Rosa María Artal – Comité de Apoyo de ATTAC.
Los países del G20 se han reunido por tercera vez desde que se desencadenó la crisis financiera en 2008 que terminaría siendo completa y global. Dado que hasta ahora no han cumplido ninguno de los acuerdos de las cumbres anteriores, esta vez han dicho que van a hacer algo para que parezca que en realidad lo hacen -además de gastarse un dineral en alojamientos, manutenciones y viajes-.
Lo que han decidido ha sido perseverar en la política neoliberal. Prepararán –dicen- una lista negra de países que pueden desencadenar una nueva crisis. Para ello vigilarán los datos fiscales, de ahorro y deuda privada, y de intercambios comerciales. No para solucionar de una vez desequilibrios en estos puntos, sino para que se ahorre y se restrinja, a costa de los asalariados y pensionistas naturalmente. Vamos a ver, no es que en realidad vayan a controlar nada, los G, sean 7, 8, ó 20, no hacen otra cosa que acordar ”pautas indicativas”. Y todo sin prisas, cada vez con menos prisas, ya se reunirán otra vez en Septiembre and so on.
Ahora bien, en una deliciosa carambola, etiquetan a 7 países de “sistémicos” “los que por su tamaño podrían provocar desórdenes en la economía global”. Una calificación estupenda porque se considera que son “demasiado grandes para caer”, e igual que a los mercados “sistémicos” se les da lo que pidan, sin controles, ni presiones. Para disimular afirman que a estos 7 países privilegiados, se les va a vigilar más que a los otros, pero que si no son ahorrativos y buenos (todos y a costa de la sociedad de a pie), caerán en una lista negra.
Y héteme aquí que a los tradicionales -Estados Unidos, Japón (a quien mantienen a pesar de que no anda para muchos trotes), Reino Unido, Alemania y Francia-, han añadido a China e India. Son poderosos y es saludable que se sumen a la causa.
La ministra española, perdón vicepresidenta económica, Elena Salgado, intervino para que la creación de empleo figurara en el comunicado, pero no sabemos si se le hizo mucho caso. Aparentemente ninguno porque nadie lo ha destacado como acuerdo, siquiera como “acuerdo de intenciones” o “pauta” que es lo que se hace en estas reuniones. El comunicado final es tan obtuso e irresoluto como siempre -según apunta los periodistas que lo han visto-, pero no podemos dar detalles porque aún no han tenido tiempo de colgarlo en su página, deben andar todos deshaciendo maletas.
Ahora, por favor, leed algunas informaciones acerca del encuentro, sin menoscabo alguno para los profesionales que las han elaborado: el problema no es la forma sino los contenidos de las cumbres G.