Hoy 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, pero más allá de la retórica que suele acompañar estas fechas, hacemos la invitación a entrar en contacto con la inteligencia del planeta, dialogar y formar una relación de intercambio energético con ella
Además de la importancia de celebrar la fascinante belleza de nuestro planeta o generar conciencia ecológica y acabar con la destrucción de la biosfera, queremos, este Día de la Tierra, invitar a explorar uno de los temas que más nos cautivan en Pijama Surf: la posibilidad de que nuestro planeta sea un ser inteligente que englobe en su conciencia todas las formas de vida que la habitan, más allá de una metáfora o un truco de marketing para vender productos “verdes”, literalmente una manifestación consciente de los principios creativos del universo.
Si bien la ciencia moderna con la Teoría de Gaia, de James Lovelock, y la teoría de sistemas, atisba esta idea, el entendimiento de que el planeta es una entidad viviente con la cual se puede entablar una relación interpersonal, aprender, intercambiar enegía e incluso erotizarse al nivel de la divinidad, es común a la mayoría de las culturas indígenas y parte de la conciencia mítico-mística subyacente a todas las civilizaciones por más que hayan sido reprimidas por la vehemente racionalidad del dios masculino del monoteísmo. Desde divinidades como Pachamama, Coatlicue, Gea, Ninhursag, Ishtar, Asherah, Lakshmi, hasta la transformación de Isis en la Virgen Maria, de Tonantzin en la Virgen de Guadalupe, vemos como la Gran Diosa Madre reaparece en el paneteón metamórfico de los arquetipos y del inconsciente colectivo, una veta tierna y luminosa que tiene también su lado destructivo -o autorregulante- como podemos presenciar en los terremotos, inundaciones, tsunamis, o en las manifestaciones destructivas de la divinidad femenina, como Kali o Hécate.
En el último tiempo hemos explorado este tema, entreviendo el regreso de la Diosa al axis mundi de nuestra empresa humana -al vórtice de nuestra existencia-, el despertar de la feminidad como una fuerza cristalina y luminosa que nos lleva a todos en su cauce de agua sagrada hacia una nueva comprensión de nuestro lugar en el universo, un lugar de interdependencia, simbiosis y creatividad: la posibilidad de recuperar en vida el paraíso en la comunión con la Tierra.
Compartimos una serie de links y citas que hemos ido recopilando en los últimos tiempos en la búsqueda de reencantarnos con Gaia:
“La vieja idea de la Tiera muerta ha dado paso a Gaia, la idea de la Tierra viviente. La vieja idea del universo sin creatividad, ha dado paso a la evolución creativa. Primero en el reino de las cosas vivas, por Darwin, y ahora vemos que todo el cosmos está en proceso de evolución creativa. Así que si todo el universo está vivo, si el universo es como un gran organismo, entonces todo lo que contiene se entiende mejor como organismos que como máquinas”.
…Creo que la conciencia del sí mismo viene a através de la conciencia mutua. No creo que la conciencia de nosotros mismos surja dentro de un mundo solipsista donde cada quien se ve el ombligo. Conciencia significa, literamente, con scire, saber con, o saber juntos. Creo que la razón por la que estamos concientes es porque somos interconcientes en relación a otras personas. La conciencia es compartida, y no creo que un ser humano individual sin relación a otras personas o a alguna otra cosa sería conciente”.
“Creo que si la galaxia tiene conciencia, entonces su conciencia depende de su relación con las estrellas y sistemas solares y probablemente también con otras galaxias. Habría una intersubjetividad de galaxias, una comunión de una comunidad de galaxias”.
Rupert Sheldrake, la física de los ángeles y la autoconciencia de los cuerpos celestes
“El Dalai Lama, el líder espiritual de los tibetanos lanzó una de las afirmaciones más celebrables que escuchado en los últimos tiempos, y ello a pesar de que en lo personal no me genera una afinidad especial, en la que profetizó: “La salvación del mundo será orquestada por la mujer occidental”.
“El pulso de la Divinidad Femenina resuena cada vez más claramente. El retorno de la Diosa se presenta como recurso ya no solo estimulante y armónico, sino vital, para dirigir con lucidez la transmutación de paradigmas. El planeta parece urgido de sacudirse el desequilibrio masculino que le impusimos durante siglos, la presencia maternal (contemplada desde una perspectiva planetaria) debe ser enaltecida, el dulce caos femenino toca a la puerta… y sería fatal para la especie humana ignorar una vez más su llamado”.
La Era de la Diosa: El Retorno de la Divinidad Femenina
“Hoy, en tiempos de tanto cambio, la salvacion existente es encontrar el útero de Gaia. Entender una nueva etapa de la Tierra en el universo, es entender que el camino hacia la evolución sólo se dara en el contacto con la Tierra..Hoy, en tiempos de tanto cambio, la salvacion existente es encontrar el útero de Gaia. Entender una nueva etapa de la Tierra en el universo, es entender que el camino hacia la evolución sólo se dara en el contacto con la Tierra.
