A finales de diciembre el presidente de EE.UU., Barack Obama, promulgó la conocida Ley de Reautorización de Enmiendas a la ley
FISA 2012, que amplía por cinco años la denominada Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés), permitiendo al país mantener control sobre las llamadas telefónicas y correos electrónicos de los ciudadanos estadounidenses dentro y fuera del país.
Sin embargo, un reciente estudio de la Unión Europea titulado: ‘Lucha contra la delincuencia cibernética y protección de la privacidad en la nube’, asegura que el peligro real reside en el control de EE.UU. de la información almacenada en nubes públicas, que son precisamente propiedad de empresas de ese país como Google,
Microsoft o Facebook. Según el reporte, la legislación tiene “fuertes implicaciones para los derechos fundamentales de la UE”, ya que permite a EE.UU. extraer legalmente toda la información de las nubes sin previo aviso ni consulta.
Control total
La enmienda a la ley FISA puede ser vista como “un riesgo mucho más grave a la soberanía de los datos de la UE que otras leyes”, dice el informe del bloque.
En esencia, a instancias de una orden secreta del Gobierno de EE.UU., las
empresas estadounidenses que operan en la UE estarán obligadas a entregar los datos de los ciudadanos europeos.
Es como poner un medicamento de control mental en el suministro de agua que sólo afecta a personas de otros países”
El informe concluye que los ciudadanos de la UE deben ser advertidos de que la información será de libre acceso a las autoridades estadounidenses y exige que los ciudadanos de la UE cuenten con los mismos derechos que los ciudadanos estadounidenses en los tribunales de EE.UU. Además, recomienda que las violaciones de privacidad de la información de las nubes de datos deberían ser tipificadas como un delito informático.
El co-autor del informe, Casper Bowden, ex asesor jefe de privacidad de Microsoft en Europa, dijo, citado por el sitio de noticias slate.com, que la falta de atención al proyecto de ley por parte de las autoridades de la UE fue realmente sorprendente.
“Es como poner un medicamento de control mental en el suministro de agua que sólo afecta a personas de otros países”, dijo Bowden, quien agregó que la FISA era “un cheque en blanco para cualquier cosa que favorece los intereses de la política exterior estadounidense”, incluyendo el continuo control a gran escala de “actividades
políticas democráticas y lícitas comunes”