Desde la “unificación por la fuerza” de Italia, como algunos suponen, en el siglo XIX, periódicamente se plantea la cuestión de la separación de tal o cual parte del país.

El “pionero” en el frente separatista es sin duda el Movimiento por la Independencia de Sicilia (Movimento per l’Indipendenza della Sicilia), que, al aparecer en 1943 y al existir apenas ochos años, de improviso reapareció en 2004. En la península de los Apeninos también tiene posiciones bastante firmes el partido separatista Liga del Norte (Lega Nord), así como el movimiento Independencia de Véneto (Indipendenza Veneta), que abogan activamente por la secesión de las regiones norteñas del resto de Italia. Tampoco pierde la esperanza de lograr su anhelada independencia Tirol del Sur que se sumó a Italia después de la II Guerra Mundial, si bien disfrute de una amplia autonomía y, junto con ella, la posibilidad de dejar en su tesoro el 90 % de los ingresos recaudados, enviando a Roma tan solo una décima parte de los mismos.

Scalea Daniele, secretario científico del Instituto de Investigaciones Geopolíticas y vicedirector de la revista Geopolítica analizó esta delicada cuestión en entrevista a nuestra radio:

–La historia de Italia está llena de peculiaridades relativas a las desavenencias entre diferentes identidades de nuestro país. Esto viene de lejos. Primero, Italia fue unificada bajo la égida de Roma, pero luego, al cabo de dos siglos, perdió su independencia y resultó en manos de estados extranjeros. Por eso nuestro país tenía siempre estructuras estatales disímiles. No en vano en la Edad Media no se hablaba de un solo Estado sino de una centena de diferentes, cada uno de los cuales poseía su propia independencia. Esto, sin duda, llevó incluso no solo a profundas diferencias culturales sino también geográficas. Debido a estas últimas, a propósito, surgían complicaciones en la comunicación y contactos directos. Pues, hace varias decenas de años, en muchas regiones agrarias de Italia se hablaban diferentes dialectos, no el idioma estatal único. En esto, creo, están las raíces reales del separatismo. 

¿Está de acuerdo con que la crisis propicia la propagación de las tendencias separatistas en la península de los Apeninos?

–La crisis, por consiguiente, echa más leña al fuego. Como es sabido, en los tiempos difíciles en lo económico, siempre brotan tales tendencias y los movimientos separatistas cobran vigor rápidamente. Justo durante la crisis política y moral de los años noventa en Italia apareció el fenómeno llamado Liga del Norte, partido cuya consigna principal es la separación de Italia. Si hablamos del día de hoy, podemos comparar Italia con España. En primer lugar, debido a la crisis, en un período corto, en Cataluña estallaron tendencias separatistas. 

Las regiones que abogan con más consecuencia por su independencia son Véneto y Tirol del Sur. Si en Tirol del Sur viven dos grupos étnicos: los italianos y los alemanes, la población de Véneto se distingue por su carácter homogéneo y allí no hay nacionalidades tan diferentes. En Véneto existen tendencias separatistas pero no están tan difundidas, según parece. En lo que se refiere a Tirol del Sur, este problema se suavizaba y se resolvía en cierto grado. Todas las aspiraciones vehementes de separarse “se pagaban” con inversiones estatales italianas. Esto permitió garantizar en esta región no solo un nivel de vida más alto que en el resto de Italia, sino también la estabilidad. Teóricamente, las tendencias separatistas pueden manifestarse, incluso en forma muy aguda, si el Estado reduce la financiación de Tirol del Sur.

Sin embargo, en los momentos actuales las cosas no llegan a una situación extraordinaria.

vs/kg

http://spanish.ruvr.ru/2012_11_28/Italia-separatismo-tendencias-partidos-situacion/