Cuando en medio de la noche el llanto de un bebé irrumpe en el silencio y el sueño de unos padres primerizos, el primer impulso suele ser levantarse instantáneamente a socorrerle y reconfortarle.
Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Temple, en Pensilvania (EEE.UU) demuestra que es mejor dejarlos llorar “hasta que el sueño los venza” y habituar así al bebé a aprender solo a calmarse.
Para esta investigación se tomó un grupo de 1.200 niños de entre seis y 36 meses de edad y se pidió a sus padres que apuntaran las veces que se despertaban al cumplir los 6,15, 26, y 36 meses.
El estudio demostró que los bebes pueden clasificarse según los resultados en dos grupos: los durmientes y los durmientes transitorios.
Al cumplir los 6 meses, el 66% de los bebés durmientes no se despertaban durante la noche, o lo hacían solo una vez a la semana, y después conservaban esta evolución al crecer.
Pero el 33% restante, serían los denominados durmientes transitorios, ya que a los 6 meses se despertaban aun siete noches a la semana, a los 15 dos veces y a los 24 una sola noche cada siete días.
En un análisis a los factores posibles causantes de estas diferencias se observó que la mayoría de los durmientes transitorios eran varones y estaban siendo amamantados y además se demostró que tenían niveles más altos de dificultad temperamental.
Según la doctora Marsha Winraub, una de las investigadoras del estudio, estas dificultades en el sueño entre los más pequeños puede tener dos explicaciones.
En primer lugar están los factores genéticos o biológicos que pueden marcar un temperamento difícil.
La otra causa es que muchos bebes aún no han aprendido a controlarse y quedarse dormidos por sí solos, sobre todo cuando son amamantados. “Cuando las madres se adaptan a este despertar nocturno y/o si el bebé tiene el hábito de quedarse dormido durante el amamantamiento, entonces no está aprendiendo cómo tranquilizarse por sí solo, y esto es algo esencial para tener un sueño regular” explica la investigadora.
Sin embargo los investigadores no descartan otros factores, como unadepresión de la madre durante el embarazo o el desarrollo del bebé que puede condicionar su estado anímico.
Consejos
Además el estudio da algunos consejos para que los padres puedan controlar la urgencia de socorrer a sus bebés, como establecer una rutina.
“El mejor consejo es llevar a los pequeños a la cama a una hora regular todas las noches, dejarlos que se duerman por sí mismos y resistir la urgencia de responder inmediatamente sus despertares”, explica la experta, aunque matiza, “Si los padres saben que el niño está a salvo y sólo necesita quedarse dormido”.
Además, añade que aún se necesitarán realizar más estudios para encontrar respuestas a uno de los problemas que más preocupan a los padres en las consultas de pediatría de todo el mundo, y que puede condicionar el crecimiento y desarrollode los bebés en sus primeros meses.
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