En un dique del puerto del Imperio Bizantino descubierto tras una sequía, cerca de Estambul, los arqueólogos excavaron lo que fue un antiguo centro floreciente. Pero, ¿cómo encaja esto en una ciudad de 1.600 años de historia?
Ocultas durante un milenio, tuvo que ocurrir una grave sequía en el siglo XXI para revelar las ruinas de una ciudad portuaria perdida hace mucho tiempo. Cinco años después de que los arqueólogos descubrieran los cuatro kilómetros de largo de su malecón en un lago contaminado a 20 kilómetros de Estambul, ellos continúan desenterrando Bathonea, que está produciendo una gran cantidad de raros artefactos y una arquitectura que abarca mil años de la era bizantina.
Las excavaciones de este año duplicaron prácticamente el tamaño conocido de Bathonea, reforzando la idea de que se trataba de una ciudad rica y bien conectada, con un puerto completamente equipado del que se nutrían allá por el siglo XI, cuando un terremoto la destruyó en gran parte.
Bathonea es un raro e importante hallazgo, ya que poco queda en Bizancio (ahora la moderna ciudad de Estambul) de aquellos primeros siglos bizantinos, o del Imperio Romano de Oriente. El antiguo centro urbano se ha reconstruido encima tantas veces en sus 1.600 años de historia que ha dejado mucho detrás.
Situada en una larga península de cultivos sobre el lago Kucukcekmece, que una vez fue una entrada en el Mar de Mármara, Bathonea reapareció en 2007 cuando una sequía redujo drásticamentte el agua del lago, dejando al descubierto partes de la muralla. Y al final resultó ser casi la mitad de la longitud del muro que alguna vez rodeó a Constantinopla (así fue rebautizada Bizancio por Constantino el Grande).
El tamaño de la pared sugería que Bathonea era un puerto de seguridad importante para buques que se dirigían a Constantinopla, a comienzos del siglo IV, y el por qué la ciudad se fue convirtiendo en la sede del poder del Imperio Romano de Oriente.
En años anteriores, los arqueólogos, dirigidos por Sengül Aydingün, de la Universidad Kocaeli, descubrieron algunos de esos diques rompeolas, una villa de varios pisos o palacio, una enorme cisterna, las bases redondas de un templo griego, y los últimos restos de una iglesia bizantina y el cementerio. Cerca de allí, los caminos de piedra se cruzan entre sí, sobre 1.500 años de historia.
En 2012 se descubrió un gran edificio de varios pisos y una serie de pequeñas habitaciones al lado de la villa, cuyos artefactos indican un monasterio con talleres para la fabricación de metal, joyería y vidrio que comenzó su producción en el siglo IV. Los moldes de joyería que descubrieron nos ofrecen la primera evidencia arqueológica de la producción de joyas en Constantinopla, una tradición conocida a partir de las fuentes históricas.
Otra clave fue encontrar, excepcionalmente conservadas, dos partes de la red de canales de agua subterráneos de cientos de metros de largo que mantenían la cisterna de Bathonea y sus edificios anexos con suministro de agua dulce. Otra cosa que hallaron fue un escondido edificio helenístico visto entre las estructuras decimonónicas y una carretera que lo conecta a un puerto del siglo II antes de nuestra era, y que ofrece aún más pruebas de los primeros días de Bathonea.
El enorme terremoto del siglo XI parece que pudo destruir gran parte de Bathonea. Los arqueólogos siguen encontrando muros derribados de todos los edificios (incluso uno que mató a los tres hombres descubiertos bajo los escombros). Sin embargo, a juzgar por la cerámica encontrada, algunos residentes se ganaban la vida en Bathonea en fechas tan tardías como el siglo XII.
Quedan muchas preguntas: ¿Cuál era la conexión de Bathonea con Constantinopla? ¿Quién vivía allí? Si era un puerto importante habitado por ricos y poderosos, la región fue refugio bien conocido por la élite de Constantinopla durante siglos, ¿por qué no aparecen en las conocidas fuentes históricas? (Su nombre es un marcador de posición, inspirado en dos referencias distintas de hace ocho siglos) ¿Y cuál fue su relación con Rhegion, un imperio local sito al otro lado del lago, en el Mar de Mármara?
Para tratar de responder a estas preguntas, Aydingün y su equipo, se centrarán en la excavación este año en la punta de la península, donde el radar ha detectado que puede haber estructuras bajo tierra. También esperan reiniciar la exploración submarina. En 2008 se descubrió un edificio que pudo haber sido un faro. La tradición local sostiene que se trata de un minarete mágico que se eleva para advertir a los pobladores cercanos cuando pecan demasiado.
– Imágenes: Los restos de un palacio-villa bien equipado, prosiguen dando evidencias de la riqueza de sus habitantes. Créditos Steven Bartoo