Así, al daros cuenta de que queréis experimentar felicidad y armonía, primero debéis sembrar esas semillas de felicidad y armonía. Pero si a pesar de este conocimiento persistís en actuar mal y brindar infelicidad y penurias a los demás, como consecuencia, eso exactamente es lo que os acarreará una reacción de sufrimiento sobre vosotros mismos.
Como quiera que sea, este sufrimiento también tiene su compensación, porque os enseña que no tuvisteis voluntad para aprender ninguna otra forma. Ello cambia vuestra atención hacia resultados importantes de la vida, que de otra manera pudieron haber sido pasados por alto. Os brinda compasión, solidaridad y entendimiento de las penas de los demás.
Si no repetís vuestra maldad, el sufrimiento gradualmente se disipará, y si escucháis la voz de vuestra Naturaleza Más Alta, la intuición y vivís de acuerdo a sus dictados, la vida fluirá tranquila y armoniosamente.
Angel Luis Fernández.
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