España es el cuarto país de la UE que menos ayudas dedica a las familias, mil millones de euros, es decir, menos del 0,1 % de su PIB, según un estudio elaborado por el Instituto de Política Familiar (IPF).

Según denuncia el IPF, el 65 % de estas ayudas están destinadas a familias con hijos con algún tipo de minusvalía, mientras que las partidas de carácter general se sitúa en 24,25 euros al mes por cada menor para familias con ingresos limitados, cuando la media de la UE es de 125.

Esas ayudas sitúan a España como el cuarto país que menos subvenciones dedica a las familias, solo por delante de Polonia, Bulgaria y Lituania, lo que en opinión del presidente de IPF, Eduardo Hertfelder, supone convertirlas en ”las grandes abandonadas por las administraciones”.

Según cálculos del IPF, los ingresos medios de las familias españolas son menores que los gastos, una situación que se ha invertido desde 2000, cuando cada familia ingresaba 21.453,67 euros de media y gastaba 19.862,65.

Asimismo, según denuncia Hertfelder, la partida que España dedica a las familias lleva congelada desde 2000, y solo pueden acceder a ella una de cada 10 familias -aquellas con ingresos menores a 11.264 euros anuales-, lo que, a su juicio, supone “un insulto”.

Además de esta ayuda general, el resto de partidas se dedican a las familias con necesidades específicas como las numerosas, con hijos con discapacidades, monoparentales o partos múltiples.

Desde 2007, los hogares han reducido sus gastos en 2.500 euros anuales, el 8 %, pese a lo cual los ingresos se han reducido en un 5,5 %, por lo que el efecto del ahorro en consumo ha sido menor.

Esta situación sitúa las familias españolas, en opinión del IPF, “en la bancarrota”, por haber gastado “más de la cuenta” en los últimos años y por la carencia de apoyos económicos por parte de las administraciones públicas.

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