El ‘Disparate’ de Levinas

Una colaboración de Pilar Iglesias

-Les digo, el hombre y el perro trabajan en equipo...-, - Oh, por favor Trevor, vos siempre con ese asunto de las conspiraciones!-

-Les digo, el hombre y el perro están absolutamente trabajando en equipo…-, – Oh, por el amor de Dios Trevor, vos siempre con ese asunto de las conspiraciones!-

Una ficción breve sobre el Estado de Vigilancia en nuestro país desató un feroz sarcasmo en Twitter. ¿Qué hay de cierto en las afirmaciones de su autor?

por Martín Ivan Yañez

El pasado miércoles 23 de Enero estallaron las redes sociales destilando un sarcasmo innecesario. El objeto del escarnio era esta vez la semi-ficción periodística del director de PlazadeMayo.com, Gabriel Levinas, publicada en el matutino La Nación bajo el título “Los Disparates de un Paranoico” [1]. Para cuando me enteré del asunto el hashtag #Levinas ya era un trending topicchorreante de venenos y sin ningún abogado defensor. Me pregunté si el artículo del escándalo sería tan malo y/o tan mentiroso como para justificar semejanterepilporoteo y decidí leerlo para despejar la incógnita. La verdad que no entendí le furia de los tuiteros. Sin atreverme a juzgar la calidad literaria del cuento de Levinas, algo para lo cual no me siento calificado ni viene al caso, su discurrir sobre el estado de vigilancia que se cierne sobre los quehaceres privados de justos e inicuos en nuestro país y en el mundo entero era bastante acertado, amen de la ficción. Más allá de cualquier simpatía personal, al ver su consonancia con ciertos informes y fuentes de nuestra publicación, hice lo debido para que el community manager del EHPsi oficie una siquiera humilde defensa al periodista, como si él la necesitara. Hoy veo que Levinas había esgrimido anticipadamente la argumentación de su premisa inicial y por consiguiente la demostración de su propia inocencia. Para ello realizó una entrevista a Beatriz Busaniche, especialista en comunicación de la Fundación Via Libre, cuyo sitio citamos en algunos de nuestros informes para denunciar el monitoreo generalizado a la ciudadanía [2]. En dicha entrevista Busaniche señala varios puntos a tener en consideración:

tuits-EHPsi-levinas

1- La tendencia generalizada y en aumento reciente de todas las administraciones en todo el país, sin diferencias de color político, a la compra de tecnología de punta en monitoreo y vigilancia. Se destacan el sistema de datos biométricos SIBIOS, anunciado el 7 de Noviembre de 2011 por la presidente [3], y los softwares de reconocimiento facial adquiridos por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Estos entre varios otros, como la tarjeta SUBE, por ejemplo.

2- La facilidad con que las comunicaciones digitales y redes sociales no sólo simplifican el acceso y almacenamiento de enorme cantidad de datos muy detallados de cada individuo, si no también el descuido de la población en general al otorgamiento voluntario y compulsivo de dicha información por medio de estas tecnologías.

3- El cambio en el modelo de vigilancia. A diferencia de otros momentos históricos como la Guerra Fría, donde la vigilancia era direccionada, bajo antecedentes y de cierto momento a futuro; en la actualidad gracias a las nuevas tecnologías, la vigilancia es multidireccional o total, retroactiva y sin presunción de inocencia. La catedrática destaca que esta filosofía funciona a la orden del día e indisimuladamente. Prueba de ello es el discurso de la presidente, de acuerdo al cual se infiere que si los datos de toda la población estarán en manos de la fuerzas de seguridad, entonces todos somos potenciales delincuentes. Este nuevo paradigma es definido con el término “soft power” (poder blando), ya que la presencia de vigilancia es constante pero no represiva. En ese sentido Busaniche hablaba de cultivar una ‘sana paranoia’. En oposición a la paranoia inconducente, la de pedir CCTV y plazas cercadas como solución a la delincuencia, esta paranoia postula la necesidad de cuidar la información personal, moderar la exposición electrónica innecesaria e instruirse al respecto.

4- Además de la naturalización con que en nuestro país vemos estos fenómenos, somos en general absolutamente renuentes a sostener un debate público en torno a las implicancias de este tipo de políticas, muchas veces no consensuadas, que seguimos viendo en favor de nuestra seguridad, aunque sean siempre en detrimento de nuestra privacidad y libertad de expresión. La asignación desde el nacimiento de un DNI a cada persona es un hecho excepcional que no se replica en gran parte del mundo y que muchos ignoramos es una medida dictatorial de los 60’s. Como si fuera poco que ese DNI tenga además, desde hace poco, un chip incorporado tampoco parece inquietarnos, si es que acaso lo sabemos.

