Ayahuasca

Andreea Balogh

Buenos dias , maestroviejo
Me gustaria compartir con vosotros esta experiencia de viaje hacia el interior  – Ayahuasca.

Saludos,

Una colaboración de Liana Oprea

Fecha: Navidad 2009

Localización: Selva baja, cerca del Puerto San Miguel – Nauta (Peru)

 

El suelo se balancea como si estuviera colocado enteramente sobre una hamaca. Suave, al principio, pero cada vez mas acusado. Abro los ojos y sigue el balanceo. El mundo entero oscila despacio y engañoso. Me acuesto boca arriba. Lobo – nuestro guía en el ritual de Ayahuasca – me pide que cierre los ojos. La postura no me sienta bien. Vuelvo en semi-lotus, con la columna recta, alineada con el aire que sube hacia las estrellas. Bebo un poquito mas de la copa y cierro los ojos, tal como Lobo me había instruido. Los otros dos compañeros se han acostado en el suelo.

Me balanceo en el mundo que balancea el suelo, la casa, la jungla, el canto de los pájaros por la noche y los dos ríos. La segunda copa me atrapa en un remolino tumultuoso e incomprensible que supera la velocidad del pensamiento. Si abro los ojos veo el mundo en grabaciones lentas – la velocidad de la percepción es mayor que la velocidad de procesar imágenes lineales. Veo más rápido que la velocidad de mis pensamientos. Atravieso volando un túnel como una super-autovia, como el centro de un huracán. Casi de repente, pero sin ninguna inercia, mi vuelo se detiene y levito lentamente.

 

Veo desde arriba un grupo de personas semidesnudas, con faldas echas de tiras coloreadas. Portan unos objetos alargados y planos como unos escudos. Alrededor, la vegetación es de un verde intenso, como la jungla. Es el verde de Amazonia, de la primavera perenne. En este arquetipo de verde, las personas brillan en colores dorados. Sus pieles parecen tener luz propia. Los escudos están decorados con dibujos geométricos predominando el negro, el naranja, el amarillo y el rojo.

Están desfilando debajo de mí, a unos 10 metros. Sé que me los traen para que yo los vea, aunque nunca nos miramos.

Después, desfilan con otros objetos que parecen unas hojas de árbol rayadas con violeta, amarillo, rojo y negro, en rallas dispuestas en V. Las hojas están colocadas encima de unos soportes altos pero flexibles como unos juncos. Desfilan guardándolos cerca de sus cuerpos. Y yo sé que ellos están aquí para ayudarme en el inicio de mi viaje. No se como y porque lo se, pero lo se. Es como una ceremonia de bienvenido.

Me muestran un símbolo grande dibujado en una superficie de apariencia textil. El extraño lienzo utiliza tonos de bronce y blanco. El dibujo central está hecho en blanco. Todavía lo puedo diseñar.

 

Significa ¨ser noble¨. No se porque, pero mi mente asocia el dibujo a la imagen de un caballo. Como si fuera el avatar de aquel símbolo.

De repente, seres parecidos a mariposas y pájaros revolotean en colores primarios, puros, en el centro de algo que parece un bosque verde donde la luz del sol ilumina completamente cada superficie viva, en movimientos fluidos. Los sorprendo con el rabillo del ojo casi definidos, casi ensamblados, pero siempre demasiado tarde para poder focalizarlos completamente.

Guardan a plena luz una película de misterio cercano.

El tabaco de la bebida acaba de hacer su efecto. En espasmos cortos, sin la sensación de malestar, mi estomago se vació de todos sus recuerdos vegetales. Por suerte, he apuntado al vaso de madera que me preparo Lobo y me felicité por no vomitar en el suelo.

Instantáneamente el vuelo comienza de nuevo con más intensidad. Me encuentro dentro de dos mundos. La conocida, 3D, y la otra, mas real, mas consciente. 4,5,9D? Oigo los ruidos de la jungla en la noche e intuyo a los demás cerca de mí, debajo de la gasa que nos ha colocado encima, la mujer de Lobo una hora antes. Fue una hora ó fueron dos? Ó 30 minutos? Lobo me pregunta algo y le contesto que estoy bien. Cuando agita un ramo de hojas, encantando algo sin utilizar palabras, noto casi una presencia fresca encima de mi frente. De vez en cuando nos cubre de humo. Cuando me tapo los ojos noto mi frente ardiendo.

Y vuelo con todas las fuerzas al espacio.

La imponderabilidad no me agrada y lucho por un tiempo con la sensación de la caída. Tener la espalda tensa no me sienta bien y, después de unos momentos, simplemente renuncio y me dejo caer. En vez de lo esperado, empiezo a flotar. Soy agua, soy aire, pero soy yo, dando saltos inimaginables en la infinidad del universo. Atravieso nubes de estrellas, nebulosas llenas de luz y de color. Estrellas y soles pasan en mi proximidad. Y estoy muy lejos pero no estoy sola, nunca estoy sola y no me siento sola, aunque no veo a nadie en mí alrededor. La Soledad no existe. Existen solamente la exploración y el viaje. Me siento en casa, esté donde esté.  Casi no me parezco a mi, así como me refleja el espejo por las mañanas, pero soy yo. Sobre todo, SOY.

