El futuro del programa espacial tripulado chino y el misterio de la Tiangong 3

Pese al aparente secretismo que lo rodea, el futuro del programa espacial chino está bastante claro. ¿Pero qué hay del programa tripulado? Aquí tampoco parece que habrá sorpresas. China ha detallado en varias ocasiones cuáles van a ser sus planes durante esta década, aunque algunos medios occidentales parecen no haber dado acuse de recibo. China mantiene en órbita la miniestación espacial Tiangong 1 (TG-1) desde 2011 (lo de “mini” no pretende ser peyorativo: es la estación espacial más pequeña de la historia). Hasta la fecha, dos naves han visitado este laboratorio espacial, la Shenzhou 8, no tripulada, en 2011 y la Shenzhou 9 con tres astronautas el año pasado. En junio de este año está planeado el lanzamiento de la Shenzhou 10, la última misión tripulada que se acoplará con la Tiangong 1. ¿Y después?

Una nave Shenzhou (derecha) acoplada a una estación Tiangong (Yang Liwei/CMSA).

En 2014 China tiene previsto lanzar la Tiangong 2 (TG-2), que es una copia de la TG-1 (de hecho es el ejemplar construido como reserva por si la TG-1 sufría algún fallo), aunque con algunas mejoras menores. Hasta 2016 se lanzarán unas tres naves Shenzhou tripuladas, aunque no ha trascendido la duración ni el objetivo de estas misiones. Para 2020, China ha declarado en numerosas ocasiones su intención de disponer de una gran estación espacial de sesenta toneladas muy parecida a la estación Mir rusa. Hasta ahora se suponía que para cubrir el hueco entre 2016 y 2020 se lanzaría la Tiangong 3 (TG-3), pero esta estación es todo un misterio. De entrada, la poca información disponible sobre la TG-3 apunta a que se trataría de una estación de nuevo diseño con una masa de 13 toneladas y dos puertos de atraque, lo que le daría a China experiencia en vuelos de larga duración al permitir el acoplamiento simultáneo de dos naves espaciales, tanto tripuladas (Shenzhou) como cargueros (naves basadas en las Tiangong). De ser así, la TG-3 deberá ser lanzada por el futuro cohete Larga Marcha CZ-5B o el CZ-7, ya que su masa es muy superior a las 8,5 toneladas de las TG-1 y TG-2, lanzadas mediante un Larga Marcha CZ-2F/G. El CZ-5B se usará para poner en órbita los tres módulos de la estación de 2020, mientras que el CZ-7 lanzará los cargueros no tripulados y las naves tripuladas Shenzhou.

Estación espacial china de sesenta toneladas de 2020 (Yang Liwei/CMSA/Novosti Kosmonavtiki).
Cohetes Larga Marcha CZ-5B y CZ-7, claves para el lanzamiento de las futuras naves del programa tripulado. Serán lanzados desde el nuevo centro de lanzamiento de Wenchang (Yang Liwei/CMSA).
Nave de carga automática de 13 toneladas basada en las estaciones Tiangong que abastecerá la estación de 2020. Serán lanzadas por el CZ-7 (Yang Liwei/CMSA).
La tripulación de la Shenzhou 9 dentro de la Tiangong 1 en 2012 (Yang Liwei/CMSA).
Nave tripulada Shenzhou (Tang Liwei/CMSA).

No obstante, nunca ha estado claro si 2020 es la fecha en la que China planea lanzar el primer módulo de su estación de gran tamaño o si por el contrario se trata del año en el que finalizaría su construcción. De ser así, la TG-3 sería en realidad el módulo central de la futura gran estación china. Esta última posibilidad no parecía tener mucha base, pero en una reciente presentación del primer astronauta chino Yang Liwei hemos podido ver indicios de que, efectivamente, la TG-3 será el módulo central de la gran estación. En vista del lento ritmo del programa espacial tripulado chino, ciertamente ésta parece una opción más probable. Pero en este caso, surge un problema y es que los modelos de la TG-3 que hemos visto hasta ahora difieren significativamente del módulo central de la gran estación de 2020. Si la experiencia nos sirve de algo, la mayor parte de modelos y maquetas oficiales relacionadas con el programa espacial chino siempre se han basado en algún proyecto real -secreto o no-, aunque muchas veces dicho proyecto haya sido cancelado. ¿Es posible que la TG-3 original haya sido cancelada en favor de la estación modular? Obviamente, sí, es posible, pero por ahora todo son especulaciones.

Estación espacial Tiangong 1 (arriba, con un puerto de atraque) y un modelo que supuestamente corresponde a la Tiangong 3 (abajo, con dos puertos) (Yang Liwei/CMSA).

Otra interesante posibilidad no desmentida por las autoridades chinas es que la TG-3 sea finalmente lanzada como la TG-2. Es decir, la TG-2 no sería una copia de la TG-1, sino una estación de 13 toneladas con dos puertos de atraque. El problema de esta hipótesis es que el debut de los cohetes CZ-7 y CZ-5 está previsto para el año que viene y resulta difícil imaginar que China se arriesgue a lanzar una estación espacial en uno de los primeros vuelos de un nuevo vector. Por supuesto, siempre es posible retrasar el lanzamiento a 2015, por ejemplo.

Otro misterio es el relativo a la supuesta cooperación internacional. Varios rumores apuntan a que China podría invitar próximamente a Corea del Sur, India y Japón (países todos ellos con programas espaciales) a participar en la construcción de su estación espacial de 2020. Las naciones participantes podrían contribuir con módulos o naves de carga, como en la ISS. Teniendo en cuenta la histórica rivalidad entre India y China, y que tanto Corea del Sur como Japón son firmes aliados de los EEUU -país que se opone firmemente a cualquier tipo de colaboración con China en el espacio-, resulta complicado que un proyecto así vea algún fruto, al menos a corto plazo. Por otro lado, si los norteamericanos deciden abandonar la ISS a partir de 2020 la estación china sería una alternativa relativamente atractiva. Otra opción más viable sería crear una especie de programa Interkosmos chino para lanzar cosmonautas o satélites de países simpatizantes.

Pero, ¿y después? Si uno lee la prensa occidental parece que los chinos estén a punto de pisar la Luna en cualquier momento, pero la verdad es muy diferente. China carece oficialmente de planes para más allá de 2020 y menos aún para llevar a cabo un programa lunar. Sin embargo, el año pasado saltó la sopresa al desvelarse el proyecto de cohete gigante Larga Marcha CZ-9, una especie de SLS chino. Si este gigante se materializa, China tendría a su alcance el espacio cislunar. Otra cuestión es que tengan ganas de viajar hasta allí. En cualquier caso, con Luna o sin ella, China está desarrollando los elementos para tener el programa espacial tripulado más robusto del planeta en la próxima década. Se avecinan unos años muy interesantes.

Cohete gigante chino CZ-9 (Yang Liwei).

Referencias:

http://danielmarin.blogspot.com.es/2013/01/el-futuro-del-programa-espacial.html

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