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Hacia el este de Teruel se levantan unas tierras que en los tiempos en que estuvieron dominadas por los templarios, y tomando la denominación de los ‘maestres’ de las órdenes militares, pasaron a ser conocidas con el nombre de ‘maestrazgo’. Cantavieja es una impresionante población rodeada de barrancos, que sirve de punto de partida a cuadernos de paso para realizar un viaje por los pueblecitos medievales de las tierras del maestrazgo, abordando las peculiaridades de las gentes de estos pueblos que anidan a más de mil metros de altitud. Sus leyendas y costumbres; su artesanía; sus fiestas ancestrales dominadas por el fuego, como la ‘encamisada de Estercuel’- que se celebra el 17 de enero-, en donde se encienden fabulosas hogueras en todo el pueblo, para rememorar la salvación de la peste. Costumbres e imágenes medievales que nos llevan a otro mundo, como ocurre con ‘La Iglesuela del Cid’, que debe su nombre a la ermita de nuestra Señora del Cid, ante cuya imagen dicen que rezo el Cid Campeador, camino de Levante; o ‘Villarluengo’, asentado sobre una roca, al borde de un inmenso abismo conocido como ‘el balcón del forastero’; o espacios como la gruta a la que llaman por su belleza ‘el palacio de cristal’, en ‘molinos’.