El tiempo no existe. No existe la personalidad, los atributos, los pensamientos, los sentimientos. Al menos no separados, como los conocemos, sino juntos, entrelazados entre si como unidad.

Es ahora cuando tengo la certeza que YO en el Universo EXISTO.

Luces esféricas, de diferentes tamaños, se aceleran en mí alrededor. Mi levitación en la imponderabilidad se convierte en la velocidad de la luz, ó más. Las estrellas se convierten en líneas continuas. Percibo la velocidad a nivel visual. Otra nube de estrellas, otras nebulosas de todos los colores. Y el viaje se frena y flota, incontablemente. ¨Arriba¨ y ¨Abajo¨ pierden su significado. Soy yo – sin atributos.

Es la sensación de fluir con el espacio en una dirección cualquiera.

La llamo libertad.

Pequeños entes coloreados en sombras rosa y amarillo vivo empiezan un asedio, multiplicándose en miles. Una voz se despierta en mí observando: ¨El asedio de los juguetes¨ y de repente me noto sonriendo divertida. Una vez nombradas, las cosas que dan miedo pierden el aire terrorífico.

La voz tiene la personalidad de alguien mirando con sorpresa como un pequeño gatito trata de morderle las piernas. Después ordena a los entes que desaparezcan y los entes obedecen. Esta voz, sin palabras me acompañara mucho tiempo después de esta experiencia de la jungla. La sigo encontrando de vez en cuando y tengo la certeza que existe en mí, esperando que la escuche y la hable. La voz soy yo – reducida ó ampliada hasta la esencia.

Después de la desaparición de los juguetes, empiezo a percibir mis sentimientos, mis emociones, mis pensamientos. Con tanta claridad que me aparecen transpuestas en imágenes. Son como seres-entes en forma de lianas que vibran, una vez activadas. Pero eso no es todo. Hay alguien mas, controlando las vibraciones. Soy yo. En versión extendida. La presencia asociada al espacio estelar. Sin sonidos. Llena de paz. Infinita. Posiblemente Inmortal.

Aparecen de nuevo las imágenes de las personas. Son otras. De otro tiempo. En otro contexto, pero de alguna forma relacionadas con las primeras, cuando comencé el viaje. Está vez no me encuentro mirándolas desde arriba. Estamos al mismo nivel. Acercándonos a una especie de ciudad-ciudadela. Volamos hacia ella y lo que desde lejos me parecían abanicos blancos se convierten en las puertas de la entrada. La ciudad quiere recibirme. La persibo inteligente, como a un ser vivo, pero en cuanto más me acerco, más lejos está la puerta y los espacios entre los murros se estrechan prohibiendo la entrada.

Empiezo despertar al mundo real (¿ó volver a dormir en el?) y veo entre las pestañas cosas de la tienda de Lobo.

Detrás de las puertas de la ciudadela observo caras con miradas inteligentes transmitiendo una profunda sabiduría. Caras alargadas con la piel clara y el cabello oscuro recogido con algo que me recuerda a las agujas japonesas. Ojos almendrados me transmiten que por ahora no puedo entrar en la ciudadela. Son como leyes que no se pueden desobedecer. Los mismos ojos guardan en si la promesa de que volveremos a vernos.

Aunque soy consciente de la imposibilidad de entrar, pongo mi empeño.

¨Hasta la próxima¨, me transmiten sin palabras las caras detrás de los abanicos blancos.

Vuelvo al mundo que conozco y tengo que admitir que el viaje terminó. Lobo lo ha notado. Se me acercó y me pregunto si estaba bien. Le contesté que si. Que he viajado lejos y vi un montón de cosas, sin entender algunas de ellas. Me preguntó si le dejaba tocar mi frente. Durante el ritual, mi frente ardía. Pero me confirmó que había despertado. Me quede un rato sentada, probando despacio mis sentidos, mi vista, pero las imágenes tardaban en ensamblarse. Unos momentos después, empecé distinguir figuras, formas, pero no era lo que esperaba. Las luces y las sombras vibraban despacio, y en mi derecha, una sombra oscura, mas oscura que la noche se acercaba a las piernas del americano. ¨Vete. No me gustas¨, le dijo la voz de mi viaje a la sombra. Y la sombra se alejaba, pero nunca del todo. He conseguido sacarla de la habitación pero se quedaba siempre en las vecindades.  Sentí a los demás descubiertos, como niños vulnerables. Estaban en el suelo, después de la tercera copa de ayahuasca. Lobo me dijo que ellos podían tomar la tercera por ser más resistentes que yo. Luego, en el hostel me han contado que se quedaron dormidos.

Me quede despierta, concentrándome en el sonido de los pájaros de la jungla, con la sensación, aún presente, de encontrarme entre dos mundos. Como si todavía, parte del mundo que deje atrás, siguiera estando dentro de mí.

3 comentarios en “Ayahuasca

  1. Según los estudios realizados por el Dr. en Psiquiatría transpersonal Stalislav Groff, en una entrevista en «Holograma» de Marisa Escasany, Stanislav admitió que se puede entrar en un estado alterado de conciencia al nivel de cualquier droga, L.S.D., Ayahuasca, hongos alucinógenos, etc., solo con hacer un ritmo de respiración de tiempos rápidos cortos, largos profundos, etc, que Él lo ha hecho con grupos para demostrarles que esa experiencia puede ser vivida sin necesidad de ingerir drogas.

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