Unas 350.000 personas continúan viviendo en carpas en Haití, a tres años del fatídico terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter, que dejó alrededor de 250.000 muertos.
El representante de la Federación Internacional de la Cruz Roja de Haití, Alexandre Claudon, informó este sábado que este grupo de personas, de las mas de un millón que perdieron sus viviendas, viven todavía en campamentos temporales, se exponen a la inseguridad y las inclemencias del medio ambiente.
Agregó que estas personas también se exponen a contraer enfermedades como el cólera, que desde octubre de 2010 ha hecho estragos y quitado la vida a más 7.000 haitianos. (que fue propagado por los cascos azules de la ONU)
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos advirtió que un millón y medio de haitianos están en situación de verdadera inseguridad alimentaria.
La prensa internacional ha hecho referencia a que el alojamiento a los damnificados, las malas condiciones sanitarias y los escombros que permanecen en las calles de Puerto Príncipe son algunos de los asuntos pendientes más preocupantes para las autoridades del país caribeño.
El presidente haitiano, Michel Martelly, dijo este sábado que seguía comprometido con su propósito de reconstruir el país.
“Me inclino en memoria de las víctimas. Todavía oigo el inmenso grito de dolor de las familias amputadas, pero enjuguen sus lágrimas. A pesar de todos los sufrimientos, Haití se levanta”, expresó.
Acotó que ”todo lo que fue destruido en 36 segundos tardará más de cuatro años en volver a levantarse”.
”Este es un proyecto de futuro y estamos trabajando duro para sacar adelante a Haití con la esperanza de, un día, devolver a la comunidad internacional todo lo que nos ha dado”, agregó.