Cuenta Peer Bork que a finales de los 80, cuando comenzaba a emplear ordenadores para tratar de resolver problemas en biología, otros científicos se reían de estos esfuerzos. La mayor parte de los biólogos creían que la forma correcta de afrontar esos problemas era con las manos en la masa, estudiando los seres y los tejidos vivos delante de ellos. Desde entonces, la situación ha cambiado. Las técnicas de secuenciación genómica han proporcionado una cantidad ingente de información a la que solo se puede empezar a dar sentido con el poder de la bioinformática y los ordenadores ya empiezan a probar fármacos en modelos virtuales que permiten hacer grandes ensayos clínicos, aunque solo sea de manera preliminar.
III PEER BORK
Bork y su equipo están ahora investigando las enormes poblaciones de microbios que habitan en nuestro organismo, la flora intestinal a la que hacen referencia muchos reclamos publicitarios, para aprender cómo afectan a nuestra salud. Ya han descubierto que hay tres tipos de bacterias en nuestro intestino y ahora están tratando de ampliar esa información secuenciando los genomas de las poblaciones bacterianas de los intestinos de cientos de personas. Ese segundo genoma de nuestro organismo será esencial para comprender muchas enfermedades y combatirlas.
Si se entra a una farmacia o incluso a un supermercado, no es difícil encontrar productos que aseguran que serán beneficiosos para nuestra flora intestinal. ¿Tienen alguna base estas afirmaciones?
En realidad sabemos muy poco sobre nuestra microbiota, porque es muy compleja. Tenemos cientos de especies de bacterias en nuestro interior y es posible que un suplemento alimenticio concreto pueda tener unos efectos, pero también puede que no los tenga. Hace falta bastante tiempo para que un suplemento de este tipo sea aprobado y entre en el mercado. Llevamos muy poco tiempo mirando en nuestra flora intestinal, menos de diez años, y estos procesos necesitan mucho más tiempo. Desde que hay un descubrimiento hasta que llega al mercado hacen falta igual 12 años. Así que hace falta bastante tiempo hasta que unos descubrimientos científicos que aún no han llegado alcancen la farmacia.
¿Puede hacer una predicción de cuándo llegarán los primeros resultados reales de estas investigaciones?
Algunos productos, como tests diagnósticos para 30 enfermedades o más que ya se están desarrollando, llegarán bastante pronto. Para suplementos alimenticios habrá que esperar más.
“Solo conocemos alrededor de un 40% de las especies de bacterias que viven en nosotros”
En los estudios en torno al microbioma, se han encontrado relaciones entre determinados genes y determinados problemas físicos, como puede ser la obesidad. A partir de ahí se podría plantear proporcionar un suplemento alimenticio para combatir ese efecto, pero para estar seguro de que funcionase habría que tener en cuenta la enorme red de interacciones entre la gran cantidad de bacterias que habitan nuestro cuerpo y sus genes, su efecto sobre nuestro genoma y también las interacciones entre los distintos alimentos que consumimos. ¿Cómo se puede controlar esa increíble cantidad de información y de interrelaciones para poder lograr tratamientos efectivos?
Para entender que algo está mal, necesitas información, biomarcadores, que pueden ser una especie de bacteria o un gen. Eso es fácil. Pero la manipulación va a tomar un tiempo, porque si tienes una enfermedad y tienes unos niveles de una bacteria elevados y la eliminas, por las redes que comentas, que no entendemos bien, hacerlo puede tener consecuencias desastrosas. Además, tenemos que prestar atención a más cosas que los microbios del intestino humano, porque también tienes que tener en cuenta los microbios que puede haber en la comida, en un tomate o en el pescado, así que todo eso va a requerir tiempo. Pero es algo definido, no es inabarcable. Tengo esperanzas de que vamos a empezar a comprender estas redes gracias a la investigación en los cinco próximos años.
La secuenciación del genoma de cáncer ha revelado una complejidad brutal en esos tejidos, tanto que tomando dos biopsias en un mismo tumor de un paciente con una separación ínfima, los tratamientos propuestos pueden ser diferentes. ¿Cómo es posible lograr que toda esta información que estamos obteniendo sobre nuestra naturaleza pueda tener utilidad para los médicos?
Mi analogía en esto puede ser la previsión del tiempo. Cada pequeño cambio en el viento puede cambiar el tiempo en un determinado lugar y aún así podemos prever el tiempo con una precisión razonable. Creo que este caso puede ser similar y que no necesitemos conocer todos los mínimos detalles para poder extraer información útil.
¿Hay grupos que estén trabajando para lograr dar sentido a toda esta cantidad de información para entenderla y hacerla más útil?
Hay grupos, pero estas líneas de trabajo están en su infancia. Hay grupos que hacen modelos, pero hará falta tiempo para que empiecen a tener resultados. Mi estimación es que solo conocemos alrededor de un 40% de las especies de bacterias que viven en nosotros y está claro que un 60% puede cambiar mucho.
Han hecho una estimación de cuánto costaría un proyecto para secuenciar genomas de las bacterias que nos habitan, estudiar las interacciones con la alimentación y en general tratar de obtener toda la información necesaria para empezar a conocer las diferentes interacciones y poder elaborar un modelo fiable con aplicaciones a la salud
En diciembre el gobierno británico anunció un proyecto para secuenciar el genoma de 100.000 personas, solo el genoma, nada de microbios. Y por el momento cuesta secuenciar cada uno unos 3.000 euros, así que puedes calcular. Y eso solo hay que hacerlo una vez. Con la microbiota necesitamos ver cómo cambia con el tiempo, con lo que sería algo más allá de lo imaginable. Con el tiempo la secuenciación se está haciendo más barata y eso ayudará, y hay que plantear estudios de una manera inteligente. Y además está la dieta, es un problema muy complejo.
Hace unos días hubo cierto revuelo en los medios en torno a un investigador que supuestamente buscaba a una mujer que se ofreciese para gestar un neandertal. Esta especie se extinguió hace unos 30.000 años y es posible que tuviese otro microbioma. ¿Podría suponer un problema para su supervivencia en nuestro tiempo?
Para eso tienes que entender cómo evolucionan las poblaciones de bacterias que viven en tu interior . Se tardan unos tres años en adquirir esas bacterias, que se estabilicen y se puedan considerar tuyas. Las primeras bacterias vienen en el nacimiento, de la madre, y también de la leche materna, pero después hay una pregunta sobre cómo se adquiere el resto, del lugar en el que juegas o de donde vives, por ejemplo. Así que puedo ver un neandertal tomando todas las cosas que encuentra como otros niños. Es posible que el sistema inmune del neandertal sea algo diferente, pero ya sabemos que en orangutanes o en chimpancés también hay tres enterotipos (tres tipos de poblaciones bacterianas), como en los humanos, así que es posible que la flora intestinal sea bastante similar. Así que no creo que el neandertal tuviese grandes problemas.
¿Es posible que el desconocimiento de esas bacterias que hay en nuestro organismo pueda ser la explicación para que en muchos tipos de cáncer los avances en la investigación no estén dando los resultados esperados?
En algunos tipos de cáncer puede ser cierto, como los que tienen que ver con el deterioro de tejidos en contacto con el entorno, como el cáncer de colon o de estómago. Hay algunos investigadores que proponen un mecanismo por el que habría agentes como los microbios que pueden causar el cáncer. La Helicobacter pylori es un caso que apoya esta hipótesis. Pero podrían ser además de bacterias otros virus.