“Descubrir la identificación que tenemos con el entorno es descubrir la armonia con el universo y con la tierra, y con nosotros mismos, esa era y sigue siendo la escencia del Grial y el motivo de su búsqueda incesante que fue siempre la búsqueda radical con el entorno. Por eso, plantear la actual actitud destructiva de la Humanidad como una amenaza irreversible que terminará con todo cuanto ha venido sosteniéndonos desde que la vida hizo su aparición sobre el planeta es, en definitiva, volver a ese sentimiento judeo-cristiano del hombre como centro del Universo y señor de sus destinos; del Hombre capaz de construir y destruir, segun le suenen los vientos, levantándose como un ser aterrador en un apocalíptico crépusculo de los Dioses”. (Juan G. Atienza)
El Santo Grial o el útero de Gaia
La humanidad no ha tejido la red de la vida. Somos sólo una hebra dentro de ella. Lo que le hacemos a la red, nos lo hacemos a nosotros. Todas las cosas están unidas. Todas conectan”. El Jefe Seattle, 1854.
“Mis pinturas más recientes honran esa “conciencia madre” que reside en la ayahuasca. Es una energía profundamente sanadora y transformativa en su médula. Mientras ella incondicionalmente nos ama, al mismo tiempo nos puede despojar radicalmente de todo el tejido ilusorio que nos rodea”, Martina Hoffman
Martina Hoffman: visiones del divino femenino
“El planeta es un tipo de inteligencia organizada. Es muy diferente a nosotros. Ha tenido unos 5 mil millones de años para crear una mente que se mueve lentamente y que está hecha de oceános, ríos, bosques y glaciares. Se está volviendo consciente de nosotros y nosotros nos estamos volviendo consciente de ella, extrañamente. Dos miembros más improbables de una relación difícilmente pueden ser imaginados, el simio tecnológico y el planeta que ensueña”, Terence Mckenna.
“Debemos engrandecer nuestro acercamiento para englobar la formación que está ocurriendo ante nuestros ojos… de una entidad biológica particular que nunca ha existido en la Tierra –el crecimiento, afuera y arriba de la biósfera de una nueva capa planetaria, una envoltura de la sustancia pensante, a la cual, por conveniencia y simetría, he dado el nombre del a Noósfera”. .–Pierre Teilhard de Chardin,The Future of Man.
Noósfera noostros: historia del despertar de la mente colectiva del planeta
Nature is the symbol of spirit. R.W. Emerson
Como parte del progreso de la civilización occidental, la naturaleza fue concebida como un conjunto inánime que estaba a nuestro servicio para ser conquistado y explotado. Jean Paul Sartre lo resume diciendo “la naturaleza es muda”, el hombre está solo en el universo, separado, significándose por sí mismo. Habíamos superado el pensamiento mágico y primitivo del animismo, del paganismo o del chamanismo y poblado el mundo con máquinas exactas avanzando en línea recta, hacia el fin de la historia. Y sin embargo, en la ruptura posmoderna y en el nuevo paradigma que se asoma, descubrimos que la evolución nos hace regresar, con una mirada elíptica -como los anillos de los árboles o de las galaxias- hacia un origen donde la naturaleza deja de ser una cosa muerta de la cual sólo extraemos bienes materiales, para experimentarse como un sistema holístico del cual somos parte indisociable y a través del cual se revela nuestro espíritu. La experiencia que define la conciencia ecológica -y cosmológica- es experimentar la interconexión entre todas las cosas y el delicado balance que permite la vida y alimenta la evolución -el hombre que se experimenta dentro de una red, rizoma, entre plantas y estrellas y nodos de información. Y la experiencia mística, circuito secreto de la historia: experimentar que la naturaleza, el campo morfogenético de la Tierra, se está comunicando, que la natureleza exhibe un lenguaje capaz de utilizar toda la matriz biológica del planeta para hablarte a ti.
A la”naturaleza muda” de Sartre le contesta Terence Mckenna, esuchando voces de duendes en todas partes, llegamos a“El entendimiento de que el mundo es una sola cosa y es una cosa viva, con una intención y un espíritu”.
Earthanima: la Tierra está viva y se comunica a través de los elementales
“Hemos entendido que la alquimia no era el trabajo de la transmutación de metales en oro, sino una especie de danza de la imaginación donde los procesos psicológicos dentro de los alquimistas se entrelazaban, amalgamándose con procesos químicos creando una mitología de la materia, un paisaje donde el león verde, el dragón rojo la reina hermafrodita, el perro de cuatro cabezas… eran figuras fluyendo en las especulaciones febriles de los filósofos… La creencia era que el hombre podía trabajar con la naturaleza, en completa sociedad con el proceso divino y redimir la luz caída en la materia y de esta forma redimirse a sí mismo”.
El reduccionismo de la ciencia ha perdido “El entendimiento de que el mundo es una sola cosa y es una cosa viva, con una intención y un espíritu.”
“El análisis racional nos dice que la materia sólo está compuesta de átomos moviéndose en el espacio obedientes a leyes matemáticas invariantes y toda la creatividad, todo el sentido de conexión que experimentamos como seres vivos contemplando la naturaleza como miembros de la sociedad es negado… Yo rechazo esto, creo que el mensaje de la experiencia pisodélica es que la naturaleza se está comunicando, todo ser está lleno de lenguaje”, Terence Mckenna