Niños hiperactivos, acertijo con solución

La hiperactividad es uno de los principales problemas que enfrentan los padres de muchos niños. Expertos rusos coinciden en la necesidad de canalizar positivamente el exceso de la energía de los pequeños y darles un trato especial para evitar mayores problemas en la pubertad.

“Los padres deben prestar atención a la hiperactividad de sus hijos para ayudarles a «disolver» el problema durante los primeros años de la vida de los pequeños”, dijo la psicóloga Natalia Panfilova.

Los niños hiperactivos se rigen por “otro ritmo y velocidad”. Y los progenitores deben tenerlo muy en cuenta a la hora de diseñar el plan de actividades para sus vástagos.

“No hay que culpar a nadie. Simplemente hay que interesar al niño con juegos que no requieren permanecer mucho tiempo quieto y atento, hacer muchos descansos y aumentar la carga paulatinamente”, explicó.

Para los varones es preferible la carga física. Así, los chavales hiperactivos suelen mostrar mucho interés por diversas modalidades del deporte y, en particular, por el fútbol que conlleva una mayor movilidad y permite cambiar el foco de atención a menudo.

Si los ignoran la hiperactividad de su hijo y lo apuntan a clases de dibujo, idiomas, canto, el pequeño no tendrá otra opción que liberar la energía de una manera negativa, lo que puede traducirse en una conducta agresiva hacia sus compañeros.

En cuanto al círculo de amistades de los hiperactivos, tienden a establecer lazos con otros niños activos y son dados a conflictos con niños tranquilos.

La educación de un niño hiperactivo muchas veces se presenta como un reto, pero los especialistas aconsejan no frenar artificialmente las manifestaciones de impulsividad del menor y dejarle ser tal y como es.

“Si frenan artificialmente los impulsos del niño, el tiro les saldrá por la culata”, indicó Panfilova.

Recordó que la hiperactividad es una condición congénita. “Habría qué ver cómo eran los padres en la niñez”, sentenció.

Con ella coincidió la experta en desarrollo infantil y psicóloga, Olga Garkavets.

“Si los padres no comprenden que su hijo necesita ayuda de psicólogos y neurólogos, la situación no cambiará o, peor aún, se agravará”, advirtió.

La conducta agresiva de los niños hiperactivos, prosiguió la experta, no es más que un mecanismo de defensa que desarrollan los críos para sobrevivir en un entorno que no les comprende, regaña constantemente y exige lo imposible.

Irritación, es la reacción que provocan sin querer entre otros niños de su edad y muchos adultos. En estas condiciones, los hiperactivos no ven otra salida que desafiar al mundo entero, de ahí que muchas veces opten por un comportamiento provocativo.

Pero todo tiene solución. Garkavets aconseja a los padres incentivar cualquier actividad relacionada con la concentración de la atención de los niños, evitar lugares concurridos, fomentar su contacto con la naturaleza y los paseos al aire libre, así como procurar que hagan mucho ejercicio físico.

Y lo más importante, “sustituir las órdenes por peticiones” y recordar que los niños hiperactivos reaccionan mejor ante la aprobación, que les sube el autoestima, mientras los castigos casi nunca surten el efecto esperado.

Cabe añadir que las particularidades de los niños hiperactivos no repercuten en su coeficiente intelectual. Pueden ser muy inteligentes, así como del montón.

En todo caso, los especialistas consideran que la hiperactividad “se cura”. Pero para ello se necesita paciencia, amor y conocimiento de la materia. La indiferencia, por una parte, y el exceso de control, por otra, son dos modelos de comportamiento que los adultos deben evitar si desean resolver el acertijo de la hiperactividad infantil.

Por Anush Janbabyan

http://sp.rian.ru/society/20130110/156109192.html

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