Las utopías fotográficas de artistas rusos y alemanes

Las utopías fotográficas de artistas rusos y alemanes

Foto: Centro Estatal de Arte Contemporáneo

En el marco del Año de Alemania en Rusia se inauguró en el Centro de Arte Contemporáneo de Moscú la exposición La fotografía del futuro, en la que se exhiben imágenes conceptuales de una docena de maestros contemporáneos del género de Rusia y Alemania.

Fotogalería

La fotografía hoy nos rodea por todas partes. Con las actuales tecnologías accesibles cada uno está en condiciones de si no ser, al menos sentirse un fotógrafo serio o hasta un artista de la fotografía. A diario en la red aparecen cientos de miles de imágenes de diversa calidad y valor artístico. Esto complica sustancialmente la vida de aquellos que se consagraron al arte fotográfico, porque, a veces, incluso un especialista no puede diferenciar una fotografía hecha por un aficionado de una obra de un maestro de la fotografía.

La complejidad perdura hasta que no aparecen los responsables de idear la concepción del proyecto con una descripción integrada y no proponen participar en él a artistas de la fotografía de diferentes países. La concepción ideada por Wolf Iro es admirable por su fineza y aparente sencillez. Él invitó a los fotógrafos a reflexionar sobre el tema del futuro y fotografiarlo.

A primera vista suena algo extraño. Comúnmente la fotografía trabaja con otras concepciones del tiempo: registra el presente, que paulatinamente se vuelve pasado. Claro que el verdadero fotógrafo, al apretar el botón, debe imaginarse lo que ocurrirá durante la fracción de segundo que transcurre entre el momento en que apretó el botón y el funcionamiento de la cámara. Al concebir la imagen, él siempre procura adivinar el instante siguiente, y en ese preciso momento sus ideas sobre el futuro se acaban.

“Fotografiar el futuro es para el artista una misión nada evidente, dijo aLa Voz de Rusia el autor de la idea Wolf Iro. Y para nosotros era interesante ver cómo cada uno de ellos abordará la solución de esa tarea. Pero desde un mismo principio estaba seguro que la exposición resultará brillante, aunque sea porque se exhiben trabajos totalmente nuevos de autores ya conocidos”.

Los autores abordaron la tarea de distintas maneras. La artista de Dresde, Ricarda Roggan, fotografió fusiles de juguete abandonados, cubiertos de una gruesa capa de polvo, que veinte años atrás eran la maravilla de los niños. Los trabajos de su serie Reset están presentes en la muestra: son de alto estilo, realizados con gran maestría y gusto, se asemejan más a obras pictóricas ejecutadas por un pintor hiperrealista.

Eva Leitolf en su serie Momento de lucidez documentó los rastros de lo personal en el espacio estatal de los asilos alemanes para los jóvenes inmigrantes y refugiados. Por una parte, en sus fotografías los héroes del futuro están invisiblemente presentes y, por la otra, ella se hace una pregunta de gran actualidad: ¿qué futuro le espera a Europa, qué gente habitará la región y en qué idiomas hablarán?

Si en estos proyectos las ideas son transparentes y comprensibles, y el espectador no tiene que sumirse demasiado en el proceso de imaginación y coautoría, pues en otros proyectos, tales como, por ejemplo, Diez fotografías de Antón Kurishev, no es fácil comprender la concepción. Las fotografías de personas casuales, sumidas en sus propias reflexiones, fuera del espacio de la exposición, se verían como algo totalmente cotidiano. Pero si se concibe a estos personajes como cierto modelo de la humanidad del futuro, pues resulta ser bastante conceptual.

Al referirse a los criterios de selección de los autores, la comisaria de la exposición Ekaterina Lázareva, dijo que “fueron invitados fotógrafos artísticos, en quien se percibió cierto interés por el futuro, y que, demás está decir, trabajan en territorio del arte contemporáneo”.

“Los artistas representados aquí tienen su biografía, la historia de su propio lenguaje, plástica, método, cada uno de ellos es reconocible, subraya Ekaterina Lázareva. Todos los autores invitados con gusto aceptaron participar en el proyecto, aunque después reflexionaron largo tiempo: la tarea no es nada fácil, la utopía no tiene ninguna descripción concreta y es muy difícil visualizar la utopía, porque uno comprende que ya dentro de diez años tu visualización será acogida como un arcaísmo”.

Este año la exposición será presentada en varias ciudades de Rusia y finalmente será mostrada en Berlín.

“Pienso que al público le gustará, apuntó Wolf Iro. En la capital la vida cultural está demasiado saturada, mientras que en las regiones rusas, en ciudades como Nizhni Nóvgorod, Ekaterimburgo, Novosibirsk, donde pensamos mostrar nuestro proyecto, el arte contemporáneo despierta gran interés”.

mj/rl/sn

http://spanish.ruvr.ru/2013_02_10/Las-utopias-fotograficas-de-artistas-rusos-y-alemanes/

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