“Es la persona más agradable. Siempre está de buen humor, es agradecida. Yo me decía, ‘ok, tenemos que trabajar un poco más en esto’. Si se hubiera ido a un asilo, hubiera sido muy triste, su familia nunca la hubiera visto”, dijo Sarah Sabo, la enfermera que cuidaba a Pat Hawkins en un hospital privado en Washington, en el Distrito de Columbia, EE.UU.

Pat Hawkins tenía una amnesia parcial, por ejemplo ella sabía cómo se llama y que tiene 54 años. Además, recordaba que era hija única en su familia pero no llegaba más allá de eso.

La mujer fue hospitalizada en una clínica privada con el diagnóstico de “deshidratación  e insuficiencia renal”. Antes, Pat Hawkins vivía en un asilo para mujeres y no recordaba su vida anterior. Al ser la clínica donde fue hospitalizada de pago, a todos los pacientes insolventes los dirigen a una casa de ancianos.

Sin embargo, un día Sabo visitó a su paciente y Pat Hawkins le dijo que había recordado algo más: la dirección de su madre, incluyendo el código postal. La enfermera no encontró un teléfono asociado con esa dirección, pero los empleados del hospital decidieron probar suerte y escribir una carta y enviarla ahí.

Durante 25 años la madre de Hawkins se negó a irse de su casa en Richmond, California. Si la dejaba, ¿cómo podría encontrarla su hija? Otros parientes no querían decir lo que realmente pensaban: que Pat no habría sobrevivido y nunca regresaría.

Pat Hawkins creció en los sesenta y setenta, tuvo una infancia normal, según la prima de su madre, Diane Holmes. Tras el divorcio de sus padres, vivió con su madre cerca de sus tíos y primos. Fue a la universidad y tuvo un empleo. Pero en 1987, tres meses después de dar a la luz a su hijo, Pat fue herida en la cabeza por una bala perdida. Un par de meses después, mientras se estaba recuperando, salió caminando de casa de su madre. Ahora se ha reunido de nuevo con su madre y con su hijo, y continuará intentando restablecer su memoria.