Daigo Kobayashi (Masahiro Motoki) es un celista que toca para una orquesta sinfónica en franco declive, a tal punto que el dueño decide disolverla. Desempleado, Daigo y su esposa Mika (Ryoko Hirosue) deciden volver al pueblo natal de aquél, a la casa que su madre, recién fallecida, le ha dejado como herencia. Allí busca empleo y atiende un anuncio de lo que parece ser una agencia de viajes, pero que en realidad es una empresa dedicada al antiguo arte del “Nokanshi”, la preparación de los difuntos para su último viaje. El trabajo es menospreciado socialmente y también para Daigo resulta repelente, pero lo acepta por la paga. Con el tiempo, descubre la profunda dignidad de su oficio y empieza a desempeñarlo con maestría y orgullo.
La cinta es de 2008 y se hizo acreedora a varios premios, incluyendo el Oscar a la mejor película extranjera. Planteada alrededor de un oficio de escaso reconocimiento pero de necesidad indiscutible, la delicadeza de la ceremonia del “Nokanshi” refleja el respeto de la cultura japonesa hacia los difuntos y, sin necesidad de elucubraciones filosóficas, reafirma con gran belleza la fe en la vida trascendente. La descripción del drama de la muerte y su impacto en los parientes y amigos del difunto es un verdadero poema, que se ilustra con imágenes y metáforas de una fuerza descriptiva excepcional. Paradójicamente, el mensaje no es pesimista sino de liberación, puesto de relieve especialmente en la vida del protagonista. Los detalles de humor salpican la narrativa sin quitar solemnidad al tema y las actuaciones, la fotografía y la música son estupendas. El único pero es que, al no ser una producción de Hollywood, su distribución ha sido limitada.
Director: Yojiro Takita
Intérpretes: Masahiro Motoki, Tsutomu Yamazaki, Ryoko Hirosue, Kazuko Yoshiyuki
Año: 2008, Regent Releasing
Género: Drama