Son muchos los gobiernos que han comenzado a adoptar políticas para restringir el intercambio libre de contenidos protegidos por la red, a través de dos modelos:
El primero de ellos, basado en la persecución a los internautas que descargan dichos contenidos, cuyo mayor exponente es la Ley HADOPI aprobada en Francia, que priva del acceso a Internet a los ciudadanos que tras 3 avisos persistan en las descargas.
El segundo, cuyo mayor exponente lo constituye la Ley Sinde en España, que persigue a quienes faciliten enlaces a contenidos protegidos, creando una suerte de tribunales administrativos para ordenar el cierre de las páginas webs presuntamente infractoras.
Sin embargo, cualquiera de estas regulaciones restrictivas es completamente inútil por definición. – Ponencia Ideológica aprobada en el Congreso de NNGG
El Congreso de Nuevas Generaciones celebrado este fin de semana en Zaragoza fue aprovechado por Mariano Rajoy para anunciar que hoy presentarían una proposición no de ley para suprimir el canon digital. La noticia del canon solapó la contundente ponencia ideológica aprobada por los jóvenes del PP y que carga contra la Ley Sinde. Era la noticia que no lo fue.
Pero hubo más, Andrea Levy, ponente de la misma, expresó en su intervención algunas ideas que vienen a reforzar la que parece que va a ser una posición crítica de la dirección de Nuevas Generaciones con respecto a la posición oficial de “los mayores” del PP en relación con la Ley Sinde.
Aunque la que ya es Vicesecretaria de Relaciones Internacionales de Nuevas Generaciones se dirigía a la ministra de Cultura, su contundente discurso en defensa de la red libre y neutral bien podía ir dirigido, aunque no fuese esa la intención, a Don Mariano Rajoy:
Sólo un loco pretendería ponerle barreras al mar y sólo un gobierno incapaz de entender la dimensión del progreso a la que estamos asistiendo, pretende detener lo que hoy es ya imparable. Gonzalez Sinde, que debería ser virtual o un avatar, debería entender simplista que conciba la web como un foco de peligros y amenazas que presuntamente justificarían una limitación preventiva.
Porque no nos equivoquemos. En la red no hay más riesgos que los que hay en el mundo, y por ello no ha de pretender regularse de forma distinta. Amigos y amigas, hoy asistimos a través de la proliferación de páginas webs, blogs y redes sociales a la mayor movilización de personas jamás conocida. Es la Revolución de las Palabras, de las opiniones, de la libertad de expresión.
Hoy más que nunca el altavoz está en la calle, en la voz de todos y cada uno, en la que cualquiera que tenga algo que decir puede asomarse a la inmensidad del mundo para ser escuchado y seguido, en la que gente anónima compite en influencia con las grandes élites, en la que el poder no está sólo en quienes lo ejercen desde las instituciones sino que fluye a través de una red de ideas capaces de movilizar por un interés basado en la libertad de elección y no en la imposición, capaz de conseguir sus más legítimos propósitos con el sólo uso de la palabra.
Es bueno que el espíritu de rebeldía y la discrepancia frente a los mayores “vuelva” al seno de las juventudes, en este caso del PP. Aunque los que decidan a la hora de la verdad sean los señores y señoras diputados y senadores que mantienen una uniformidad casi militar a la hora de votar todos unidos en el Congreso y el Senado contra la libertad en la red y a favor de la Ley Sinde.
Veremos si en el futuro inmediato los nuevos dirigentes de NNGG hacen valer su discrepancia en sede parlamentaria. Algo que no ha hecho el ya ex presidente de las juventudes del PP, el diputado Nacho Uriarte.