Este último punto era el nudo de la indignación y sorna tuiteras. Existen ciertas verdades más o menos incómodas o intolerables, que se riñen con nuestro consenso de Realidad. Aunque dichas verdades bailen polka frente a nuestras narices y su ridiculización no resista el menor googleo, persistiremos en llamar paranoico a quien se atreva a señalarlas y tildaremos de Teoría Conspirativa a cualquier explicación que las incluya. La sola idea de que un gobierno encomilladamente democrático y disque progresista vigile a sus representados sin consentimiento previo parece descabellada y molesta, incluso aunque la misma presidente reconozca públicamente que el Estado poseerá la totalidad de los datos biométricos de los 40 millones de habitantes en los próximos años.

“Si nos conocemos mejor, nos cuidamos más”, tal el ‘simpático’ slogan del SIBIOS.

Por mal que caiga la crítica, según Busaniche el argentino sigue siendo un pueblo de borregos, donde prolifera generalmente la mentalidad de rebaño, la aceptación de la vigilancia por “no tener nada que ocultar” y para el cual la cultura impuesta por las dictaduras de “el silencio es salud” o “algo habrán hecho” está aun profundamente enraizada. Dichas idiosincrasias han sido modernizadas al normalizar al DNI como un objeto “garante de derechos ciudadanos” de acuerdo al discurso del ministro Randazzo, y sus variantes extorsivas adaptadas, al pensar que no tenemos nada que temer si pagamos nuestros impuestos como es debido, al decir de la presidente.

Para sumar en ecuanimidad podemos agregar que el supuesto refugio ideológico-partidario no exime a nadie del monitoreo actual o futuro pues, como afirma Busaniche, estas estructuras una vez montadas trascienden espacios políticos. Aunque explicar esto implica también un error: ¿Qué se supone, que debemos permitir que el mal ocurra a otros mientras no nos toque de cerca? Al respecto podríamos parafrasear, humorísticamente quizás, el famoso poema del reverendo Niëmoller, atribuido erróneamente a Bertold Bretch: “Primero vinieron por los socialistas y los troskistas, pero como yo era kirchnerista, no dije nada. Luego vinieron por los sindicalistas, los ecologistas, los estudiantes, los caceroleros y los Qom, pero como yo no lo era no protesté… Ahora vienen por todo, pero ya es tarde.” [4]

Tal vez sea necesario reconsiderar nuestro concepto de ‘delirio’ o ‘paranoia’ antes de reírnos demasiado de algo que no reviste mucha gracia. Tal vez también debamos utilizar nuestra curiosidad para googlear cosas más relevantes para nuestra vida y nuestro futuro, además del Gangman Style y la última vedette devenida política. Gran parte de la información está ahí, al alcance, justamente porque el poder concentrado da demasiado por sentado nuestra flojera y la efectividad de sus métodos de distracción. Tal vez sea hora de dejar de dar ventajas y empezar a unir los puntos que arman la figurita. Precisamente, teniendo en cuenta que Vía Libre basa sus acusaciones únicamente en datos correctamente comunicados por boletines o anuncios oficiales y sobre todo porque Busaniche insiste en estar “pensando bien, sin caer en teorías conspirativas”, podríamos concluir que esta es sólo la punta del iceberg conspiranoico. Por mi parte lo bueno es que, a diferencia de ella, yo soy optimista.

Fuentes:

Rodriguez, Katitza; Biometría en Argentina: La vigilancia masiva como política de Estado; 10/01/2012, Vialibre.org

Busaniche, Beatriz; Estado de vigilancia generalizado en Argentina; 10/05/2012, Vialibre.org

Busaniche, Beatriz; Control para Todos; 23/04/2012, Vialibre.org

Notas:

1 Levinas, Gabriel; Los disparates de un paranóico; 23/01/2013. Lanacion.com.ar

2 Casiardi, Lisandro; El Misterio del Pibe Trosko (parte 3); 13/11/2012, Elheraldopsicotronico.wordepress.com: ” […] en un contexto donde un gobierno ‘democrático’ sanciona una Ley Anti-Terrorista y tiene un proyecto de espionaje de la protesta (Proyecto X), junto a otros métodos de control social, como la Tarjeta SUBE y el nuevo DNI, que poseen la capacidad de acarrear GBytes de información, un detalle casi desconocido para la población de a pie. Por lo demás, conocidos son los casos de censura, persecución y hackeo de varios portales de noticias como Medios y Opinión, Tribuna de Periodistas y LeakyMails, entre otros. Con las características que le son propias, el Pibe Trosko es una herramienta con los mismos métodos y propósitos que una operación de contrainteligencia, de la magnitud que fuera.

Creación del Sistema Federal de Identificacion Biometrica; 07/11/2011, Youtube.com

4 Sordo Medina, Jesús; Bertold Bretch: “Y por mí vinieron” por Martin Niëmoller, pastor protestante; 17/07/2012, Homohominisacrares.net

http://elheraldopsicotronico.wordpress.com/2013/01/29/el-disparate-de-levinas/

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