Se ha observado que el olfateo, un comportamiento común en perros, gatos y otros animales, también sirve como medio de comunicación entre ratas. El hallazgo podría ayudar a los científicos a identificar las regiones cerebrales críticas para la interpretación de las señales comunicativas, y aquellas cuyos trastornos pueden ocasionar disfunciones sociales complejas.
Ahora, Daniel W. Wesson, neurocientífico de la Case Western Reserve University School of Medicine de Estados Unidos, ha descubierto que, además, las ratas se huelen unas a otras para marcar una jerarquía social y prevenir el comportamiento agresivo. Los resultados de su investigación han sido publicados en la revista Current Biology.
El estudio de Wesson se basó en trabajos anteriores en los que se usaron métodos de observación de ratas interactuando, con los que se demostró que, de forma similar a los seres humanos, los roedores forman de manera natural complejas jerarquías sociales.
El científico ha constatado además que, cuando dos ratas se aproximan, se comunican una con otra de la siguiente forma: la que olfatea con mayor frecuencia indica una posición de dominio, mientras que la que olfatea menos indica su propia subordinación a la otra.
Por otra parte, Wesson descubrió que si la rata ‘inferior’ no olfateaba en menor grado, había más probabilidades de que la rata dominante fuese agresiva con ella.
El científico cree que, con este ‘idioma’, la rata dominante muestra una “señal de evitación de conflictos”, de manera similar a como un gran simio se golpea el pecho imponiendo su dominio. Como respuesta, el animal subordinado puede encogerse y apartar la mirada o, en el caso de las ratas, disminuir su olfateo.
“Estos nuevos hallazgos son emocionantes porque muestran la importancia del modo de olfateo en las redes sociales de estos animales”, explica Wesson en un comunicado de la Case Western Reserve University School of Medicine emitido a través de Newswise.
“Este comportamiento podría reflejar un mecanismo común de comportamiento comunicativo extensible a otros muchos tipos de animales y a una variedad de contextos sociales. Es muy probable que nuestras mascotas utilicen estrategias de comunicación similares ante nuestros propios ojos a diario, pero como nosotros no usamos esos mismos mecanismos no los reconocemos como ‘sistemas de comunicación’”, añade el investigador.
Los hallazgos de Wesson suponen el primer descubrimiento de una forma nueva de comunicación entre ratas, desde que en la década de 1970 se descubrió que estos animales se comunican a través de sonidos ultrasónicos.
La investigación proporciona asimismo una base para la comprensión sobre cómo los trastornos neurológicos pueden afectar a la capacidad del cerebro para llevar a cabo conductas sociales normales y adecuadas.
La esperanza es que esta nueva forma de comunicación ayude a explicar cómo el cerebro controla los comportamientos sociales complejos, y cómo algunos trastornos en determinados centros neuronales procesan –bien o mal- las señales sociales. En esta dirección se encaminarán a partir de ahora las investigaciones de Daniel Wesson y sus colaboradores.
Daniel W. Wesson. Sniffing Behavior Communicates Social Hierarchy. Current Biology (2013). DOI:10.1016/j.cub.2013.02.012.