LONDRES, (IPS) – El próximo lunes 25, después de más de dos meses de indignación pública por la violación de una joven estudiante en India, el Parlamento de ese país considerará una nueva legislación para endurecer las disposiciones judiciales y policiales contra la violencia hacia las mujeres.
Mientras India busca hacer más para proteger los derechos de las niñas y adolescentes, hay posibilidades también de eliminar otra forma de brutal explotación: el tráfico de niños y niñas y la esclavitud infantil serán, por primera vez, definidas en la legislación de ese país, con miras a prohibirlas.
Esas demandas de la Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil y su afiliada india, Bachpan Bachao Andolan, no solo han sido incorporadas en el comité judicial de alto nivel que sugiere enmiendas en las legislaciones penales, sino también en la ordenanza firmada por el presidente de India.
Si vamos a triunfar, y si India va a liderar el camino en la abolición de esas prácticas a nivel mundial, la misma presión popular que promovió los cambios en las leyes contra las violaciones se necesita para que el Parlamento ponga fin a la esclavitud de niños y niñas.
Pronto, el Parlamento indio tendrá la posibilidad, por primera vez en la historia, de aprobar esta ley que define y castiga el tráfico de personas y la esclavitud.
Además, el Parlamento también podrá aprobar otra legislación pendiente para prohibir el trabajo infantil.
Hoy invito a todos los que están preocupados por el abuso de los derechos de los niños y niñas del mundo a añadir sus nombres en las peticiones que presentaremos ante el Parlamento indio, instando a sus miembros a poner fin a la esclavitud infantil.
El sufrimiento de esos niños fue puesto en el tapete por la tragedia personal de una niña de 14 años, Ratni**. Su caso representa todo lo que estamos tratando de cambiar.
Yo conozco la verdadera identidad de Ratni, una de las alrededor de 500 niñas indias que cada día caen en las manos de traficantes de esclavos.
Estamos protegiendo su nombre porque, aunque ahora ha sido liberada y ya se ha reunido con sus padres, sus hermanas continúan en la esclavitud y aún están sometidas a una vida de abusos y trabajos forzados, sin escuela, sin seguridad ante la posibilidad de ser atacadas y violadas, sin esperanza.
La historia de Ratni simboliza la urgente necesidad de presionar para un inmediato fin de todas las formas de trabajo infantil. Creemos que podemos lograr un cambio en la ley de India como un paso significativo hacia la abolición de la esclavitud infantil en todo el mundo.
Ratni fue traficada desde una aldea en Jharkhand, en el este, a Nueva Delhi, donde fue obligada a trabajar como empleada doméstica de sol a sol.
Su historia se desarrolló de una forma demasiado conocida. Un amigo de la familia, Subhash, se acercó a sus padres, ofreciéndole a su hija una vida mejor con la promesa de trabajo pago y educación.
Cuando ella llegó a Nueva Delhi, ninguna de esas dos cosas la esperaban. Ratni fue entregada al hermano más joven de Subhash, Ramesh, quien la obligó a trabajar.
Luego de un año, fue llevada a Punjab por su amo. Ratni nos cuenta: “Él planeaba venderme a un hombre por 350.000 rupias, pero el comprador no tenía suficiente dinero en efectivo”.
Cuando se encontraba en tránsito en una estación de tren, fue rescatada por Bachpan Bachao Andolan, movimiento fundado por Kailash Satyarthi.
La historia termina mejor que la mayoría: al final, Ratni no fue vendida a la prostitución. Su experiencia muestra, sin embargo, un patrón común: padres que viven en la pobreza y le creen a un amigo de la familia que les ofrece a sus hijas una vida mejor, pero que resulta ser un traficante. La adolescente no es solo víctima de una cruel explotación laboral, sino que también se vuelve vulnerable a la explotación sexual y a la violencia.
Gracias a la presión de Kailash y de su equipo, los traficantes fueron obligados a pagarle una compensación a Ratni. Sin embargo, 200.000 niñas como ella son traficadas y se convierten en víctimas de la esclavitud infantil cada año, sumándose a unos 215 millones de menores condenados al trabajo infantil en todo el mundo.
El problema es de amplio espectro, ya que los niños son obligados a trabajar no solo como esclavos domésticos, sino por lo general en industrias peligrosas, desde la agricultura hasta la construcción, la minería y las fábricas.
Se cree que al menos 115 millones de esos niños trabajan en condiciones peligrosas. Pasan sus días en los campos, en las minas, en cocinas y en sitios de construcción, sin poder recibir la educación que necesitan para prosperar.
Investigaciones demuestran que, incluso donde reciben enseñanza de tiempo parcial, esta es de mala calidad, y su rendimiento es muy limitado.
Peor aún, cada año, 15 millones de menores de 14 no reciben ni un solo día de clases porque están obligados a trabajar a tiempo completo. Su infancia está totalmente perdida, su inocencia destruida y su potencial frustrado.
Ya se están logrando progresos. Una ordenanza que endurece las leyes contra el tráfico infantil y el trabajo forzado fue firmada por el presidente de India, Pranab Mukherjee, a comienzos de este mes.
Esto es un avance significativo en el sistema penal de India, facilitando el castigo a aquellos atrapados esclavizando niños y disuadiendo a empleadores abusivos como Subhash y Ramesh. Ahora debe ser aprobada por el Parlamento de India.
No obstante, se debe hacer más, y aquí es cuando la presión popular puede jugar su rol. El proyecto de ley ante el Parlamento prohibiría todo tipo de trabajo para niños y niñas menores de 14, así como muchas formas peligrosas de trabajo para todo menor de 18.
Esta legislación vital ayudaría a garantizar que niños y niñas salgan de la vieja opresión que ahora sufren y gocen de nuevas oportunidades.
Unas 750.000 personas ya firmaron las peticiones que presentaremos al Parlamento indio este mes. Estamos pidiendo que los legisladores acepten esta nueva ley inmediatamente. Por favor, únanse.
Dupliquemos el número y aseguremos que desde todo el mundo se hagan oír mucho más que un millón de voces, llamando a poner fin al trabajo infantil y al tráfico, así como a las malas prácticas que aún permiten que, en pleno siglo XXI, la esclavitud prospere.
* Gordon Brown es enviado especial de la ONU para la Educación Mundial y fue primer ministro de Gran Bretaña entre 2007 y 2010.
** Se puede ver una película sobre la historia de Ratni en http://www.educationenvoy.org