México es el único país de 18 considerados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que no muestra una reducción de la indigencia en la última década.
De acuerdo con el Panorama Social de América Latina 2012, en 2002 el país tenía un 12.6 por ciento de su población en pobreza extrema, pero en 2010 esa cifra había subido a 13.3 por ciento. Hace 10 años, México estaba en el lugar 4 de los 18 países medidos, sólo por debajo de Uruguay, Chile y Costa Rica; en cambio en la última medición, ya que la mayoría de naciones presentó mejoría, México baja hasta la posición número 11.
En promedio, la región logró reducir casi 11 puntos, de 22.2 por ciento alrededor del 2002 a 11.5 hacia 2011 en población indigente, definida por la Cepal como las personas que aún destinando todo su ingreso a alimentos, no podrían pagar una canasta básica, determinada en cada país según sus condiciones.
Ese mismo parámetro es el que utiliza en México el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) para definir la pobreza alimentaria, considerando como precio de la canasta básica 2.378 en medio urbano y 1.523 en rural a noviembre de 2012.
Sin embargo, el organismo mexicano tiene una medición más optimista, pues sólo cuenta como pobres extremos a 11.7 millones de personas, 10.4 por ciento de la población, 3 puntos menos que lo afirmado por la Cepal.
En el nivel de pobreza general reportado por el informe regional, el país sí muestra una mejoría, al pasar de 39.4 por ciento de la población en 2002, a 36.3 en 2010.
Sin embargo, es un ritmo lento, pues esos 3 puntos que mejoró, se quedan cortos frente a los más de 10 que redujo en promedio el subcontinente.
El organismo internacional estima que en la próxima medición, que se hará en 2013, al indigencia aún se mantendrá porque el precio de los alimentos seguirá relativamente alto, aunque en la pobreza esperan una leve recuperación para el país de al menos un punto.
De haber estado en el lugar 7 hace una década, ahora México ocupa el 11 de los 18 países evaluados.
La estimación del año pasado es de que hay 29.4 por ciento de pobres en Latinoamérica y 11.5 de indigentes, el nivel más bajo en las últimas 3 décadas, derivado de un aumento en el ingreso de la población, tanto por salarios como por transferencias gubernamentales o particulares.
Otra de las razones por la que la reducción de la pobreza avanza más lento en México que en otras partes es porque el gasto social que hace el Gobierno apenas alcanza el nivel de lo que destinaban otros países hace dos décadas.
El informe, divulgado en noviembre pasado, muestra que el promedio de América Latina es asignar 18.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al desarrollo social, pero en México apenas ha llegado a 11 por ciento.
En el subcontinente, lo destinado a seguridad y asistencia social también es el que más se ha incrementado, al duplicarse de 4.4 por ciento del PIB a 8.2, mientras que en salud sólo alcanza 3.9 puntos y en educación 5 por ciento, un punto menos que la meta proyectada para la región.
Itxaro Arteta / Agencia Reforma