Las fuerzas de seguridad sirias mataron ayer a un estudiante durante una protesta en la Universidad de Damasco, dijeron activistas, al tiempo que crece la presión internacional sobre el régimen.
Con este deceso aumentó a 170 el número de personas muertas en más de tres semanas de protestas. Francia, Alemania y Gran Bretaña demandaron el cese inmediato del derramamiento de sangre.
Al menos 30 personas murieron el fin de semana en violentas manifestaciones en Deraa (sur) y Banias (norte), pese a las promesas de reformas del presidente Bashar al Asad.
En Banias, por lo menos cuatro personas murieron el domingo por disparos de las fuerzas de seguridad, según testigos, y ayer la ciudad estaba cercada por el ejército.
Asad, quien enfrenta protestas sin precedentes contra su mandato de once años, ha respondido con una mezcla de fuerza y promesas de reformas, incluyendo el posible levantamiento de la ley de emergencia que está vigente en Siria desde hace casi cinco décadas.