado este punto, le dire, que generalmente me gustan sus comentarios,por ello, me extraño su ejemplo referente a lo que expuso anteriormente respecto a que había que afinar a la mujer y nada más.
Espero leerle en otros comentarios y le deseo que todo en su vida sea tan hermosa como las notas de una guitarra, que rezuman sentimiento.
Hasta la próxima, reciba un saludo de esta jubilada, que sigue sus comentarios.