Unos 200 miembros del partido Baaz, que gobierna Siria, y al que pertenece el presidente Bachar el Assad, han presentado este miércoles su dimisión en la provincia de Deraa en protesta por la represión por parte de las fuerzas de seguridad de las manifestaciones antigubernamentales que se registran en la zona.
A través de una declaración conjunta, los militantes justificaron su renuncia «por la negativa postura adoptada por el liderazgo del Partido Baaz, partido que ostenta el poder desde 1963, hacia los acontecimientos en Siria y en Deraa«. La nota subraya que «cientos» de personas han muerto y «miles» más han resultado heridas «a manos de las fuerzas de seguridad». Por ese motivo, añaden, «presentamos nuestra dimisión colectiva«.
Por este motivo, «presentamos nuestra dimisión colectiva», han añadido, sumándose de esta forma a las críticas llegadas desde la comunidad internacional contra el Gobierno de Al Assad.
Una declaración posterior enviada a la agencia Reuters, informaba que otros 28 miembros del partido de la región costera de Banias también se han opuesto a las «prácticas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad contra los honorables ciudadanos, y la tortura y los asesinatos que han cometido».
Mientras, Rusia, que junto con China se opone a un proyecto de resolución de Naciones Unidas, impulsado por la Unión Europea y Estados Unidos, contra el régimen de Damasco, advirtió en el Consejo de Seguridad que una injerencia exterior podría llevar a Siria a una guerra civil y aseguró que la represión de las protestas no constituye una amenaza para la paz mundial.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha cifrado este miércoles en al menos 453 los civiles muertos durante las protestas antigubernamentales que comenzaron a mediados de marzo. La organización de Derechos Humanos Sawasiah cifró ayer en 35 el número de personas fallecidas entre el lunes y el martes en Deraa.