Referencia: LiveScience.com, 16 de noviembre 2012
Todas las diminutas hembras de rotíferos bdelloidea han aguantado los últimos 80 millones de años sin relaciones sexuales. Una nueva investigación muestra que engullir el ADN de otras formas simples de vida puede ser el secreto para la supervivencia de este animal asexual.
En el estudio, los científicos descubrieron que hasta un 10 por ciento de los genes activos en estos rotíferos microscópicos proviene de bacterias y otros organismos, como hongos y algas. El hallazgo se suma a la ya extraña rareza de esta pequeña criatura», apuntó Alan Tunnacliffe, profesor de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio.
«No sabemos cómo se produce la transferencia de genes, pero es casi seguro que implica la ingestión del ADN de los restos orgánicos, de lo que sus entornos están llenos», explicó Tunnacliffe. «Estos rotíferos comen cualquier cosa más pequeña que la cabeza …»
Muchas criaturas asexuales se cree que están condenadas a la extinción debido a su carencia de diversidad genética y a la acumulación de mutaciones que suele provenir sólo de la reproducción del ADN de los padres. Pero estos rotíferos han logrado evitar estos escollos de la vida asexual, diversificándose por lo menos en 400 especies.
Una de las cualidades más notables de estas criaturas es su capacidad para resistir la deshidratación extrema, lo que tendría algo que ver, en parte, a su ADN extraño. El nuevo estudio encontró que algunos de esos genes extraños se activan cuando los rotíferos comienzan a secarse en sus efímeros hogares acuáticos. Dichos genes también pueden estar detrás de unos potentes antioxidantes, pensados para proteger a estos rotíferos de los subproductos de la desecación.
«Estos antioxidantes aún no han sido identificados, pero creemos que algunos de ellos son el resultado de genes extraños», agregó Tunnacliffe.
El éxito estos rotíferos también puede atribuirse a sus potentes mecanismos de reparación de ADN, que parecen haber evolucionado gracias a un duplicado de los genes, según un estudio detallado en 2008 publicado en el journal Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los nuevos hallazgos se detallan en la revista PLoS Genetics de 15 de noviembre.
– Imagen: Un par de estos rotíferos. Estas criaturas no necesitan sexo para reproducirse. Crédito: Laboratorio de Biología Marina.
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Unos bichillos muy listos…
si, mucho mas listos que muchos por aqui