«El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, dijo el jueves que los países occidentales están preparando una intromisión directa en los asuntos de su país y están tratando de «estrangular al país con un nudo corredizo»,» informa RIA Novosti.
«Primero fueron amenazas políticas, el rechazo de las elecciones [presidenciales], la prohibición de entrada [europea] y las sanciones económicas. Luego sobrevino una iniciativa de agitación en nuestro mercado de divisas y los bailes en los huesos después de la explosión en la estación de metro Oktyabrskaya», dijo Lukashenko al Parlamento y a su pueblo.»
Destacando cómo la élite del poder califica a cualquier país que se niega a sacrificar su propia soberanía como un «Estado Canalla», Lukashenko explicó cómo la elite «Quiere obligarnos a ser igual que todo los que están a nuestro alrededor, igual que ellos mismos, al fin y al cabo.»
«Si intentan doblegarnos, torcernos el brazo para luego sofocar, como mínimo resistiremos. Pelearemos por nuestro pedacito de tierra», agregó el presidente.
Al igual que el Coronel Gaddafi y Mahmud Ahmadineyad, Alexander Lukashenko puede ser un autócrata que gobierna su país con puño de hierro, pero por negarse a jugar a la pelota con los globalistas, Bielorrusia se ha convertido en el próximo objetivo del manufacturado levantamiento global, con militantes entrenados por Estados Unidos esperando derrocar a Lukashenko y entregar el país a las potencias de la OTAN que están ocupadas tragando naciones como parte de su agenda a largo plazo de aislar a Rusia y China.
Bielorrusia está en la mira debido a su reiterada negativa a unirse a la OTAN, los principales globalistas en la reciente conferencia de Globsec 2011 declararon al país una amenaza a la UE y la OTAN. Por supuesto, el pequeño estado satélite ruso no representa amenaza militar alguna, pero la idea de que algún país soberano tenga el descaro de querer manejar sus propios asuntos sin ser dictados por el gobierno global es intolerable a los ojos de los capos del nuevo orden mundial.
Es por esto que Lukashenko y Bielorrusia fueron enumerados por el tristemente célebre artículo de Freedom House titulado «Who’s Next?» [¿Quién Sigue?], publicado en la revista del Council on Foreign Relations, Foreign Affairs, en febrero.
Mientras la OTAN y sus aliados asesinan a manifestantes, mujeres y niños en Afganistán, la prensa occidental ha atacado salvajemente a Lukashenko por reprimir manifestaciones en Minsk.
El belicista senador Joe Lieberman también atacó públicamente a Lukashenko durante un discurso el mes pasado, pidiendo al Presidente de Bielorrusia la liberación de «activistas» quienes en realidad son milicianos entrenados por Estados Unidos que pretenden derrocar a Lukashenko, lo que también nos puede dar una idea de quién estaba detrás del bombardeo al metro que mató a 12 personas la semana pasada.
Como explica Tony Cartalucci en su excelente artículo, Besieging Belarus: Next on the Globalists’ Chopping Block, «Por supuesto, estos activistas bielorrusos han sido entrenados, financiados y equipados por Occidente al igual que los activistas que han participado en la “Primavera Árabe” ahora sin duda financiada por Estados Unidos. El artículo de la revista Foreign Policy, «Revolución U«, informó de que la organización CANVAS financiada y apoyada por Estados Unidos ha entrenado a activistas de 50 países diferentes, incluyendo Bielorrusia. Poco después que CANVAS, que por entonces se llamaba Otpor, derrocara a Slobodan Milosevic en Serbia el 2000, comenzaron a viajar clandestinamente a Bielorrusia para reunirse con activistas estudiantiles. En última instancia su red fue descubierta y cerrada. Más tarde se infiltraría en la política de Georgia y Ucrania y ayudaría a sus Revoluciones Rosa y Naranja, respectivamente.»
«En 2007, el US International Republican Institute (IRI) admitió abiertamente su financiación y apoyo a los activistas dentro de Bielorrusia en un llamado para conseguir apoyo similar de miembros de la Unión Europea.»
El National Democratic Institute (NDI) también admite la realización de «programas de asistencia democrática» en Bielorrusia desde el 2000, lo que simplemente es un código globalista para campañas de desestabilización violenta. El actual presidente del NDI, Kenneth Wollack, un miembro clave de la Brookings Institution y del Council on Foreign Relations, también pronunció un discurso a principios de este año donde exigió que Bielorrusia debe ser obligada a unirse a la «Comunidad Trans-Atlántica» (el nuevo orden mundial), y pidió a los globalistas utilizar a la oposición de entrenamiento y financiación estadounidense para llenar el «vacío político cuando se produzcan vacantes.»
Bielorrusia ha sido abiertamente reconocida como una de las fichas de dominó que caerá si los globalistas pueden revitalizar su «Primavera Árabe» escenificada que se encuentra temporalmente en un punto muerto en Libia tras el fracaso de los rebeldes respaldados por la OTAN para derrocar a Gaddafi.
La evidencia es abrumadora respecto a que la ola de revoluciones sacudiendo al mundo, que comenzaron en Túnez a principios de este año, ya fue completamente secuestrada por los intereses globalistas y será utilizada para eliminar a los pocos «Estados Canallas», países como Bielorrusia, que se han negado para convertirse en estados vasallos en la marcha de la élite global hacia un gobierno mundial. Alejándose de la confusión y dejando claro que Bielorrusia se encuentra en la línea de fuego, Lukashenko está tratando desesperadamente de evitar que su país sea saqueado por neocolonialistas que están en medio de un golpe geopolítico masivo que arrastrará a todos y cada uno de los países que quedan hacia el borg colectivo del nuevo orden mundial.
Original en: Prison Planet