Nasrudin conversaba con un amigo.
– Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?
– Sí pensé -respondió Nasrudin. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.
Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.
– ¿Y por qué no te casaste con ella?
– ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.
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Es tiempo de observarnos y darnos cuenta que tampoco nosotros somos “perfectos”, al igual que él/ella tenemos virtudes y defectos.
Andamos en busca de una persona perfecta, para poder amarla y unir nuestras vidas… Sin darnos cuenta que al amarla, esa persona es perfecta para nosotros.
Siria Grandet- Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (Ba Zi)
REFLEXIÓN: LA RELACIÓN DE PAREJA
“No podemos dar lo que no tenemos y no podemos recibir lo que no damos”. Siria Grandet
Tu pareja no te va a dar la felicidad que tu mism@ no tienes; el vacio que sientes por la falta de amor en ti, solo lo puedes llenar tú… una pareja solo va a complementar la felicidad que tú ya posees.
Tendemos a ser infantiles y pensar de forma egoísta; creemos que es obligación de nuestra pareja hacernos felices… solo pensamos en lo que “yo necesito” o “yo quiero”; también solemos argumentar que “lo mío es más importante” “sufro porque el/ella no es como yo quiero”, etcétera… como niños exigentes. Pero, ¿Se te ha ocurrido pensar que tu pareja también necesita? ¿Que son dos personas, no solo una?
El verdadero Amor, es incondicional o no lo es. Cuando realmente Amas a una persona, deseas lo mejor para ella, únicamente piensas en su bienestar y felicidad sin egoísmo alguno… si tu pareja es feliz, tu eres feliz.
También sucede que a veces, con el paso del tiempo, la llegada de hijos al matrimonio, la rutina, etcétera…tendemos a olvidar lo que nos hizo enamorar de nuestra pareja, empezamos a ver solo lo que nos desagrada y además lo magnificamos.
Dejamos de valorar lo que hace por nosotros y olvidamos por qué decidimos unir nuestras vidas a este ser. Es por esto la importancia de volver a recordar lo que nos hizo enamorarnos de nuestra pareja, volver a sentir esa complicidad, esa emoción del principio de nuestra relación; darnos el tiempo para observarnos a nosotros mismos y darnos cuenta que tampoco nosotros somos “perfectos”, al igual que él/ella tenemos virtudes y defectos… si deseamos perfección en nuestra pareja,empecemos por nosotros mismos.
Fuente: http://armonizandotuvida.blogspot.com/2012/11/cuento-sufi-la-mujer-perfecta.html