Primero fue la filtración del manual del Ejército de los Estados Unidos con las instrucciones sobre como tratar a los prisioneros de Guantánamo. Intimidación con perros, premios especiales por buena conducta (un rollo de papel higiénico)…
Ahora WikiLeaks ha hecho públicos los ficheros secretos del Pentágono sobre los detenidos en la base militar que Obama prometió cerrar y no ha cerrado. Los documentos que publican los principales medios del mundo prueban la sistemática violación de los derechos humanos de los prisioneros, así como de los tratados internacionales y de la legislación penal estadounidense.
Queda en evidencia que Estados Unidos conocía que muchos de los detenidos en la cárcel de Guantánamo eran inocentes. Entre ellos adolescentes y ancianos.
Los documentos analizan a las personas que han estado detenidas en esa cárcel. Son las fichas militares secretas de 759 de los 779 presos que han pasado por la prisión. Sólo 220 fueron clasificados como peligrosos terroristas, de otros no había ninguna evidencia de su peligrosidad o su pertenencia a células terroristas. Muchos de ellos eran afganos o paquistaníes inocentes, incluidos chóferes, agricultores y cocineros, que fueron detenidos en el marco de operaciones frenéticas de inteligencia en zonas de guerra.
Sin embargo, estuvieron durante años detenidos por “haber estado en el momento y en el lugar equivocado”. Entre ellos figuran Sami al-Hajj, un cámara de la cadena árabe Al Jazeera que estuvo preso allí durante seis años y Abdul Badr Mannan, un escritor anti-extremista que le dijo a los funcionarios estadounidenses una y otra vez que los servicios secretos paquistaníes le habían tendido una trampa. También se cita el caso de un padre que iba a buscar a su hijo al frente talibán, un mercader que viajaba sin documentación, un hombre que hacía autostop para comprar medicinas…
Los documentos filtrados por WikiLeaks también desvelan que Estados Unidos invitó a los servicios de inteligencia de ¡China! y Rusia, entre otros, a interrogar a los prisioneros de Guantánamo. El Pentágono ha calificado la publicación de los archivos de “desafortunada” ya que podría perjudicar la lucha contra el terrorismo. Lo habitual.
Como habitual era en Guantánamo que los presos viesen “las caras de muchos interrogadores: militares, agentes de la CIA y policías de sus propios países que desfilaron en secreto por sus celdas, entre ellos españoles, y les tomaron declaración esposados y encadenados por una argolla al suelo”. Precisamente el diario El País publicó el 30 de noviembre de 2010 y en relación con otra filtración de WikiLeaks que:
La Embajada de Estados Unidos en Madrid ha desplegado en los últimos años importantes recursos para frenar o boicotear las causas judiciales abiertas en España contra políticos y militares estadounidenses presuntamente involucrados en casos de torturas en Guantánamo, crímenes de guerra en Irak o secuestros en los vuelos de la CIA. La legación diplomática estadounidense ha dejado constancia escrita de esa actividad en algunos de sus miles de documentos secretos, clasificados o reservados a los que ha tenido acceso EL PAÍS. El propio embajador entre los años 2005 y 2009, Eduardo Aguirre, nombrado por la Administración Bush, ha dirigido personalmente muchas de las presiones ejercidas sobre el Gobierno español o las autoridades judiciales españolas, pero de los informes secretos se desprende que EE UU contó con el apoyo de importantes contactos en España. Entre estos destacan los del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y varios fiscales de la Audiencia Nacional, especialmente su jefe, Javier Zaragoza.
El PP y el PSOE se opusieron a la propuesta de IU y UPyD para constituir una comisión de investigación en el Congreso sobre las filtraciones de WikiLeaks.