Los ciudadanos creen que influyen más como consumidores que como votantes

Un informe de la consultora Havas Worldwide entre ciudadanos de 31 países muestra que cada vez dan más importancia a las empresas y menos a los gobiernos en labores medioambientales y sociales. El 61% de ellos creen que tienen más influencia como consumidores que como votantes. Por Carlos Gómez Abajo.


Imagen: Photosani. Fuente: PhotoXpress.

Imagen: Photosani. Fuente: PhotoXpress.
Havas Worldwide ha publicado su encuesta “Comunidades y ciudadanía: rediseñados para un nuevo mundo” de este año, realizada a 10.219 personas de 31 países, entre ellos España.

El informe revela un alejamiento de los ciudadanos respecto a la actividad política tradicional impulsada por los gobiernos, en favor del trabajo conjunto entre ciudadanos/consumidores y empresas.

Sólo el 39% de los encuestados confía en su gobierno nacional, el 42% en su gobierno local, el 45% en las organizaciones religiosas, el 51% en los nuevos medios y el 59% en las ONG.

El 61% afirma que cree tener más influencia como consumidores que como votantes. Y el 64% cree que es mejor ciudadano alguien que recicla regularmente, aunque no vote en cada elección.

Una gran mayoría de los encuestados considera que las empresas deben jugar un papel fundamental en relación al cambio climático, el cambio social, el comportamiento ético y en general a resolver los problemas de la sociedad.

Tres cuartas partes de los prosumidores (consumidores-productores) y la mayoría de los consumidores convencionales les gustaría que sus empresas y marcas preferidas desempeñen un rol más importante en sus comunidades locales.


Eso es algo que ya están haciendo algunas compañías que cita el informe:

-A través de su Imagine Cup, Microsoft está apoyando FlashFood, una aplicación para redes sociales que conecta restaurantes, empresas de catering y otras empresas de servicio de alimentos con organizaciones comunitarias que dan comida a los hambrientos, para que puedan llevarles la comida que les sobra cada día, y así tirar menos a la basura.

-La marca de limpieza de baño Harpic, de Reckitt Benckiser, está trabajando con Save the Children para construir y reparar las instalaciones comunitarias de aseo en las partes de la India donde es más necesario.

-La marca de cerveza Dos Equis, la de equipamiento CamelBak, y otras marcas tratan de inculcar un sentimiento de comunidad y camaradería en lugares concretos mediante el patrocinio de Tough Mudder, la prueba deportiva de obstáculos diseñada por las fuerzas especiales británicas para probar la fuerza de los participantes, su resistencia, su fuerza mental y su capacidad de trabajo en equipo. Los eventos, que han recaudado más de 3 millones de dólares para veteranos de guerra, se han expandido más allá de los EE.UU. a Canadá, Europa y Australia.

Otro dato del estudio es que 6 de cada 10 encuestados están haciendo un esfuerzo consciente para comprar menos productos desechables e incluso están dispuestos a pagar un precio un poco más alto por productos ambientalmente responsables.

En China, Volkswagen ha puesto en marcha “Movilidad azul”, una aplicación móvil para el coche que analiza la conducción de los usuarios en tiempo real y les proporciona sugerencias y consejos sobre cómo reducir el uso de combustible. En los primeros tres meses, la aplicación fue descargada más de 1 millón de veces y supuso un ahorro equivalente a la gasolina necesaria para conducir unos 90.000 kilómetros.

Cada vez más empresas están adoptando el enfoque “compra uno, da uno”, popularizado por la empresa de calzado TOMS Shoes, que dona un objeto por cada objeto comprado. El modelo ha sido imitado por una amplia gama de empresas, incluyendo Warby Parker (anteojos), One Million Lights (lámparas solares LED), y FIGS (si comprar una corbata, donan un uniforme escolar).

SwipeGood es una plataforma que permite hacer donaciones de caridad de forma automática: Redondea los cargos a las tarjetas de crédito hasta el próximo dólar y dona la diferencia a la caridad. Así, cada compra se convierte en una manera de hacer el bien.

Contribuir al bien común no tiene por qué implicar compras, por supuesto. A medida que el escándalo de los gastos de los parlamentarios crecía en el Reino Unido, The Guardian reclutó brigadas de ciudadanos formadas por más de 20.000 voluntarios para analizar más de 700.000 documentos en busca de irregularidades financieras por parte de los miembros del Parlamento.


Otro motivo de preocupación es la brecha entre ricos y pobres. Algunas empresas también intentan combatir esta situación:

-En la India, Max Life Insurance (empresa de seguros) promueve “igenius”, un programa que busca niños con grandes aptitudes para los estudios, los deportes y las artes, para asegurar un futuro mejor para ellos.

-La Fundación IKEA está trabajando con la ONG Lucha por la Paz para abrir academias deportivas en todo el mundo. Las academias combinan boxeo y artes marciales con la educación y el desarrollo personal para ayudar a los jóvenes de comunidades con alta criminalidad a que desarrollen todo su potencial.

-Whole Foods controla los salarios de sus trabajadores y las bonificaciones de sus directivos para garantizar que ningún ejecutivo cobre más de 19 veces el salario medio de los trabajadores de la empresa.

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