Se aconseja escuchar la música al leer el artículo
Cuando el Espíritu necesitó una chispa de luz, un mediador divino entre la Humanidad y la Fuente Inmanifiesta… un niño nació (Espíritu Crístico o Cristo).
La Luz inconmensurable que antes portaba el pueblo en el “Arca del Pacto”…ahora se materializaba para anclarse en el corazón del Hombre.
Ante éste principio divino, los Tres Reyes (cuerpo físico, cuerpo astral y cuerpo mental)…que ya existían pero no conocían al principio crístico …se llegaron hasta él y se postraron.
En señal de reconocimiento y obediencia dejaron a sus pies las posibilidades que el Cristo aceptaría potenciar en cada uno…el Oro (Luz de la Verdad)…el Incienso (Sacralidad)…y la Mirra (Transformación)…y no eran dones que el Cristo no poseyera…sino que fueron reconocimiento y recordatorio de lo que necesitaba ser implantado en ellos mismos, y en todos los Hijos de la Tierra.
En la Dualidad (José y María)…emergió un principio sin el cual no seríamos ahora cristos en evolución…y para que ese principio cumpla su función de mediador entre la Fuente de la cual emanamos y nuestros tres principios inferiores…estos tienen que postrase ante el Cristo y “autoofrecerse” en verdad, sacralidad y dispuestos a la Transformación, para ser canales y portadores del Amor Infinito que el Principio Crístico vino a anclar a un planeta Azul, al que muchos llaman Merla y otros Gaia…un planeta de Segundo Rayo (Rayo del Amor)
Que hoy recordemos ese ofrecimiento…y los que podamos, lleguemos con los Tres Reyes Magos (cuerpos inferiores) a postrarnos en servicio ante nuestro Yo Esencial, Cristo, Angel Solar, Presencia…o como quieran llamarle, para impregnarlos de la conciencia de servicio que recuperamos cada día, mientras los velos se sutilizan y la Verdad es una Estrella de Belén…que brilla mostrando cada tramo del camino de Unificación con ese Cristo…que no es un hombre, no…ni un Maestro (ese era Jesús)…sino la semilla cósmica evolutiva que deviene en LO QUE SOMOS.
Unificado al de ustedes…mi corazón les abraza!!!
Tahíta