Ante el expresivo silencio de Israel que no desmiente ni confirma, se multiplican las informaciones sobre elataque aéreo en Siria contra un centro militar de investigación y un convoy de sofisticadas armas.
Según fuentes citadas por el británico ‘The Times’, Estados Unidos habría dado luz verde a Israel no sólo para el ataque del martes por la noche sino para nuevos ‘raids’ que aborten la transferencia de armas del régimen de Bashar Assad a su aliado en el Líbano, el grupo chii Hezbolá.
Fuentes de los servicios de Inteligencia occidentales confrman la operación de la Fuerza Aérea israelí destacando que el objetivo era un convoy con misiles antiaéreos SA-17, de fabricación rusa, destinados al grupo libanés.
Asimismo, Israel habría avisado también la semana pasada a Rusia sobre su intención de evitar lo que en el ministerio de Defensa de Tel aviv definen como “cruzar la línea roja”. Es decir, que armas sofisticadas o químicas sirias caigan en manos de Hezbolá o grupos yihadistas que operan en Siria contra el régimen de Assad. Moscú habría mostrado su oposición oficial aunque oficiosamente dio su aprobación crítica. En otras palabras, condena pública pero luz verde en los despachos.
Fuentes diplomáticas han afirmado a varios medios occidentales que en el centro de investigación de Jamaria en los suburbios de Damasco-atacado este martes por al menos 10 cazas de combate- se almacenaba arsenal químico.
“Hay que hacer todo lo posible para evitar que armas como los misiles SA-17 o armas químicas y biológicas caigan en manos de terroristas”, advierte el secretario de Defensa saliente de EE.UU, Leon Panetta, a la agencia France Presse. Siria, Hezbolá, Irán e Israel entienden perfectamente de que “hacer todo lo posible” incluye misteriosos ataques contra convoys de armas o centros militares “sensibles”.
La revista norteamericana Time confirmaba este viernes que Israel atacó varios objetivos como el centro de Jamaria ante el temor que sus armas químicas o biológicas cayeran en manos de los rebeldes. Se destruyó, por ejemplo, un edificio que almacena el equipamiento necesario para el uso de dichas armas.
“Hezbolá no es la única preocupación de Israel o al menos no es la que más le preocupa”, señalaron fuentes de Inteligencia occidentales a la publicación. EEUU se prepara para ataques parecidos con el objetivo de evitar la toma de control de estas armas no convencionales por parte de los rebeldes.
La doctrina israelí, defendida por el actual jefe del Estado Mayor, Benny Gantz y el responsable de la Inteligencia militar, Aviv Kojavi, es actuar “en silencio y fulminante” para evitar que grupos como el islamista palestino Hamas o el propio Hezbolá se armen con arsenal considerado “estratégico”. Armas que pongan en peligro la abrumadora superioridad y libertad de la Aviación israelí que suele violar el espacio aéreo libanés básicamente con fines de espionaje.
La doctrina sostiene que es preferible atacar el convoy en sus inicios de la ruta (sea en algún punto de Sudán o Siria) antes que hacerlo de forma más “pública y masiva” en el territorio de destino (Líbano o Gaza).
El reciente y rotundo mensaje de la Casa Blanca a Asad para que no transfiera arsenal a Hezbolá es otro aviso ante futuras y siempre supuestos ataques aéreos de Israel y/o EEUU.
En Siria anuncian una respuesta tras lo que llaman “ataque terrorista”. Según el ministro de Defensa sirio, Fahd al-Freij, “la atroz agresión” provocó dos muertos y cinco heridos en el centro de investigación científica militar.
Precisamente ante la posibilidad-cada vez menos probable- de que Hezbolá o Siria, ambos bajo el patrocinio deIrán, responda al ataque con lanzamiento de proyectiles contra ciudades del norte de Israel, el Comando militar en esa zona se encuentra en máxima alerta.
La tesis más extendida entre los analistas israelíes es que la represalia podría ser un atentado contra embajadas o turistas israelíes en el mundo. Por este motivo, las legaciones de Israel han reforzado este fin de semana sus medidas de seguridad. En la memoria más reciente, el atentado en Bulgaria que acabó con la vida de siete turistas israelíes y un ciudadano local. El Mosad y el propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusarón a Hezbolá e Irán de perpetrar esa acción.