Unos 100 millones de trabajadores iniciaron hoy en la India una huelga de dos días para protestar contra el encarecimiento de la vida, la falta de oportunidades de empleo y la corrupción.
Apoyado por todos los sindicatos, excepto los alineados con el gobernante Partido del Congreso, el paro evidencia el descontento de la clase obrera india, que se siente excluida de la prosperidad económica del país en la última década.
La inflación, la desinversión en el sector público, la violación de las leyes laborales, los bajos salarios y la ausencia de seguridad social, llevaron a los trabajadores a la huelga, señaló en un comunicado el Congreso de Sindicatos de Toda la India (AITUC), que tiene más de tres millones y medio de miembros.
Un alto nivel de acatamiento a la huelga anticipó el más de un millón de empleados bancarios del país, en desacuerdo con los planes del Gobierno de abrir a los inversionistas extranjeros ese muy estatizado y hasta ahora protegido sector.
Se espera un gran respaldo también de los trabajadores del transporte y los servicios públicos, puertos, seguros, minería y metalurgia, telecomunicaciones e incluso de empleados de oficinas y departamentos de los gobierno central y estaduales.
Los huelguistas exigen la instauración de un salario mínimo nacional, contratos de duración indefinida para 50 millones de trabajadores temporales, la observancia estricta de las leyes laborales y una cobertura universal de seguridad social para los trabajadores del sector informal.
También, la aplicación de medidas concretas para contener la constante subida de los precios, sobre todo de los alimentos y los combustibles, el cese de la privatización de las empresas estatales y la contención de la corrupción.
Si el gobierno no atiende estas demandas después del paro, vamos a intensificar nuestras protestas mediante medidas como las huelgas de hambre masivas y otros actos de agitación, advirtió el secretario general de AITUC, Gurudas Dasgupta.