La crisis económica provoca que una fundación busque financiación para un centro de cría de visones europeos, en peligro crítico de extinción, a través de una insólita campaña de colaboración ciudadana
Cuentan los historiadores locales que el pequeño pueblo toledano de Casarrubios del Monte se llama así por los guerreros nórdicos del rey Alfonso VI, que llegaron al lugar para expulsar a los musulmanes y ayudar en la llamada Reconquista de la península Ibérica. Eran tan rubitos los que repoblaron la villa en el siglo XII que pasó a llamarse Casas de los Rubios.
Casi un milenio después, el pueblo está a punto de protagonizar otra repoblación de la península, la del visón europeo, el mamífero más amenazado de España. Apenas quedan 500 adultos en la península Ibérica, acorralados por los voraces visones americanos liberados irresponsablemente por colectivos animalistas tras asaltar granjas peleteras en el norte de España. Los visones americanos expulsan a los europeos de su territorio e incluso los matan a dentelladas. La especie está en peligro crítico de extinción, confinada en sus últimos reductos en los ríos de Navarra, País Vasco, La Rioja y el norte de Castilla y León.
Y la crisis económica no ayuda. El animal cuenta con un programa de cría en cautividad, unas guarderías creadas para liberar ejemplares en caso de emergencia e impedir la extinción, como ya ha ocurrido en 20 países. Pero el centro de referencia de esta fábrica de visones europeos, situado en Pont de Suert (Lleida), está en retirada. “Vista la actual situación económica”, la Generalitat de Catalunya decidió en 2010 “que este centro deje de ser el centro de referencia del programa de cría”. Pont de Suert mantenía entonces 36 ejemplares de visón europeo de los 64 que formaban parte del programa de cría en cautividad. Ahora sólo cuenta con la mitad de los 50 visones que sobreviven en la actualidad. Los demás están repartidos por otra decena de instalaciones españolas, como los zoos de Jerez y de Santillana del Mar, donde no crían.
Cuatro euros por cada voto
Ahora, en Casarrubios del Monte se instalará el segundo centro de cría en cautividad de referencia para la especie. Pero sólo si ciudadanos anónimos votan el proyecto. Una nueva entidad, la Fundación FIEB, ha lanzado una especie de campaña de crowdfundingpara recaudar los 23.500 euros necesarios para arrancar el programa, una iniciativa insólita en el mundo de las especies en peligro crítico de extinción. El resto del dinero, unos 50.000 euros, lo pondrá la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
“La viabilidad del proyecto depende de si conseguimos o no la cobertura económica necesaria”, afirma la Fundación FIEB
“La viabilidad del proyecto depende de si conseguimos o no la cobertura económica necesaria. Es por ello que pedimos vuestra colaboración para ayudarnos a cubrir una pequeña cuantía para terminar de cumplir los objetivos fijados por la fundación”, reza la petición en Nuez.es, una web de Bankinter en la que el banco aporta cuatro euros por cada voto que reciba un proyecto. A cambio, el votante entrega sus datos personales para recibir información sobre seguros de coche y de vivienda.
“Por otro lado, queremos comentar también que el proyecto necesita financiación privada, dado que actualmente las administraciones apenas disponen de fondos para poder cubrir esta clase de proyectos de conservación, y menos en estos momentos. Por esta razón, buscamos patrocinadores que puedan ayudarnos a darle años de duración a este proyecto”, afirman los técnicos del plan, Paula Torán y Carlos Sangil, en su página de Facebook.
Una antigua granja de loros
Detrás de la idea se encuentra el ingeniero industrial Alejandro Fernández Riba, director general de Fractalia, un grupo de empresas dedicadas al desarrollo de software. Hace tres años, casi “por amor a la naturaleza”, decidió transformar una antigua granja de cría de loros en Casarrubios del Monte, “la mayor de Europa”, en una fundación de investigación en comportamiento animal y biodiversidad. En noviembre de 2012 consiguió todas las licencias necesarias para empezar su actividad. Son ocho hectáreas de instalaciones en este pueblo toledano, situado a 50 kilómetros de Madrid.
“Nuestra vocación como fundación no es financiar proyectos, lo que hacemos es financiar la estructura que permite llevar a cabo los proyectos”, explica Fernández Riba, presidente de la Fundación FIEB.
Uno de los mayores expertos del mundo en el visón europeo, Santiago Palazón, aplaude la iniciativa. La organización de la que es vicepresidente, la Asociación Visón Europeo, es la encargada por el Ministerio de gestionar el programa de cría en cautividad de la especie. El máximo responsable del programa, el estonio Madis Podra, ya ha visitado las instalaciones de Casarrubios del Monte. “Desde el punto de vista técnico, el proyecto es correcto”, avala Palazón. “Será el segundo centro del programa después del de Pont de Suert, con capacidad para entre 10 y 15 ejemplares” detalla. Y dado que la Generalitat quiere que el centro catalán asuma cada vez menos responsabilidades, la intención de la Fundación FIEB es asumirlas poco a poco. Pero para ello necesitan votos.
El visón americano asesino
A juicio de Santiago Palazón, el programa de cría del visón europeo, lanzado en 2004, ha conseguido uno de sus objetivos: “mantener animales en cautividad que conserven la diversidad genética de la especie”. Sin embargo, otro de los fines, la reintroducción de ejemplares en su medio natural, “ha colapsado”. Sólo se han liberado animales en Álava, donde se llevó a cabo un proyecto piloto en los humedales de Salburua, entre 2008 y 2010. Los técnicos soltaron 27 visones europeos criados en cautividad. En los cinco primeros meses, habían muerto todos menos seis, según detalla ahora el equipo de Palazón en un estudio publicado en la revista European Journal of Wildlife Research. Los depredadores mataron a 16 de ellos.
Tras el análisis de las dentelladas y de la zona, los expertos creen que un solo macho de visón americano es el culpable de la matanza de al menos seis de los ejemplares liberados. “El visón europeo es víctima de la crisis económica, pero el gran enemigo es el visón americano”, lamenta Palazón, que quiere incrementar los esfuerzos para erradicar a la especie invasora. Actualmente, cada año se capturan y sacrifican entre 500 y 1.000 visones americanos en España, según sus cifras.